Pasadas las elecciones legislativas, con crisis interna en el Frente de Todos y el recambio de Gabinete como antecedente, la ensayista Beatriz Sarlo volvió a hablar de la actualidad política y de la poca exposición de Cristina Kirchner en la arena pública, lo cual consideró como una forma de “jugar a dos puntas” y de “preparar el terreno para que ella quede eximida” en caso de que la situación del país empeore.
La escritora comenzó analizando la carta que escribió la vicepresidenta luego de la derrota del oficialismo en las PASO y sostuvo que ese texto “sirvió para que cada uno se acomodara mejor en su lugar” dentro de la coalición gobernante.
“Fue para que los que no estaban haciendo bien sus deberes trataran de hacer mejor las tareas en el hogar y punto, pero no hubo una refundación, porque para eso tendría que haber habido algunos cambios económicos fuertes, y eso no está”, agregó.
Al participar del programa Dicho esto, que conduce el periodista Luis Novaresio en A24, Sarlo también destacó que al parecer luego de los comicios el Fondo Monetario Internacional “se sentó más a la mesa” para renegociar la deuda.
“Puede ser que pasadas las elecciones se sientan más seguro, porque dicen, ‘bueno, este Presidente por lo menos va a tener dos años más y no va a terminar dentro de seis meses’. Y eso es lo que pasa”, precisó.
Sin embargo, señaló que “pareciera que no hay ni siquiera dos líneas económicas en pugna que terminen negociando, lo cual sería extraordinario” porque, si bien dijo estar a favor de “cierto tipo de contradicciones en la política”, su visión es que actualmente “si la hay, es muy secreta”
Sobre el silencio de Cristina Kirchner luego de las elecciones, comentó: “Será una prueba de que es una excelente oradora, porque los buenos oradores también saben callar. Creo que, en este caso, está jugando a dos puntas, con dos objetivos: por un lado, ser una oradora que sale del primer plano de la escena cuando las cosas no van bien, pero, más adelante, si esto se derrumba, decir ‘a mí no me vieron en los últimos 18 meses’. Está preparando el terreno para que ella quede eximida, por eso es tan baja su participación hoy”.
Por otra parte, la ensayista explicó que tiene “una mirada pesimista” de la Argentina porque “países con muchos problemas económicos, que no son ricos, o que eran considerados peores son lugares donde la situación está mejor y después de la dictadura han tenido gobiernos racionales”
En este sentido, dio como ejemplo los casos de Chile, destacando principalmente la presidencia de Michelle Bachelet, a la que calificó como “la Angela Merkel de América Latina”, y de Uruguay, donde “el Frente Amplio se sostuvo décadas”.
“Años atrás la Argentina estaba entre las primeras 15 naciones del mundo, ya sea por su nivel de alfabetización, por el nivel de vida de su población, por su capacidad de crear trabajo, por algo, y hoy, cuando vemos las tablas, está en las 15 últimas”, lamentó.
Además, la escritora criticó “esta tradición peronista de reivindicar siempre etapas de su propia historia, que tiene 50 años”, y dio como ejemplo a la agrupación La Cámpora, que lleva el nombre de un político muy respetable murió hace mucho tiempo”.
“Es como si (el presidente de Francia Emmanuel) Macron estuviera hablando siempre de De Gaulle. Al ser un país en proceso de deterioro, en pendiente hacia abajo, uno se agarra de la parte de arriba de la pared aunque quede con los pies colgando, y esa es la reacción que se tiene, hablar de un pasado con la ilusión, o por un discurso, de que algo de eso puede volver, y yo pienso que eso ya no vuelve”, advirtió.
También cuestionó la decisión del embajador argentino en Chile, Rafael Bielsa, de presentarse en la Corte de Apelaciones de Temuco para abogar por la libertad condicional del líder mapuche Facundo Jones Huala, preso en ese país por el incendio de una propiedad.
“Me llamó mucho la atención porque, primero, le atribuía mejores modales y, en segundo lugar, creí que sabía más cuáles eran los límites de un representante argentino en un país con el cual nos une una cantidad de lazos fuertes y algunos conflictos que hubo en su momento”, reflexionó al respecto.
Sobre este punto, sin nombrar a nadie en particular, Sarlo remarcó que “da la impresión de que hay algunos políticos que salen a buscar un plano de televisión o reportajes en la radio”.
“Cuando uno ve lo que ocurre en otros países, generalmente son los líderes más fuertes los que salen a hablar con los medios, empezando por el Presidente, mientras que acá el tráfico constante con el mundo de las informaciones me habla de otra cosa, de otro tipo de ambición de la gestión política, que se cree que se gestiona por la televisión”, precisó.
Por último, la autora de múltiples obras literarias analizó la figura del jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, y opinó que es un dirigente que “se fortalece con cosas reales, porque es un buen administrador de la Ciudad de Buenos Aires”.
“Uno dice ‘ojalá le vaya bien a Larreta’, pero es para pensar por qué los uruguayos y los chilenos tuvieron gobiernos razonables y nosotros no. A lo mejor es difícil que a Larreta le vaya bien porque la cultura política en la Argentina es más fachera”, cerró.
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