Los movimientos sociales vinculados al Frente de Todos se movilizarán mañana a la Plaza de Mayo en apoyo al presidente Alberto Fernández. Lo harán junto a la CGT, que saca por primera vez a la calle a su flamante triunvirato conformado por Héctor Daer, Pablo Moyano y Carlos Acuña. Será para conmemorar el Día de la Militancia. La convocatoria fue realizada semanas antes de las elecciones legislativas en las que el oficialismo fue derrotado, a nivel país, a manos de Juntos por el Cambio, por más de ocho puntos. El domingo, desde el bunker oficialista, fue el propio jefe de Estado quien llamó a la militancia a “festejar el triunfo” el 17 de noviembre.
Al frente de la organización de la movilización estarán, entre otros, los lideres del Movimiento Evita, Emilio Pérsico y Fernando “Chino” Navarro; el coordinador nacional de Somos Barrios de Pie, y subsecretario de Promoción de la Economía Social y Desarrollo, Daniel Menéndez; Juan Grabois, referente del Movimiento de Trabajadores Excluidos (MTE); el diputado nacional Juan Carlos Alderete, de la Corriente Clasista y Combativa (CCC); Esteban “Gringo” Castro, secretario general de la Unión Trabajadores de la Economía Popular (UTEP); Gildo Onorato, secretario gremial de la UTEP y, entre otros movimientos sociales, la Organizaciones Libres del Pueblo (OLP) y Corriente Pueblo Unido.
Uno de los lemas que utiliza la UTEP para convocar a Plaza de Mayo a las 15 horas es “no nos han vencido”. La frase tiene una marcada connotación post electoral.
Después de la amplia derrota que el Frente de Todos sufrió en las PASO en la provincia de Buenos Aires, los movimientos sociales se comprometieron con Fernández a recorrer unos 1.500 barrios populares del conurbano para identificar a los vecinos que no fueron a votar e intentar convencerlos para que lo hagan en la elección general del pasado domingo.
Por más de treinta días golpearon puertas y llevaron el mensaje presidencial. También alertaron sobre las consecuencias que podría acarrear una avalancha de votos amarillos y la implementación de “políticas económicas neoliberales”.
Con esos datos, desplegaron en los principales municipios del conurbano un despliegue territorial de unos cien mil militantes y casi veinte mil autos, camionetas, utilitarios y colectivos para facilitar el traslado de los votantes a las urnas.
Los jefes comunales hicieron lo propio. De esa manera, dirigentes sociales y alcaldes articularon esfuerzos y recursos, tanto físicos como económicos.
Dentro de las organizaciones sociales interpretan que la “militancia puerta a puerta” fue una de las claves para que, faltando poco más de 120.000 votos para escrutar, el Frente de Todos achicara la brecha.
Juntos se impuso en 109 municipios de los 135 que tiene la provincia de Buenos Aires, pero consiguieron dar vuelta el resultado, por ejemplo, en Quilmes, dónde gobierna la camporista Mayra Mendoza; y en distritos claves por la cantidad de electores, como en La Matanza, conducida por Fernando Espinoza, los votos peronistas se incrementaron en más de un cuatro por ciento.
Con el 98% de las mesas escrutadas, la alianza del PRO, la UCR y la Coalición Cívica obtuvo el 39,81% de los votos (3.480.198) y el oficialismo el 38,53% (3.368.295 votos), 1,3 puntos porcentuales menos.
En las PASO, Juntos había sumado entre sus dos listas para diputados nacionales en la Provincia 37,9% de los votos (3.262.253 sufragios), contra 33,7% del Frente de Todos (356.533 votos menos que Juntos). O sea, ambas fuerzas remontaron su performance, pero mientras Juntos mejoró 2,11 puntos porcentuales, el Frente de Todos sumó 4,73 por ciento.
Durante su encendido discurso, la electa diputada nacional Victoria Tolosa Paz agradeció desde el escenario a los “movimientos sociales” por la militancia y el compromiso demostrado durante las semanas previas a las elecciones. Lo mismo hizo Alberto Fernández, quien sumó en los agradecimiento a la CGT.
“Trabajamos casa a casa, barrio a barrio, en unidad tanto en Moreno como en Quilmes, o también con el diputado nacional Eduardo “Bali” Bucca en la séptima sección electoral. Hubo un gran esfuerzo, no tenemos ni más ni menos mérito que nadie”, analizó ante Infobae un referente del Movimiento Evita y destacó: “Sabemos que empieza una nueva etapa de Gobierno y una oportunidad para el país, dejar atrás la pandemia y empezar a crecer y distribuir, saldar las deudas sociales y construir un gobierno de unidad nacional. Tenemos que seguir reconstruyendo el vínculo con la sociedad, en todo el país”.
Mañana, las principales columnas de los movimientos sociales llegaran a la ciudad de Buenos Aires desde los principales municipios bonaerenses: Florencio Varela, La Matanza, Moreno, San Martín, Lanús, Avellaneda y Morón. También llegarán micros desde Santa Fe, Córdoba y Entre Ríos, tres provincias dónde el oficialismo fue derrotado por la oposición.
Alderete, el líder de la CCC, le recordó a este medio que esa corriente social, junto a la CGT, fueron los primeros en convocar a Plaza de Mayo para conmemorar el Día de la Militancia Peronista, e inmediatamente se abrió el convite a los otros espacios populares vinculados al Gobierno.
El diputado nacional maoísta recalcó también que ayer, en el histórico edificio de la calle Matheu, donde funcionan las oficinas del PJ nacional, se realizó una reunión entre funcionarios del gobierno, del sindicalismo y los movimientos sociales con el fin de delinear el armado del acto y la organización de la logística.
Según Alderete, estuvieron presentes “todas las expresiones sociales, políticas y gremiales que apoyan al gobierno de Alberto”. La agrupación La Cámpora, liderada por el diputado nacional Máximo Kirchner, hijo de la vicepresidente de la Nación, también formará parte de la movilización, al igual que la CTA representada por Hugo Yasky.
Los movimientos sociales, también agrupados en el tridente denominado “Los Cayetanos”, aspiran a que la movilización sea masiva y la plataforma de lanzamiento para la segunda parte del gobierno de Alberto Fernández.
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