A fuerza de votos en los distritos más populosos del conurbano bonaerense, el kirchnerismo quedó en las puertas de dar vuelta una elección que, hace algunas semanas, nadie habría imaginado. El resultado, que comenzó con cuatro puntos de distancia, terminó con una diferencia menor a los 120.000 votos en la provincia de Buenos Aires. La clave estuvo en los votos conseguidos en algunos de estos municipios.
La Matanza tiene un caudal electoral que le da vida política propia. Antes de cualquier elección, el distrito es objeto de análisis de especialistas y es seguido con atención por la oposición, que suele ilusionarse con robarle un triunfo al peronismo. Su atractivo radica en su población que solo es superada por cinco provincias del país. Gobernada por Fernando Espinoza, este distrito quedó bajo la lupa, pero por otras problemáticas que parecían no favorecer al Frente de Todos: el asesinato de un kiosquero, otro hecho de inseguridad en la zona. Pero ese trágico acontecimiento no perjudicó en las urnas al kirchnerismo. Fueron 342.356 los matanceros que apoyaron a Victoria Tolosa Paz, que sacó una diferencia de casi 10 puntos a la oposición. Sobre un 1,1 millón de electores habilitados (equivalentes al 8% del total de los bonaerenses, y al 3% de los nacionales), el Frente de Todos obtuvo el 47,76% de los votos (en las PASO había sacado el 44%). Por su parte, la lista encabezada por Diego Santilli alcanzó el 28,04%, en la que fue su mejor elección. En las PASO el porcentaje de la alianza opositora había sido del 25,4.
Como ocurrió en La Matanza, el Frente de Todos logró triunfos electorales holgados en varios de los municipios más poblados de la provincia.
En Lomas de Zamora manejado por Martín Insaurralde, uno de los intendentes de mayor peso político, el oficialismo se impuso con 45,24%% de los votos. Consiguió una victoria de 12 puntos respecto de la alianza opositora, que sacó el 33%. Tras la sorpresiva derrota de las PASO en la Provincia, Insaurralde pasó a ser el jefe de Gabinete de Axel Kicillof en una virtual “intervención” del sector de los intendentes bonaerenses en la gestión del gobernador. La jugada apuntó a involucrar a los jefes comunales más activamente en la campaña, para convocar a aquellos que no fueron a votar. Insaurralde se convirtió en un interlocutor privilegiado de los jefes comunales en el gobierno bonaerense, un rol en el que Kicillof nunca terminó de acomodarse.
En Merlo, el municipio elegido para el cierre de campaña del oficialismo, el Frente de Todos se impuso por casi 20 puntos con el 47,09% contra 27,75% de Juntos. Fue una de las victorias más holgadas que pudo mostrar, y los números en ese distrito eran difundidos poco después del cierre de los comicios, mientras en la mayoría de los dirigentes kirchneristas y peronistas del Conurbano primaba la cautela. En las Primarias, la boleta encabezada por Tolosa Paz había obtenido en este distrito gobernado por Gustavo Menéndez 14 puntos de ventaja sobre Juntos (39,5% contra 25,6%).
En Almirante Brown, el distrito del intendente Mariano Cascallares -quien también encabezó la lista de diputados provinciales como parte de la estrategia de los jefes comunales de “cargarse” la campaña para revertir la derrota de las PASO-, el Frente de Todos obtuvo 47,27% contra 29,49% de la boleta de Santilli. Logró ampliar los votos respecto de las Primarias, cuando había sacado 41,4% a 27,7%, pero quedó lejos de la brecha de 34 puntos que había logrado en la legislativa de 2019.
Otro municipio con un importante aporte de votos fue Avellaneda, gobernado durante dos mandatos por Jorge Ferraresi, en uso de licencia para ocupar la cartera de Desarrollo Territorial en la Nación desde finales del 2020. El Frente de Todos cosechó ahí el 42,84% de los votos contra 36,14% de Juntos. Amplió la ventaja de 5 puntos que le había sacado a la alianza opositora en septiembre, pero estuvo lejos del 52% que recogió el FdT en la elección para diputados del 2019, cuando Ferraresi obtuvo su reelección.
El oficialismo también retuvo Berazategui, con una ventaja de 12,30 puntos porcentuales. En este municipio gobernado por Juan José Mussi, el Frente de Todos ganó por 44,16% contra 31,77% de Juntos, y amplió así la diferencia que había sacado en las PASO de 8 puntos sobre la alianza opositora.
En Esteban Echeverría, conducido por Fernando Grey, el FdT consiguió 43,01% % de los votos, 9 puntos más que Juntos que sacó 33,93%, pero muy lejos de los 30 de diferencia obtenidos en las boletas de diputados del 2019. Grey estuvo distanciado en el primer tramo de la campaña por las diferencias con La Cámpora en la conducción del PJ bonaerense. Esa pelea dentro del Frente a nivel local se tradujo en las PASO en una caída en los votos, cuando el oficialismo había ganado por apenas tres puntos: 36,6% a 33,37% de Juntos.
En Hurlingham, otro de los municipios que tiene al intendente “Juanchi” Zabaleta de licencia por ocupar un ministerio en el Gobierno de Alberto Fernández, el oficialismo logró imponerse con el 40,25% contra 36,46% de Juntos. Zabaleta - que fue convocado por Alberto Fernández a hacerse cargo de la cartera de Desarrollo Social tras la debacle en la PASO-, había logrado sortear también una disputa con La Cámpora en su distrito, e imponer una candidata suya como cabeza de lista para concejales en el distrito. Pero Viviana Lodos apenas logró 35% de los votos, menos de un punto por sobre el porcentaje obtenido por la boleta de Juntos.
En otros municipios que pesan fuerte en el resultado final de la Primera sección electoral, también ganó el Frente de Todos, pero por muchos menos votos que en la legislativa de 2019.
En Moreno, el único distrito en el que su jefa comunal, Mariel Fernández, llegó de la mano de la militancia en los movimientos sociales, el oficialismo se impuso sobre Juntos por 46,55% contra 29,73% de Juntos, muy lejos del 61% que sacó el Frente de Todos de hace dos años. El resultado de septiembre había anticipado esta caída: la boleta del Frente de Todos había obtenido 36,92% (24 puntos porcentuales menos que hace dos años) contra el 27,81% de Juntos.
Mucho más pareja fue en las generales la elección en Quilmes, el distrito gobernado por Mayra Mendoza, con 664.000 habitantes. El kirchnerismo logró dar vuelta la derrota por 7 puntos en las PASO. Pero la boleta del Frente de Todos le ganó a la de la alianza opositora por apenas 0,7 puntos, 2.000 votos de diferencia.
Algo similar ocurrió en San Martín, el municipio que comandaba hasta la llegada del Frente de Todos al poder, el ministro Gabriel Katopodis. La diferencia en las PASO había sido de 4 puntos, pero finalmente el Frente de Todos recuperó terreno y dio vuelta el resultado, pero ganó por tan solo medio punto (38,52% a 38,01% de Juntos).
A pesar del traspié en Quilmes, la oposición mantuvo la ventaja de las PASO dos distritos populosos. Los intendentes Julio Garro y Néstor Grindetti lograron la victoria de Juntos en La Plata y Lanús, la primera de estas ciudades con una amplia diferencia de votos.
Aunque son municipios con menor población, Vicente López y San Isidro, que registraron amplias ventajas, también acompañaron a la oposición para mantener la ventaja a nivel provincial, que fue sostenida -en especial- con el voto del interior bonaerense.
Visualización interactiva: Daniela Czibener
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