El presidente Alberto Fernández está más cerca de cerrar el círculo de apoyos que el Gobierno considera necesario para robustecer su postura en la negociación con el FMI. Anoche, durante 27°conferencia de la Unión Industrial Argentina (UAI), el mandatario se llevó el respaldo de los empresarios industriales respecto a la búsqueda de un acuerdo con el Fondo.
El presidente de la UIA, Daniel Funes de Rioja, fue claro y contundente en su discurso. “Queremos no tener más adelante el tema de la deuda externa. Confiamos plenamente que el gobierno que usted preside lo va a resolver de la mejor manera posible”, le dijo a Fernández mirándolo a los ojos.
Ese apoyo consistente se suma al que consiguió este miércoles el ministro de Economía, Martín Guzmán, en su visita a la sede histórica de a CGT. “El Gobierno firmará un acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI) sólo si implica pagar la deuda con crecimiento económico y sin ajuste”, les dijo el funcionario a los sindicalistas en tono de promesa.
De esa visita se llevó el acompañamiento de la CGT unificada. Un punto a favor de las necesidades de la Casa Rosada en este tramo final de la negociación con el Fondo. Héctor Daer y Pablo Moyano, ambos secretarios generales de la central obrera, fueron explícitos en el respaldo al ministro. El sindicalismo entiende a la perfección el valor de los gestos.
Fernández ya tiene también el respaldo de una parte de los movimientos sociales, quienes en el último año se han acercado a la figura del Presidente y son fundamentales en la estructura política que un sector de la dirigencia anti K construye alrededor del Jefe de Estado. También tiene el espaldarazo de gobernadores e intendentes. Muchos de ellos contentos con la voluntad de Fernández de desmarcarse de Cristina Kirchner en la segunda etapa de su gestión.
Durante la jornada de ayer el Presidente dio un discurso pro-industria en el que les dejó en claro el rumbo que está dispuesto a tomar el Gobierno en la negociación con el FMI y también qué espera de ellos para la etapa que viene en la Argentina. “El acuerdo no será a costa del desarrollo del país ni en base a ningún programa de ajuste”, recalcó.
“Seguimos negociando con el FMI a paso seguro y con el pulso firme. Queremos lograr un acuerdo que nos permita refinanciar los abultadísimos vencimientos de deuda para los próximos 3 años a los que se había comprometido el gobierno de Mauricio Macri”, expresó el Jefe de Estado.
Fernández leyó un discurso que escribió en la Quinta de Olivos luego de decidir asistir. Tuvo una fuerte impronta industrialista y fue un gesto acercamiento al sector muy contundente. Lo que esperan en el sector empresario luego de la visita de los principales ministros del gabinete nacional.
“Estoy convencido que el renacimiento de la Argentina es posible asociando al capital con el trabajo. Nosotros promovemos la inversión empresaria y la creación de empleo privado. Nosotros creemos que en la historia y en el mundo actual hay distintos tipos de capitalismo”, les dijo.
Lo que aún le resta conseguir es el respaldo de Juntos por el Cambio en el Congreso. La coalición opositora no ha dado muestras públicas de querer acompañar, pero el Gobireno espera que prime la racionalidad y, finalmente, ese respaldo llegue.
El cambio de opinión del Presidente y la decisión final de asistir a la UIA
“El Presidente no asiste a la reunión de la UIA, pero ayer asistieron el Jefe de Gabinete y el Canciller. El Gobierno está representando y conversando con los empresarios e industriales. Estamos todos compartiendo el espíritu de optimismo respecto a la senda de crecimiento”, dijo la Portavoz del Gobierno, Gabriela Cerrutti, unos minutos después de las 9 de la mañana.
La voz oficial corroboró lo que Infobae anticipó en las primeras horas del jueves: Alberto Fernández había resuelto no ir a la 27°conferencia de la Unión Industrial Argentina (UAI), pese a que Juan Manzur había anticipado presencia en la jornada anterior.
Así dejaba pasar la oportunidad de dar un gesto concreto de acercamiento al sector empresario en medio de las negociaciones con el FMI. En la UIA esperaron la confirmación de su presencia durante todo el miércoles, pero nunca llegó. Anoche, desde el entorno presidencial, le hicieron saber a este medio que el Presidente no iba a asistir al evento y que no entendían por qué Manzur lo había promocionado.
