“Son comentarios a título personal. No reflejan la opinión del presidente. Alberto Fernández apuesta a profundizar las relaciones bilaterales con Chile, sin importar quien triunfe en el balotaje: José Kast o Gabriel Boric”, explicó a Infobae un vocero del Gobierno que vive al lado del jefe de Estado, cuando fue consultado por las inesperadas declaraciones del embajador argentino Rafael Bielsa, que en Santiago descalificó al candidato de centro derecha que llega al balotaje con posibilidades de suceder a Sebastián Piñera en el Palacio de la Moneda.
Bielsa fue canciller de Néstor Kirchner, es un estudioso de la política exterior y repite de memoria los libros de Henry Kissinger, secretario de Estado durante los mandatos de Richard Nixon y Gerald Ford. En este contexto, las declaraciones del embajador en Chile no pueden asumirse como un error de apreciación o la gaffe de un novato que recién inicia su cursus honorun en la diplomacia argentina.
“Si uno toma como elemento de juicio las manifestaciones públicas, Kast ha exhibido su anti-argentinismo como una etiqueta más de las frases que pronuncia. Desde decirnos que hemos robado históricamente territorios, que tenemos que dejar de robar territorios a Chile, hasta todo tipo de expresión xenófobas contra los argentinos, que yo las tengo archivadas, registradas, leídas y estudiadas”, dijo Bielsa ante el periodista Reynaldo Sietecase.
El 11 de marzo de 2022, asume el futuro presidente de Chile. Si Kast finamente vence en el balotage a Boric, la Cancillería no tendrá otra alternativa que retirar a Bielsa de Santiago y designar a otro embajador. Bielsa conoce esta obviedad diplomática, y el próximo 19 de diciembre (fecha del balotaje), ya sabrá si hace las valijas o continuará en un puesto clave del Ministerio de Relaciones Exteriores.
Cafiero estuvo en contacto con Bielsa durante el fin de semana. Y recibió del embajador un informe de situación que reprodujo los diarios locales y obvió su mirada personal sobre los candidatos de centro derecha y de izquierda que borraron de la contienda a las coaliciones políticas que llegaban al balotaje desde 1990.
No hubo instrucción del Palacio San Martín hacia Bielsa para que fijara posición oficial sobre Kast.
“Se cortó solo, le ganó su ego. Ya había hecho lo mismo cuando apareció en la audiencia de la justicia chilena que trató la libertad condicional del mapuche Huala. Nadie le dijo que fuera. Esa fue su agenda personal, como ahora sucedió con Kast”, aseguró un miembro del Gabinete que no necesita audiencia para ingresar al despacho de Alberto Fernández.
El canciller participaba junto a la ministra Carla Vizzotti de un acto oficial en Ezeiza convocado para anunciar que Argentina donaba vacunas contra el COVID-19 a Vietnam, Mozambique y a cinco países del Caribe, cuando se enteró que Bielsa había roto los manuales básicos de la diplomacia y contradecía la cautela política del Presidente.
Cafiero habló con Bielsa, y después se comunicó con Alberto Fernández. El jefe de Estado y el ministro estaban sorprendidos y molestos. Su embajador en Chile había asumido una iniciativa personal que no podía ser avalada bajo ninguna circunstancia. Bielsa ponía en falsa escuadra una eventual relación presidencial cuando hay temas claves entre Buenos Aires y Santiago.
Alberto Fernández y Cafiero aseguraron en la intimidad que es posible dialogar con Kast, al margen de su perspectiva ideológica que lo pone al lado de Donald Trump y Jair Bolsonaro. El presidente y su canciller apuestan a una relación fluida con Chile para evitar que las diferencias de límites en el sur o la situación de los mapuches afecte los vínculos diplomáticos a ambos lados de la cordillera.
La Casa Rosada espera ahora la réplica electoral de Kast. Y si finalmente vence en el balotaje, Alberto Fernández hará la llamada de rigor para felicitar al inesperado presidente electo chileno. A esa hora, Bielsa -que conoce las reglas de juego- empezará la ceremonia del adios en Santiago.