En el bloque del Frente de Todos de la Cámara de Diputados trabajan contrarreloj con la intención de juntar las voluntades necesarias para conseguir el quórum y poder tener una última sesión en la previa al 10 de diciembre cuando se modifique la composición del recinto.
Pero, aunque hay acuerdo para poder sesionar y tratar una buena cantidad de proyectos de ley antes de esa fecha, la intención del bloque oficialista de poner en el temario la Ley de Envases está llevando la sesión al borde del fracaso.
El proyecto de ley, de la autoría de Máximo Kirchner, establece la creación de una tasa ambiental del 3% del precio mayorista de los productos envasados que deberá ser pagada por los productores responsables de los envases que lleguen al mercado y que no se hagan cargo de su reciclado. Sin embargo, está generando el rechazo de la mayoría de los bloques opositores y hasta de algunos legisladores del Frente de Todos.
“No hay acuerdo, no llegan al número y si la norma se mantiene en el temario se caería la sesión”, explican desde la oposición. “Hay varios temas que son más chicos y que tienen dictamen de comisión que pueden ser tratados antes del 10 de diciembre porque hay acuerdo, pero este punto podría hacer caer todo”, agregó la misma fuente.
En el Frente de Todos analizan la situación porque quedaron en una “encerrona”. La autoría del proyecto es del presidente del bloque, lo que le impone una impronta propia. Pero, por otro lado, aún está presente la sesión frustrada en donde Máximo Kirchner no logró sentar en el recinto los 129 diputados necesarios para avanzar con la ley de Etiquetado Frontal para los alimentos ultraporcesados sin tener que negociar el temario con Juntos por el Cambio.
Por ahora la discusión está estancada. Desde Juntos por el Cambio ya adelantaron que no acompañarán el proyecto. Los sectores más intransigentes aseguran que es un nuevo impuesto y que no lo van a apoyar. Los más dialoguistas señalan que es una medida “que necesita más discusión”.
Pero quienes adelantaron su oposición a la medida son los interbloques de Unidad Federal y Federal, que son los “del medio” del recinto y es donde tanto el Frente de Todos como Juntos por el Cambio suelen salir a “pescar” voluntades para poder alcanzar los 129 legisladores necesarios para el quórum.
Pero, además, el problema que se le presenta al oficialismo -y por el que apura la discusión- es que el 10 de diciembre quedará más lejos del número para sesionar y los posibles aliados empezarán a trabajar de una manera diferente la relación con el oficialismo porque entienden que la composición del poder cambia.
Otro punto que también juega en contra son los plazos. Faltan dos semanas y las conversaciones entre los bloques parecen apuntar a que las posibilidades de sesionar están acotadas a la primera semana de diciembre.
Según lo que pudo rearmar Infobae, los bloques están negociando que el 7 de diciembre se realice la sesión preparatoria en donde juren los nuevos diputados y el 8 -que es feriado- o el 9 de diciembre sesionar con la composición actual en donde el Frente de Todos tiene 120 diputados, 9 menos que el quórum. A partir del 10 de diciembre, necesitará sumar 11 diputados para alcanzarlo.
Si finalmente se define que sea el 9 de diciembre, el Congreso estará en ebullición porque ese mismo día sesionará en paralelo la Cámara de Senadores en donde, aprovechando el último día de quórum propio, el oficialismo aprobará los 116 Decretos de Necesidad y Urgencia que firmó el presidente Alberto Fernández durante buena parte de la cuarentena.
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