Sin embargo, a las 13:45 de hoy la Casa Rosada informó que Fernández asistiría al cierre de la conferencia. Cambió de opinión y decidió estar presente frente a un grupo de empresarios que espera más precisiones sobre el camino que está siguiendo el Gobierno en la negociación con el FMI y también sobre el plan económico que tienen pensando poner en marcha en el 2022.
¿Por qué el Presidente cambió de opinión y, finalmente, decidió acudir a la UIA? “Pudo resolver un tema de agenda”, expresó a este medio un dirigente de extrema confianza del Jefe de Estado. En la misma línea fue la explicación que surgió de la oficina que conduce Cerrutti. Según indicaron en Balcarce 50, había podido reacomodar una serie de reuniones que tenía.
La agenda oficial de Alberto Fernández, que el Gobierno da a conocer todos los días, tenía una sola actividad marcada. A las 10:30 de la mañana el Presidente recibió al ministro de Seguridad, Aníbal Fernández y a la presidenta del CONICET, Ana Franchi, para presentar un protocolo de actuación para la investigación científica en el lugar del hecho, que fue desarrollado en forma conjunta con el CONICET y las cuatro fuerzas de seguridad federales.
El resto de la agenda oficial estaba vacía. En la Casa Rosada no hubo respuestas sobre qué actividades dejó de lado el Presidente, pese a que su agenda es pública. La única justificación fue una generalidad. Durante el mediodía Fernández resolvió, junto a su dirigentes más cercanos, que iría a la UIA a dar el discurso de cierre. Pareció ser una decisión política y no un mera cuestión de tiempos. Un cambio de rumbo luego de que su ausencia no haya caído bien en la UIA.
Su ausencia resultaba extraña debido a que el Gobierno hace tiempo que viene dando señales de acercamiento al sector empresario. El propio Fernández recibió a ocho de los empresarios más influyentes y poderos de la Argentina en los primeros días de octubre. Ese mediodía en Casa Rosada les dijo que las negociaciones con el FMI estaban encaminadas y que había grandes posibilidades de cerrarla a principio de 2022.
En ese almuerzo estuvieron Javier Madanes (Aluar y Fate), Alejandro Simón (Grupo Sancor Seguros), Hugo Eurnekian (Corporación América), Marcelo Mindlin (Pampa Energía), Francisco De Narváez (Grupo De Naváez), Jorge Brito (Banco Macro), Juan Martín de la Serna (Mercado Libre) y Marcos Bulgheroni (PAE).
Más cerca en el tiempo, Juan Manzur llevó el mensaje de la Casa Rosada al Consejo Interamericano de Comercio y Producción (CICyP), donde resaltó que el Gobierno iba a buscar todos los caminos posibles para llegar a un acuerdo con el FMI. Idea que resaltó ayer en la UIA, cuando aseguró que “Argentina quiere pagar”, pero pidió como condición fundamental que “nos dejen crecer”.
En esa hilera de gestos y señales al empresario también aparece la reunión del ministro del Interior, Eduardo “Wado” De Pedro, con los miembros de la Cámara Española de Comercio de la República Argentina (Cecra). En ese encuentro el dirigente camporista les aseguró a los empresarios que en el Frente de Todos había una sola estrategia de negociación con el Fondo y que era avalada por todos los sectores.
También se suman a ese sendero los últimos guiños de distintos ministros del Gobierno, como es el caso de Matías Kulfas, que advirtieron la importancia del sector industrial en la recuperación de la economía argentina, post pandemia.
Por eso la idea de no ir del Presidente parecía romper con un recorrido de señales de acercamiento hacia uno de los sectores claves en la economía argentina. Para el Gobierno es importante obtener el apoyo de los empresarios de cara al tramo final de la negociación con el FMI. En ese plan de acción el discurso de Fernández de hoy sumaba más de lo que restaba. Su ausencia, en cambio, solo iba a sembrar enojo e incertidumbre.
La decisión de ir fue acertada. Se llevó el respaldo del sector industrial que necesitaba.
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