En diciembre de 2001, la Argentina transitó una serie de acontecimientos que marcaron su historia institucional y política reciente. En pocos días, el 20/12, se cumplirán veinte años de la tragedia que enlutó al país y que causó la muerte de más de treinta personas, cinco de ellas en Plaza de Mayo, durante la represión ordenada por el gobierno de Fernando de la Rúa contra los actores sociales que se manifestaban en repudio al descalabro económico de la administración de la Alianza gobernante que había llegado al poder en 1999.
Frente a los saqueos y las movilizaciones que se realizaban en todo el territorio nacional como consecuencia de una serie de decisiones tomadas por el debilitado Presidente radical, como el “corralito” a los depósitos bancarios y la instauración del Estado de Sitio, dictado de manera irregular ya que fue impuesto por decreto y no tratado en el Parlamento; el Gobierno desplegó un desmedido accionar de las fuerzas de seguridad que incluyó el homicidio, centenares de heridos y cuatro mil quinientos detenidos.
Ese accionar autoritario y la decisión de los sectores más empobrecidos de la sociedad que salió a la calle a pedir la renuncia de Fernando de la Rúa y el “que se vayan todos” los políticos, será conmemorado el próximo 20 de diciembre por la mayoría de las organizaciones sociales alineadas con la Casa Rosada.
Así lo decidieron el fin de semana en la sede de San Isidro, de la Unión de Trabajadores de la Economía Popular (UTEP). Estaban presentes dirigentes del Movimiento Evita, Barrios de Pie, Coordinadora 25 de Mayo, Frente Desocupados Eva Perón, Konfluencia, CTD Aníbal Verón, Frente 22 de Agosto, Corriente Pueblo Unido, Frente Popular Darío Santillán y Barrios Peronistas, entre otras organizaciones populares.
Gildo Onorato, secretario gremial de la UTEP, le confirmó a Infobae que el gobierno de Alberto Fernández ya está informado sobre la decisión que tomaron en los 150 dirigentes de las organizaciones sociales que acompañan al Frente de Todos.
La concentración en Plaza de Mayo, que se espera será masiva y podría estar acompañada de algunos gremios que integran la CGT, tendrá palco y oradores, aunque aún no se definió quienes le hablarán a la multitud.
“Los movimientos fuimos protagonistas de aquella jornada del 20 de diciembre, por eso decidimos salir a la calle a conmemorar”, recuerda Onorato y asegura: “Después de la crisis de 2001, y con la llegada al gobierno de Néstor Kirchner, esos movimientos nos dividimos, nos fragmentamos. No teníamos una propuesta económica y social, nos disciplinamos ante la institucionalidad y tampoco construimos una propuesta política”.
Según el dirigente del Movimiento Evita: “Veinte años después hemos aprendido de aquella crisis. Hoy estamos unidos y tenemos un instrumento gremial como la UTEP, estamos empezando a esbozar una propuesta económica y social para nuestro sector. No hemos abandonado las calles, aun acompañando el rumbo de este Gobierno. Porque el gran desafío que tenemos por delante es construir una propuesta política donde junto con otros sectores deberemos generar las transformaciones que nuestro pueblo está demandando y exige desde nuestras bases sociales”.
Ese, según Onorato, es el espíritu que los movilizará a la Plaza de Mayo. El acto será también una nueva manifestación en favor de Alberto Fernández que por estos días debate internamente que tipo de acuerdo sellará su administración con el Fondo Monetario Internacional (FMI) y si consigue dólares frescos para inyectarle al Banco Central de la República Argentina (BCRA) a través de préstamos con terceros países.
Diciembre de 2020 fue marcado por un triste récord que recuerda la fragilidad institucional de entonces. Por la Casa Rosada pasaron cinco presidentes en 11 días. El 20 de diciembre el Presidente abandonó la Casa Rosada en helicóptero. Pero regresó al otro día. Si bien había dejado firmada su renuncia, no había levantado el Estado de Sitio. El 21 de diciembre, mientras enmendaba el descuido, el Congreso de la Nación elegía presidente provisional al titular del Senado, Ramón Puerta.
El Partido Justicialista propuso como presidente interino al por entonces gobernador de San Luis, Adolfo Rodríguez Saá y convocó a elecciones anticipadas para el 3 de marzo. El 23 de diciembre Rodríguez Saá jura como jefe de Estado y en su recordado mensaje al país anuncia la suspensión en los pagos de la deuda externa. La decisión fue aclamada por el Parlamento.
También decidió extender el feriado bancario hasta el 2 de enero y la creación de una nueva moneda (el argentino) que circulará de manera paralela con el peso y el dólar. Rodríguez Saá mantiene una catarata de reuniones para justar los números del presupuesto nacional para el año próximo. A la CGT les confía cómo será la nueva moneda y mantiene las restricciones para el retiro de fondos de los bancos.
Esto provocó nuevos incidentes callejeros, sobre todo protagonizados por la clase media que ya había salido a protestar el 19 y 20 de diciembre para reclamar por la “incautación” de sus depósitos a través del “corralito financiero”. La nueva ola de detenidos y heridos generó una convocatoria a los gobernadores -la asistencia fue dispar- y la renuncia del puntano a la presidencia.
El 31 de diciembre, el presidente del Senado, Ramón Puerta, también presenta su renuncia, por lo que el titular de la cámara baja, Eduardo Camaño, asume de manera interina la jefatura del Estado y convoca de urgencia a la Asamblea Legislativa.
El 1 de enero, Eduardo Duhalde, por entonces senador nacional por la provincia de Buenos Aires y que había sido derrotado por De la Rúa en las elecciones de 1999, es elegido por aclamación para terminar el mandato del ex presidente radical. fueron asesinados, el 26 de junio de 2002.
La denominada “Masacre de Avellaneda” en la cual policías bonaerenses asesinan el 26 de junio de 2002 a los militantes sociales Maximiliano Kosteki y Darío Santillán, durante una protesta, obligo al ex gobernador bonaerense a adelantar las elecciones presidenciales en la que es elegido Néstor Kirchner, por entonces gobernador de Santa Cruz.
Ese encadenamientos de sucesos será conmemorado por las organizaciones sociales el próximo 20 de diciembre. Es posible que ese mismo día, y de manera independiente, Alberto Fernández también realice un reconocimiento público a las familias de los asesinados ese día y aluda a la represión estatal protagonizada, por ejemplo, en Plaza de Mayo por la Policía Federal, aunque esto aún no está confirmado.
El diputado Juan Carlos Alderete y líder de la Corriente Clasista y Combativa (CCC), que no participó del encuentro en la sede de la UTEP en San Isidro, le dijo a Infobae que la CCC todos los años reivindican “la lucha de los compañeros del 19 y 20 de diciembre porque fuimos protagonistas de esas jornadas” y espera “poder articular con las otras organizaciones sociales una marcha en conjunta y ponernos de acuerdo en la consigna que debe tener la marcha a 20 años del argentinazo del 2001″.
Alderete aclara también que esta marcha “no solo debe ser una reivindicación histórica, sino también un reconocimiento a que la inmensa mayoría de nuestro pueblo revertir las deudas que el Estado tiene con respecto a la salud, la educación y el trabajo”.
Onorato, por su parte, entiende que a 20 años de aquellas jornadas que terminaron con el gobierno de la Alianza, los problemas sociales aún continúan.
“La crisis de la salida de la dictadura, la de 1989, la de 2001, la de 2008 y la de Macri nos hicieron más pobres a todos los sectores populares”, afirma y propone: “Si queremos concretar una propuesta de Nación lo que necesitamos es estabilizar al país”.