El radicalismo ya piensa en 2023. Aunque primero debe terminar de atravesar el proceso de renovación generacional que comenzó a cristalizarse primero en las internas partidarias y, luego, en las elecciones legislativas. Algunos resultados fueron elocuentes pero las pujas internas todavía no están saldadas.
En ese marco, el diputado nacional y titular de la UCR porteña Emiliano Yacobitti buscará disputarle la presidencia del bloque radical en la Cámara baja al histórico Mario Negri. El dirigente cordobés ya dejó en claro que espera renovar su lugar tanto al frente del bloque radical como del interbloque de Juntos por el Cambio. Sin embargo, la dura derrota ante Rodrigo de Loredo en su provincia dejó su liderazgo interno malherido.
El bloque tiene 44 bancas, por lo que se necesitan 23 votos para obtener la jefatura. El espacio liderado por Yacobitti, donde también se referencia el senador Martín Lousteau, cuenta con 16 votos y estima que sumará otros 5 de los mendocinos liderados por Alfredo Cornejo. La disputa promete ser muy pareja.
Casi al mismo tiempo, otra arista de la misma interna se librará a nivel nacional, Martín Lousteau y el gobernador jujeño Gerardo Morales aspiran a liderar el partido. Según Yacobitti, ese puesto sólo puede ser ocupado por un referente que tenga autonomía del gobierno nacional, algo imposible para un mandatario provincial.
Yacobitti y Lousteau lideran la transformación del radicalismo, que no solo aspira a renovar a su dirigencia sino a poner en discusión el poder dentro de Juntos por el Cambio, con la mira puesta en la Presidencia de la Nación para 2023. En sus filas también se destacan jóvenes dirigentes como la bonaerense Danya Tavella, que secundó a Manes; Martín Tetaz, que acompaño a Vidal; Marcela Antola, que ganó junto con Rogelio Frigerio en Entre Ríos; el puntano Daniel Casase; la santafesina Vicky Tejada; el formoseño Fernando Carbajal; el salteño Miguel Nanni en Salta y el neuquino Pablo Cervi.
-¿Por qué decidió disputarle la presidencia del bloque a Mario Negri?
-A diferencia de lo que pasó en 2017 y en 2019, la mayoría de los diputados que va a ingresar a la Cámara en esta etapa vienen de ganar una PASO y una elección general. Cada uno tiene más peso propio que los que eran elegidos -como antes- a dedo o en una mesa de negociación. Nosotros creemos que la discusión de los espacios dentro del bloque debe ser más horizontal. Hay que defender a los candidatos que van a disputar en cada distrito en el 2023. Nosotros primero internamente discutimos que las PASO eran buenas para el espacio. Y muchos pretendían un partido más chico y cerrado para poder liderarlo. Pero las PASO fueron la clave que le permitió la victoria nacional a Juntos por el Cambio.
-¿Qué lectura hace de las PASO en relación a la interna del radicalismo?
-Las PASO permitieron, por ejemplo, la consolidación de nuevos liderazgos como Rodrigo De Loredo, que hizo la mejor elección legislativa en la historia de Córdoba. Eso fue debido a que por primera vez dentro de nuestro espacio primó la posición de que los candidatos se elijan en las PASO. Eso hace que los liderazgos sean más horizontales. Nosotros queremos trasladar eso a las Cámaras. No podemos tener un partido que sea un club de amigos, donde tenga más importancia quién está hace más tiempo. La prioridad tienen que ser los que van a disputar en el territorio. Todo para que Juntos vuelva a gobernar, pero no como gobernó en 2015, sino de una forma más ampliada.
-¿Según sus cálculos ya tiene los votos necesarios?
-Lo importante no es contar diputados sino ver la forma en la que vamos a funcionar. Cada diputado se ganó un espacio de representación y nuestro rol es ver cómo darle soluciones a cada dirigente de hasta el último rincón de la Argentina. Desde la oposición tenemos que fomentar la mayor cantidad de voces posible, el presidente del bloque no puede ser también el presidente del interbloque. A cada representación hay que darle una voz en el Congreso, no hay que centralizar en las mismas personas, sobre todo si no tienen un respaldo de la sociedad.
-¿Si resulta electo jefe del bloque cuál sería la principal diferencia con la conducción actual?
-Nuestra única prioridad va a ser defender en cada distrito a los espacios que van a tener que disputar en el 23. Tenemos que mostrar una UCR unida pero también que escuche a la gente. Con Pullaro, Manes, Tetaz, una UCR que se convierta en un vehículo para que la sociedad decida ser parte del futuro de la Argentina. No un club de amigos que para liderarlo haya que achicarlo.
-¿Quién cree que debe ser el presidente del interbloque?
-Va a ser una elección más horizontal porque las PASO hicieron que el ordenamiento de las listas sea cruzado, como seguramente será en 2023. Las listas fueron cruzadas, no fueron uniformes, lo lógico sería que la representación del interbloque se elija independientemente de los partidos. Debemos generar una fuerza política que represente la alternancia, para que el que gobierna lo haga lo mejor posible o para que haya una alternativa para la sociedad.
-¿Cómo afecta a la UCR la interna del PRO entre los denominados “halcones” y las “palomas”?
-Todos los sectores tienen que tener su espacio, el PRO tendrá que dirimir sus diferencias. Por suerte las empezó a dirimir de cara a la gente en la ciudad y en la provincia de Buenos Aires, eso fue muy positivo. Juntos por el Cambio por primera vez decidió usar un método para que la gente decida. Aunque de cara al futuro yo creo que las peleas que tenés que dar son demasiado importantes como para poder darlas solo, uno no puede estar permanentemente fomentando la grieta. Tenemos que trabajar en pos de consensos básicos para que Argentina no tenga tantas injusticias.
-¿El Congreso se perfila como el campo de batalla para la disputa de liderazgo para 2023?
-Me gustaría ver al Congreso como un campo de acuerdo, de conversaciones. Argentina no tiene margen para seguir tirando de los extremos, tenemos que encontrarnos en el centro para debatir políticas de Estado que nadie pueda poner en duda, más allá de quién gane en 2023.
-¿Qué opina de la convocatoria del Gobierno a la oposición?
-No creo en ninguna convocatoria en la que primero no me digan a qué me convocan. El diálogo se tiene que dar en el Parlamento y sobre todo tenemos que discutir ideas, no eslóganes.
-¿Qué cree que va a pasar con la presidencia del partido, a la que aspiran Martín Lousteau y Gerardo Morales?
-La UCR va a discutir y a renovar sus autoridades. Tengo mi opinión y creo que el presidente del partido tiene que tener el mayor grado de autonomía posible del gobierno nacional. Para el que tiene un cargo ejecutivo su responsabilidad primera es con quienes lo votaron en una provincia y eso no contempla el nivel de autonomía necesario.
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