Alberto Fernández participó este miércoles de un acto junto a funcionarios del Gobierno y referentes de organismos de derechos humanos en el que fue distinguida Milagro Sala. El Presidente aprovechó la oportunidad para radicalizar su discurso crítico contra la Justicia que según dijo “se corporativiza” y defendió a la líder de la agrupación Tupac Amaru, detenida desde 2016.
El mandatario fue parte de un homenaje a “los doce de Santa Cruz”, quienes fueron secuestrados entre el 8 y 10 de diciembre de 1977 por la dictadura cívico-militar y 44 años después continúan desaparecidos.
“Hoy lo central es la memoria, lo central es mantener en pie la exigencia de la búsqueda de la verdad y la justicia”, expresó Fernández en el acto que se llevó a cabo anoche en el barrio porteño de San Cristobal. Allí fue distinguida “por su trayectoria de lucha y promoción de los derechos humanos” Milagro Sala, que participó del encuentro de manera virtual desde Jujuy donde se encuentra cumpliendo prisión domiciliaria.
En este marco, luego de referirse a la última dictadura y a la lucha de los organismos de derechos humanos, el Presidente apuntó contra el Poder Judicial: “Seguimos reclamando que en la Argentina haya justicia, seguimos reclamando una justicia mejor y vamos a seguir peleando por eso, aun cuando a veces la justicia se corporativiza y hace todo lo necesario para ponerse enfrente de los que sólo pedimos verdad y justicia, que es lo que deberían garantizarnos los jueces argentinos”. En ese momento desde el público se escuchó el reclamo: “¡Libertad a Milagro!”.
“Quiero decirles que voy a estar siempre trabajando al lado de los que están injustamente presos, pero quiero decirles también que el sistema institucional argentino no pone en mis manos la suerte de todos ellos, pero eso no me quita a mí la responsabilidad de seguir reclamando por ellos”, expresó Alberto Fernández e inmediatamente añadió que se comunica con la dirigente de la Tupac Amaru “y pienso permanentemente en lo que le pasa a Milagro”.
El Presidente volvió a poner en la agenda la situación de la dirigente jujeña que se encuentra detenida desde 2016 -desde 2018 bajo arresto domiciliario- condenada en dos causas; un escrache contra el gobernador Gerardo Morales y por el desvío de fondos destinados a la construcción de viviendas, causa por la que debe cumplir 13 años de prisión.
A lo largo de la campaña electoral de 2019, Fernández cuestionó en reiteradas oportunidades su detención y consideraba que era una “presa política”. Una vez en el poder y pese a designar a la ex abogada de la líder de la Tupac Amaru, Elizabeth Gomez Alcorta, al frente del Ministerio de Mujeres, Géneros y Diversidad, la situación judicial de Sala fue quedando en el olvido para el oficialismo. Eso motivó crudas críticas de los sectores más duros del kirchnerismo y de la propia referente jujeña. “Me siento desilusionada y usada por el Frente de Todos”, manifestó meses atrás denunciando “un pacto de poder” entre el Gobierno y Morales. Tiempo atrás, en una entrevista con Infobae, Sala llegó a decir que el Presidente le “soltó la mano”.
El homenaje a “los 12 de Santa Cruz”
La ceremonia que se llevó a cabo este miércoles tuvo lugar en la esquina de Estados Unidos y Urquiza, frente al Solar de la Memoria del templo ubicado en San Cristobal. Bajo el lema “Pisamos las calles nuevamente para recuperar la Patria Igualitaria, Libre y Soberana por la que lucharon nuestras y nuestros 30.000. Memoria, Verdad y Justicia”, acompañaron a Alberto Fernández los ministros del Interior, Eduardo “Wado” de Pedro; de Defensa, Jorge Taiana; y de Cultura, Tristán Bauer; los secretarios General de la Presidencia, Julio Vitobello, y de Derechos Humanos, Horacio Pietragalla Corti; el procurador del Tesoro, Carlos Zannini; los diputados nacionales Eduardo Valdés y Leandro Santoro. También estuvieron presentes Taty Almeida de Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora, la titular de Familiares de Desaparecidos y Detenidos por Razones Políticas, Angela “Lita” Paolín de Boitano y Alba Lanzillotto, de Abuelas de Plaza de Mayo, entre otros representantes de organizaciones defensoras de los derechos humanos.
“Este es un homenaje que la Argentina le debe a cada víctima del terrorismo de Estado”, expresó el mandatario, quien dijo que “siempre estuve parado en el mismo lugar reclamando lo mismo que hoy están reclamando acá”.
La Iglesia de la Santa Cruz fue un espacio de encuentro de las familias de desaparecidos en el que la comunidad eclesiástica coordinaba acciones para denunciar lo que ocurría en la Argentina en esa época y que la dictadura se encargaba de esconder o falsear ante el resto del mundo.
Entre el 8 y 10 de diciembre de 1977, grupos de tareas de la Escuela de Mecánica de la Armada (ESMA) secuestraron a quienes se reunían allí, en cuya planificación fue vital el represor Alfredo Astiz, quien con anterioridad logró infiltrarse en los encuentros al hacerse pasar, bajo la identidad falsa de “Gustavo Niño”, como hermano de un desaparecido, para posteriormente marcar con un beso y así “entregar” a las víctimas.
Los conocidos como “los 12 de la Santa Cruz” fueron: las integrantes de Madres de Plaza de Mayo Azucena Villaflor (fundadora de la agrupación), Esther Ballestrino de Careaga y María Eugenia Ponce de Bianco; las monjas francesas Alice Domon y Léonie Duquet; los militantes Angela Auad, Gabriel Horane, Raquel Bulit, Patricia Oviedo, Remo Berardo, Horacio Elbert y José Fondevila.
“Acá no hubo dos demonios; hubo un terrorismo de Estado que se llevó la vida de miles y miles de argentinos y argentinas”, declaró Fernández, quien agregó que “las Madres que se reunían en esta Iglesia están muy vivas en la memoria de todos nosotros, en el corazón y en nuestras almas. Y por la lucha que emprendieron todos los que hoy no están, todos lo que sufrieron esos años de terrorismo de Estado. Lo digo para los que sólo hablan de recordar a las víctimas del terrorismo”, concluyó el mandatario invitando a los presentes a ser parte del acto de este 10 de diciembre en Plaza de Mayo.
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