Patricia Bullrich aceptó que Cristian Ritondo siga como presidente del bloque de diputados del PRO y que todos los legisladores del partido discutan entre ellos el resto de los cargos. Así se desactivó la tensión que se había originado entre “halcones” y “palomas” luego de que la titular partidaria convocó por WhatsApp a una reunión para este jueves con diputados, sin habérselo anunciado a las autoridades parlamentarias, para reclamar “un perfil político” de la bancada que reflejara el resultado electoral.
La decisión de Bullrich fue interpretada como una ofensiva para ganar espacios en el bloque y en las comisiones legislativas a partir de la lectura de que su aporte fue decisivo para que Juntos por el Cambio ganara las elecciones y consiguiera cinco senadores más para quitarle el quórum a Cristina Kirchner. Pero moderó su postura luego de que unos 33 diputados firmaron una nota para respaldar la continuidad de Ritondo al frente del bloque y se redujo la cantidad de legisladores que apoyaban a la jefa del PRO.
“Como presidenta del PRO, sostengo la continuidad institucional de nuestro bloque con @cristianritondo como presidente y lucharé para que nuestros votantes se sientan representados en cada decisión. Un bloque contra el populismo y por un país donde el esfuerzo sea la vara”, escribió Bullrich ayer, a las 18.53, en su cuenta de Twitter.
Más temprano, la ex ministra de Seguridad le había dicho a Infobae: “Nosotros no estamos discutiendo el rol de Ritondo sino el perfil de un bloque que debe ser representativo de la angustia social y de lo que la sociedad espera que seamos capaces de representar (...) No voy a discutir cargos, no voy a discutir posiciones internas. Voy a discutir de representación con la sociedad”.
En el medio, entre ambas declaraciones, ayer a la tarde hubo una negociación reservada entre Gerardo Milman, la mano derecha de Bullrich y diputado electo de Juntos, y el diputado Alvaro González, alineado con Horacio Rodríguez Larreta, para pulir los detalles de un acuerdo que frenara la pelea interna.
En las últimas horas, con la tensión en aumento, Ritondo consiguió que unos 33 diputados sobre un total de 48 firmaran una nota que proponía su continuidad al frente del bloque y en ese grupo incluso figuraba un “halcón” como el legislador electo Hernán Lombardi, muy cercano a Mauricio Macri, quien, de todas formas, pidió “equilibrio” porque “todas las posiciones (dentro del partido) deben ser integradas”. Los allegados al jefe de la bancada amenazaron: “Si hace falta, iremos a una votación para resolver estas diferencias”.
Del lado de Bullrich, sus operadores aseguraron que contaban con el respaldo de 25 diputados y que el sector dialoguista del PRO “debe abrirse porque no puede desconocer el sentido de lo que votó la gente”. Para la jefa del partido, más que cargos, “las palomas” que conducen el bloque debían cederles a “los halcones” la presidencia de comisiones legislativas importantes y la posibilidad de incidir en los proyectos de ley que impulse Juntos por el Cambio. “No puede repetirse lo que pasó con la Ley de Alquileres, que fue avalada por ellos y en la campaña propusieron su derogación”, afirmaron en el bullrichismo.
La titular del PRO fue perdiendo apoyos entre los diputados a lo largo de la tarde: de los 25 que avalaban su posición, sólo le quedaron cinco, aseguraron en el larretismo. “Patricia se bajó porque perdió la pulseada”, interpretaron. Quienes operaron entre los legisladores para sacarle respaldos a Bullrich fueron Ritondo, González y Eduardo Macchiavelli, ministro porteño y armador larretista en el interior.
Con esos números definidos dentro del bloque, Milman y González finalmente acordaron los detalles: el debate sobre los cargos se dará dentro de la bancada del PRO y no estará en discusión la continuidad de Ritondo, mientras que el resto de los puestos legislativos se conversarán en un encuentro entre todos los diputados, que tendría lugar entre el 30 de noviembre y el 1° de diciembre, ya que el 6 se realizará la sesión preparatoria para la renovación de autoridades de la Cámara de Diputados. Y la reunión convocada por Bullrich para este jueves, por supuesto, quedó cancelada definitivamente.
Los leales a Bullrich negaron enfáticamente que el cambio de postura haya obedecido a que se quedaron con menos respaldos. Milman explicó: “No nos importa el número de diputados. Fue una decisión política”. Y destacó: “Acordamos todo y lo someteremos la semana que viene al pleno del bloque”.
Un rato antes, el dirigente bullrichista había publicado en Twitter: “Mantuve una excelente reunión con el diputado @_alvarogonzalez y llegamos a un acuerdo de integración general que le propondremos a todos los diputados donde @cristianritondo seguirá presidiendo el bloque de Diputados del @proargentin para que sea consensuado por el conjunto”. González le respondió desde la misma red social: “Las decisiones de @JuntosCambioAr siempre serán fruto del consenso de todos sus integrantes. Este es el camino que la sociedad nos ha marcado. ¡Nos esperan desafíos muy importantes en el Congreso Nacional, Gerardo!”.
Bullrich comenzó una fuerte ofensiva política después de las elecciones porque le atribuye a sus viajes por el interior el mérito de haber logrado cinco senadores más para quitarle el quórum a Cristina Kirchner y considera que la gente votó mayoritariamente por una posición dura -como la de ella- contra el Gobierno.
Para el larretismo, esa interpretación es errónea porque, destacan, el jefe de Gobierno también viajó por distintas provincias para garantizar el voto a Juntos por el Cambio y que Bullrich se equivocó en no haberle avisado a Ritondo de la reunión de diputados del jueves. “Está poniendo en riesgo la unidad por una discusión adelantada porque no hace falta definir ya las autoridades de los bloques”, dijeron.
¿Habrá llegado la paz definitiva entre los “halcones” y las “palomas”? Todos saben que no, pero cada batalla desactivada se festeja como un gol de media cancha. Después de todo, se ganó un partido clave gracias al trabajo en equipo y peligra el gran desafío de 2023 estará en riesgo si siguen pateando en contra.
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