Luego de las PASO la presidenta del PRO, Patricia Bullrich, contó que los principales dirigentes de Juntos por el Cambio habían puesto las manos todas juntas una sobre otra y pactaron no agredirse hasta pasada las elecciones legislativas. Una hora después de haber obtenido el triunfo, las manos salieron rápidamente del montón y las internas afloraron.
Aunque muchos miran el 2023, en Juntos por el Cambio se desató rápidamente una pelea que deberá resolverse en las próximas dos semanas. La interna entre los diferentes sectores del PRO está lanzada y el recinto de la Cámara de Diputados parece ser el espacio adecuado para, por lo menos, la primera de las batallas.
Durante la primera semana de diciembre se realizará lo que se conoce como la sesión preparatoria. En esa sesión jurarán los nuevos legisladores que asumen el próximo 10 de diciembre y, además de la curiosidad de saber por quién jura cada uno, en esta ocasión habrá mucha tensión a la espera de que cada uno de los bloques anuncie sus autoridades y se comiencen a definir las presidencias de las comisiones más importantes.
No es un secreto el enfrentamiento entre los sectores denominados “duros” del PRO y aquellos más permeables al diálogo con el oficialismo. En el armado de las listas, por lo menos en la provincia de Buenos Aires, el sector ligado a Horacio Rodríguez Larreta y María Eugenia Vidal fue el que se impuso y se quedó con la victoria en un distrito donde el “kirchnerismo” era el contrincante a vencer. Por lo que sienten que gran parte del triunfo es suyo.
Por el lado de los duros aparecen Patricia Bullrich y Mauricio Macri, que sienten que fueron más responsables de los votos de Juntos por el Cambio en el interior, a pesar de que las últimas semanas Rodríguez Larreta también visitó las provincias en las que se elegían senadores. La confrontación se dirimirá en el Congreso.
En el PRO dan por seguro que esta vez quedarán al frente del Interbloque que conforman con el resto de las fuerzas de Juntos por el Cambio. Primero porque tienen más legisladores que el resto. Segundo, porque Alfredo Cornejo, presidente de la UCR, se muda al Senado y aspira a presidir el interbloque allí. Cabe destacar que si una fuerza preside en la Cámara alta, la otra lo hará en la Cámara baja. Tercero, porque el actual presidente del interbloque en Diputados, el radical Mario Negri, viene de perder la interna en Córdoba y sabe que es el turno de uno de sus colegas del PRO.
El hombre al que todos señalan para ocupar ese lugar es Cristian Ritondo. Con trayectoria en la Cámara, este hombre que políticamente responde a María Eugenia Vidal y aspira a ser gobernador de la provincia de Buenos Aires tiene buen trato con el presidente de la Cámara, Sergio Massa, y con el presidente del bloque del oficialismo, Máximo Kirchner.
Ritondo estaba en condiciones de asumir el puesto hace dos años pero le cedió el lugar a Negri. Hoy está decidido a pelear por él. Y, aunque al radical cordobés le gustaría seguir en ese lugar, lo más probable es que la competencia la tenga con miembros del PRO.
Por el lado de Bullrich aparece con fuerza legisladores como Waldo Wolf y Fernando Iglesias, como las espadas que saldrán a pelear. Y, aunque muchos entienden que tienen pocas chances de alcanzar ese lugar, la presión servirá para poder disputar la presidencia de las comisiones y la vicepresidencia de la Cámara de Diputados.
De todas formas, todos tienen presente que la presidencia del interbloque se resuelve entre jefes de bloques y con la Mesa Nacional de Juntos por el Cambio. Es decir que finalmente se resolverá también de la mano de lo que digan los futuros jefe de bloque PRO, UCR, CC, y de los nuevos bloques que ya se prevén como el de Emilio Monzó y Rogelio Frigerio que promete arrastrar a otros legisladores, el de Ricardo López Murphy y demás espacios pequeños que tendrán paraguas en JxC.
Hace dos años atrás, cuando se vivió una situación similar, la negociación se saldó con el diputado Omar de Marchi del PRO de Mendoza como vicepresidente de la Cámara de Diputados y Alfredo Cornejo, enfrentado en al interna con Mario Negri, se quedó con la vicepresidencia tercera.
“Hoy las primera y tercera vicepresidencia de la Cámara las tienen el PRO y la UCR. Eso son dos cargos que se van a poner en juego en las negociaciones pero para definir las autoridades internas”, explica un conocedor de las negociaciones. “Hay muchos sectores con aspiraciones”, agregó.
Pero mientras en el PRO las peleas son más públicas, en el radicalismo silenciosamente se libran las mismas batallas. El centenario partido también vive un proceso de disputa de poder que va por varios carriles y que, por lo menos este año, culminará con la elección de las autoridades partidarias en diciembre.
Pero en el Congreso ya están todos lanzados. Por lo menos en la Cámara baja. El diputado y presidente de la UCR porteña, Emiliano Yacobitti, ya no esconde sus intenciones de ir por la presidencia del bloque de la UCR y anunció que buscará disputarle la presidencia al histórico Mario Negri.
Yacobitti pertenece al mismo sector que Martín Lousteau, Evolución Radical, que fue otro de los ganadores de la elección. Aunque no puso su banca en juego, apostó en todo el país por diferentes candidatos y, en la gran mayoría de los casos, se impuso. Principalmente, lo hizo en Córdoba en donde el radical Rodrigo de Loredo le ganó a su correligionario, Mario Negri.
Negri viene desde hace tiempo hablando uno a uno con cada uno de los 46 legisladores que conforman el espacio para asegurar su reelección. Pero Yacobitti dice contar con 16 de esos 46 votos.
“Si tengo la confianza de mis pares quiero seguir siendo presidente del bloque del radicalismo. No es mi prioridad ser presidente del interbloque, que es un coordinador entre todos los demás presidentes de bloques”, dijo Negri.
Para los especialistas en radicalismo que siguen las constantes internas y diferentes líneas que tiene el centenario partido, la pelea que busca dar el radical porteño es, en principio, “compleja”. “De los 46 diputados que tendrá el Bloque UCR, Yacobitti tiene 16 y hay uno que no está tan seguro que es Julio Cobos. El resto parece estar más cerca de Negri que conoce mucho el paño de Diputados. En 2019 le ganó a Cornejo que venía de ser gobernador y presidente del partido”, recuerdan
En el entorno del diputado cordobés tomaron como un “golpe bajo” que Yacobitti hiciera referencia a que los jefes de bloques tengan respaldo en las urnas. “Él entró tercero en una lista sábana en 2019, no se sabe cuántos votos propios tiene en una elección general”, retrucaron.
Las comisiones
En Juntos por el Cambio buscan resolver rápido estas disputas y evitar que la sangre llegue al río porque el tiempo apremia y quieren tener una estrategia conjunta para enfrentar a Sergio Massa no por su silla en la Cámara sino por la presidencia de las comisiones.
Hoy JxC no preside ninguna comisión importante y entiende que ahora es el momento de pelearlas. Como hay solo dos legisladores de diferencia con el oficialismo, entienden que por el sistema D´hondt deberían tener la misma cantidad de comisiones, el problema es la calidad.
La discusión esta vez va a ser con quién va a formar alianza JxC en cada comisión para que en el momento en que se voten las autoridades, la oposición pueda arrebatarle al oficialismo alguna. Una de las comisiones clave que buscan en JxC es asuntos constitucionales por lo que va a necesitar acuerdos con la nueva oposición que va a ingresar que no es del PRO, la UCR ni la CC para obtener los votos necesarios. Y, además, saber cuál va a entregar a cambio.
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