En su visita a la Confederación General del Trabajo (CGT), el ministro de Economía, Martín Guzmán, les aseguró esta tarde a los sindicalistas exactamente lo que querían escuchar: el Gobierno firmará un acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI) sólo si implica pagar la deuda con crecimiento económico y sin ajuste.
“Nuestro gobierno no va a firmar ningún acuerdo de ajuste porque significaría impedir darle continuidad a la recuperación económica. Lo que nosotros decimos es que primero está la recuperación económica y ahí es donde actuar como Estado Nación, con todos los factores de poder de la Argentina jugando para el mismo lado”, dijo el funcionario, que anticipó que si se acuerda con el Fondo “se comenzaría a pagar en 2026”.
En sintonía con la central obrera, Guzmán señaló que “los dos ejes son trabajo y producción” y destacó que “se gobierna para el bienestar de las trabajadoras y trabajadores y esa es la convicción absoluta y una dinámica que debe continuar, y por eso debe venir de la mano de una recuperación más fuerte del poder adquisitivo de los salarios, que es necesaria para que la economía ande bien”.
Ante los sindicalistas, puntualizó el objetivo del Gobierno respecto del acuerdo con el FMI: “Nosotros lo que buscamos es primero acordar con el staff del FMI y después vamos a decir representantes del pueblo argentino y de las provincias, esto es lo que logramos, ahora ustedes voten. ¿Cuida esto a la Argentina o no cuida esto a la Argentina? Esa es la forma de hacer las cosas si realmente queremos cuidarnos como sociedad”.
El ministro hizo una exposición sobre las negociaciones con el Fondo y la marcha de la economía, acompañada por numerosos gráficos, ante unos 150 dirigentes gremiales y se llevó un importante gesto: Héctor Daer (Sanidad) y Pablo Moyano (Camioneros), dos de los integrantes del triunvirato que conduce la CGT (Carlos Acuña estuvo ausente), le expresaron el respaldo a la gestión y a las negociaciones sobre la deuda.
“Fuerza, compañero, lo vamos a seguir apoyando”, le dijo Moyano en su discurso de bienvenida. Daer también lo respaldó y destacó que no recordaba a ningún ministro de Economía que haya visitado la sede de la CGT. Guzmán agradeció los gestos y dijo que eran “fundamentales” para la tarea que realizaba.
En su charla, realizada en el salón Felipe Vallese de la sede de Azopardo 802, el ministro advirtió que “no hay por qué parar el desarrollo y la inversión” para llegar a un acuerdo con el FMI, volvió a criticar a Mauricio Macri por el endeudamiento contraído durante su gobierno y admitió que bajar la inflación “llevará tiempo”.
Además, confirmó que cuando se alcance un acuerdo con el Fondo, el texto será enviado al Congreso y destacó el valor del conocimiento y de la educación como herramientas para la recuperación de la economía.
El ministro habló durante una hora y media, casi sin interrupciones. Antes había tenido un encuentro con unos 10 miembros de la cúpula de la CGT del que también participó el ministro de Trabajo, Claudio Moroni, quien fue felicitado por la plana mayor cegetista por motivos personales: hoy es su cumpleaños.
Además de Daer y Moyano, entre los dirigentes presentes estaban Andrés Rodríguez (UPCN), Gerardo Martínez (UOCRA), José Luis Lingeri (Obras Sanitarias), Antonio Caló (UOM), Jorge Sola (Seguro), Mario Manrique (SMATA), Sergio Romero (UDA), Julio Piumato (judiciales) y Omar Plaini (canillitas), entre otros.
Los sindicalistas se habían puesto de acuerdo en brindarle a Guzmán un ámbito seguro, sin debates ni intervenciones que lo incomodaran. La CGT elegida el 11 de noviembre pasado estrenó una relación muy estrecha con el Gobierno: organizó un acto para respaldar a Alberto Fernández en el Día de la Militancia y a cambio el Presidente le garantizó más participación en las decisiones oficiales y acceso directo a los ministros.
La visita de Guzmán corona una etapa en la que la CGT reforzó su alianza con la Casa Rosada. Pero algunos dirigentes memoriosos, sin micrófonos a la vista, se permitieron discrepar con Daer acerca de que se trató de una visita sin precedentes al edificio de Azopardo 802: el 10 de marzo de 1976, la presidenta María Estela Martínez de Perón visitó la sede cegetista junto con el ministro de Economía, Emilio Mondelli, en un contexto caótico del país y acuñó ante los sindicalistas, entre quienes estaban Lorenzo Miguel y Casildo Herreras, una frase que pasó a la historia: “No me lo critiquen a Mondelli”. Hoy, en una circunstancia política completamente distinta, Guzmán logró que ningún dirigente lo criticara e incluso se llevó un rotundo apoyo de la CGT.
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