El juez federal Luis Rodríguez le pidió colaboración al FBI y a un organismo criminal de Chile para identificar al grupo de nueve personas que el lunes a la noche arrojó bombas molotov contra el diario Clarín. La solicitud fue para que en sus registros analicen una huella encontrada.
Fuentes judiciales informaron a Infobae que una de las botellas incendiarias que el grupo arrojó no se rompió y allí los investigadores policiales hallaron una huella. En los registros nacionales, como el RENAPER, el RENAR y la Dirección Nacional de Migraciones no hay información de que esa huella pertenezca a alguien anotado en esos registros.
Por eso el magistrado ahora pidió colaboración internacional para intentar dar con esa persona. Le solicitó a la delegación en Buenos Aires del FBI que coteje la huella en sus registros. Lo mismo hizo con un organismo criminal de Chile que tiene huellas de personas de distintas personas de América Latina. Al no encontrarse la huella en registros nacionales una posibilidad es que se trata de una persona extranjera que ingresó ilegalmente al país o que se un turista y que por eso no estén sus datos.
Por otra parte la División Antiterrorismo de la Policía Federal y el Centro de Investigación Judicial (CIJ) del Ministerio Público Fiscal de la ciudad de Buenos Aires analizaron las cámaras de seguridad de la zona. Allí lograron aislar imágenes y con un mapa de inteligencia artificial obtener los rostros de los atacantes. Ahora lo que se busca es con un análisis morfológico ponerle nombre a las personas. Tres son mujeres. Hay algo menos dos personas cuyos rostros aparecen con nitidez y hay expectativas fuertes de identificarlos.
Lo que la investigación también arrojó es que cuatro de las nueve personas llegaron en dos motos de baja cilindrada. Lo que no se pudo obtener es la patente. “Cuando se amplía la imagen se pixela y no se puede ver”, le dijo a este medio una fuente del caso. Los expertos siguen analizando las cámaras del lugar para determinar la ruta de llegada y salida de los atacantes. “Se fueron en dos grupos y con las cámaras de seguridad se intenta completar los recorridos que hicieron”, agregó la fuente.
Hay otras medidas que se están realizando. Una de ellas es analizar las antenas de teléfonos celulares de la zona para obtener los números que impactaron en el momento que ocurrió el ataque. Por el momento el caso está caratulado como intimidación pública.
Todavía no hay una hipótesis de cuál fue el móvil del ataque. Lo cierto es que los investigadores no descartan, como hipótesis primaria, que los agresores “sean un grupo minúsculo de características anarquistas, ya que no hubo una reivindicación pública del ataque a la sede del grupo de comunicación”.
El ataque fue el lunes feriado, a las 23:05. Nueve personas encapuchadas arrojaron bombas molotov contra la entrada del diario Clarín. En las imágenes de las cámaras de seguridad se ve cómo las personas llegan al lugar y desde la vereda de enfrente, mientras pasaban colectivos, arrojaron entre siete y ocho de esos elementos.
El ataque provocó un principio de incendio, no dejó heridos ni daños materiales. Minutos más tarde, arribó personal de la comisaría 4D, quienes junto a los Bomberos realizaron las pericias correspondientes.
El ataque al edificio del Grupo Clarín generó un amplio rechazo que inicialmente surgió de referentes de la oposición, al que luego se sumaron dirigentes del gobierno nacional y de La Cámpora.
“Quiero expresar nuestro repudio al episodio ocurrido frente a la sede del diario Clarín. La violencia siempre altera la convivencia democrática. Esperamos que los hechos se esclarezcan y los autores sean identificados a partir de la investigación que está en curso”, posteó en redes sociales el presidente Alberto Fernández.
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