En una breve discurso pronunciado ante la comunidad internacional, Alberto Fernández cuestionó a Joseph Biden por haber excluido a Bolivia de la Cumbre por la Democracia convocada por la Casa Blanca. El reclamo presidencial sucede cuando una delegación técnica del Ministerio de Economía y del Banco Central negocia con el staff del Fondo Monetario Internacional (FMI). Sin apoyo de los Estados Unidos, Argentina puede entrar en default hacia fines de marzo de 2022.
“Bolivia ha padecido un golpe avalado por gran parte de la comunidad internacional y por la Organización de los Estados Americanos (OEA), y pudo recuperarse y recuperar la democracia y hoy en día tiene vigencia plena la institucionalidad allí”, sostuvo el jefe de Estado durante su discurso grabado en Balcarce 50.
Cuando el jefe de Estado recibió la invitación formal de la Casa Blanca planteó su disconformidad acerca de los países que habían sido excluidos de la Cumbre por la Democracia. En la lista oficial no aparecían Bolivia, China y Rusia, que por distintas razones geopolíticas están bajo la mira de la administración demócrata.
Las explicaciones que llegaron desde Washington no resolvieron la disconformidad presidencial, y entonces Alberto Fernández actuó acorde a su mirada internacional.
Argentina anunció ayer que no se suma al bloqueo a los Juegos Olímpicos de invierno que se harán en China, la semana pasada se confirmó que habrá un encuentro bilateral con Vladimir Putin en Moscú, y respecto a Bolivia aprovechó sus minutos en la Cumbre.
“Rescato eso, esa realidad de Bolivia en este día donde la democracia nos convoca, porque tal vez Bolivia sea hoy un buen ejemplo de la importancia de la democracia. Democracia supone no intervención. La democracia es la mejor garante de la paz, la democracia no se impone ni con sanciones ni se impone por la fuerza. La democracia es como la paz, no se exporta. La democracia tampoco se impone”, añadió Alberto Fernández.
Este tramo del discurso tuvo varios destinatarios: no sólo Biden que excluyó a Bolivia de la Cumbre, sino también a la mayoría de los miembros de la Organización de Estados Americanos (OEA), que ayer decidió sancionar a Nicaragua por su recurrente violación a los derechos humanos.
Como ha sucedido desde la llegada del Frente de Todos a Balcarce 50, Argentina se abstuvo al momento de condenar al régimen que tutela Daniel Ortega.
Desde esta perspectiva, fue inesperado el cuestionamiento diplomático de Alberto Fernández a Biden, pero no sorprendió que el presidente -otra vez- avanzara sobre la OEA y su secretario General Luis Almagro. Para el jefe de Estado, Almagro pretende una invasión en Nicaragua y le asigna total responsabilidad en la renuncia de Evo Morales y su posterior exilio en Buenos Aires.
“La democracia es como la paz, no se exporta. La democracia tampoco se impone”, concluyó el Presidente. Una frase que remite a la actual crítica política que hay en Washington respecto al fracaso de Estados Unidos de estabilizar Medio Oriente a través de gobiernos afines en Irak e Irán, que en las últimas semanas cayó -de nuevo- en manos fundamentalistas talibanes.
La clave geopolítica consistirá en saber si Biden hará una réplica silenciosa en el FMI para compensar el cuestionamiento público de Alberto Fernández. El Presidente no hizo referencia a China y ese gesto diplomático podría alcanzar para evitar que la Casa Blanca reaccione en medio de las negociaciones con Kristalina Georgieva y el staff del Fondo.
Textual, el jefe de Estado sostuvo lo siguiente:
“Buenas tardes, quiero empezar por agradecer al gobierno del presidente Biden esta invitación a ser parte de esta Cumbre por la Democracia y los Derechos Humanos.
Es también una oportunidad propicia para agradecer a la comunidad internacional que haya elegido a la Argentina por aclamación para que presida el Consejo de Derechos Humanos en la Organización de las Naciones Unidas.
La democracia hoy vive un momento singular, signada por extremos, por posiciones extremistas, su calidad institucional por momentos se debilita y eso es algo que debemos revisar y enfrentar con toda seriedad. Porque está visto que la democracia es el mejor mecanismo que existe para que los pueblos sean gobernados por quienes creen ser aquellos que son sus mejores representantes.
En Latinoamérica estamos viviendo un proceso singular, donde muchos países del continente van cambiando sus gobiernos y los procesos democráticos se van consolidando. Hemos vivido también un momento difícil.
Hablo de Bolivia, nuestra querida república hermana. Bolivia ha padecido un golpe avalado por gran parte de la comunidad internacional y por la Organización de los Estados Americanos (OEA), y pudo recuperarse y recuperar la democracia y hoy en día tiene vigencia plena la institucionalidad allí.
Rescato eso, esa realidad de Bolivia en este día donde la democracia nos convoca, porque tal vez Bolivia sea hoy un buen ejemplo de la importancia de la democracia. Democracia supone no intervención. La democracia es la mejor garante de la paz, la democracia no se impone ni con sanciones ni se impone por la fuerza. La democracia es como la paz, no se exporta. La democracia tampoco se impone.
La democracia es por sobre todas las cosas diálogo y ese diálogo hay que asumirlo en un ámbito de convivencia y esa mejor convivencia se valida día a día.
“Trabajemos para que la democracia sea el mejor garante de la paz mundial. Muchas gracias”.