La previsible y contundente victoria de Juntos por el Cambio (JxC) en la Ciudad de Buenos Aires oculta un cambio de tendencia. Por primera vez en ocho años, el oficialismo porteño -hegemonizado por el PRO desde 2007- tuvo una caída sensible de votos en relación a los comicios anteriores. Hay que remontarse hasta las elecciones legislativas de 2013 para identificar un menor apoyo electoral al de ayer para la alianza que ahora lidera el jefe de Gobierno, Horacio Rodríguez Larreta.
En la jornada electoral de este domingo, con el 99,41% de las mesas escrutadas, hubo un total de 855.562 boletas que encabezaba la candidatura de María Eugenia Vidal, lo que representa un apoyo del 47,01% para JxC. El porcentaje y la distancia sigue siendo amplia con la lista de Leandro Santoro por el Frente de Todos, que cosechó prácticamente casi la mitad de los sufragios, unos 456.876 (25,10%).
El dato llamativo es que la cantidad de votos afirmativos para la categoría de diputados es más baja a la de las elecciones anteriores, incluso en las legislativas, donde no suele haber arrastre de candidaturas nacionales. En octubre de 2019, plena victoria de Alberto Fernández, el frente “Vamos Juntos” -que arrastraba las candidaturas de Mauricio Macri para presidente y Rodríguez Larreta para jefe de Gobierno porteño- logró el 53,02% de apoyo, con un acumulado 1.060.404 sufragios y ganó 8 diputados nacionales.
La caída se observa en otros comicios, como en el 2017, durante los primeros dos años de alza del gobierno de Mauricio Macri. La Ciudad de Buenos Aires no estuvo exenta de esa victoria nacional, cuando registró 982.867 votos a favor en la misma categoría, el 50,98 por ciento. Por entonces, Cambiemos consiguió también 8 bancas de legisladores para la Cámara baja. La calidad de ese triunfo fue notable: el macrismo local competía entonces contra el aparato de la UCR porteña y la candidatua del economista Martín Lousteau por la lista “Evolución”, que había logrado 237.132 votos (12,3 por ciento). A raíz del juego de alianzas impulsado por Rodríguez Larreta con el radicalismo, al final de ese recorrido, la oposición no peronista terminó sumando esas dos bancas en el interbloque de Cambiemos en el Congreso.
El 25 de octubre de 2015, los votos conseguidos permanecieron más altos a los del último domingo, aunque por poco margen. En esa competencia, Cambiemos obtuvo 895.391 boletas (45,8%) para la categoría de diputados, unas 40 mil más que en la última elección. El rendimiento de esa cosecha fue menor en lo que refiere a cargos: el oficialismo porteño consiguió 6 bancas de las 12 que se ponían en juego, mientras que ayer Juntos por el Cambio obtuvo la mitad más uno de lo que se disputaba; es decir, 7 de 13 lugares. En 2015 la competencia fue reñida, con otras espacios competitivos. Estaban presentes las boletas de Unidos por una Nueva Alternativa (UNA), que tenía como referente presidencial a Sergio Massa y que permitió arrastrar 280.213 votos (14,3%), y el espacio Progresistas de Margarita Stolbizer, que acumuló 166.726 sufragios, el 8,53 por ciento.
Recién en los comicios legislativos de 2013 se observan guarismos y números menos beneficiosos para el PRO porteño. Ese año fue también una pelea política dura: el macrismo local recogió 630.595 votos (34,46%), contra los 589.545 obtenidos (32,21%) por la alianza UNEN que lideraban el entonces candidato a senador, Fernando “Pino” Solanas, y la dirigente de la Coalición Cívica, Elisa Carrió. A pesar de la diferencia de votos, se trató de un empate al repartirse cada sector cinco bancas por espacio.
¿Conseguir menos cantidad de votos es equivalente a obtener el peor resultado? No necesariamente. Si bien aún queda esperar si el escrutinio definitivo confirma esta caída histórica nominal, el sistema de partidos y las leyes electorales son las que ordenan el reparto de cargos. Desde ese punto de vista, la cosecha del PRO y sus aliados se encuentra en niveles similares al de los últimos años.
La novedad es que, con la desaparición del centro-izquierda progresista y la incorporación de esos partidos a una de las grandes coaliciones, el juego de alianzas de Juntos por el Cambio en la Ciudad -que incluyó la incorporación de Republicanos Unidos del economista Ricardo Lopez Murphy- no alcanzó para contener la irrupción de La Libertad Avanza, la nómina del libertario Javier Milei, que le restó acompañamiento electoral en un sector de los vecinos de la Capital Federal. Y esa presencia trabó un posible crecimiento entre las primarias del 12 de septiembre y las generales del 14 de noviembre, algo que se observó en otros distritos electorales donde ganó la coalición opositora.
En las PASO, la sumatoria interna de las distintas listas de JxC recogió el 48,19% del apoyo, con unos 841.205 votos. Dos meses después, apenas se incrementó en unos 14.357 sufragios, pero bajó -1,83 puntos en términos proporcionales. En cambio, La Libertad Avanza creció desde 238.552 (13,66%) a 310.036 votos (17,03%). Se trata de un crecimiento de 71.484 boletas afirmativas, que representa 3,37 puntos más.
Esa mejora entre la campaña de las PASO y las generales de parte de los libertarios no solo le posibilitó lograr una banca nacional más para la abogada Victoria Villaruel, la número dos en la lista de Javier Milei, sino que le quitó la posibilidad de Horacio Rodríguez Larreta de conseguir la siempre ansiada mayoría especial en la Legislatura porteña. De hecho, el bloque oficialista de “Vamos Juntos” reducirá su cantidad de integrantes a partir del 10 de diciembre.
De las 20 bancas que ponía en juego en el parlamento capitalino, Juntos por el Cambio renovará unas 15 y perderá cinco lugares, si bien conservará la mayoría en el recinto. El oficialismo cuenta con un bloque de 26 escaños propios (Vamos Juntos) a los que se suman 9 del radicalismo (Evolución), 2 del socialismo y 1 del GEN. Le quedarán unas 32 bancas, una mayoría ajustada sobre un total de 60. En esa configuración, La Libertad Avanza incorporará cinco escaños, liderados por el youtuber y bróker de bolsa, Ramiro Marra y otros cuatro representantes: Lucía Montenegro, Oscar Zago, Rebeca Fleitas y Leonardo Saifert.
De esta manera, la aparición de Javier Milei impidió a Horacio Rodríguez Larreta mantener la performance electoral que le permitía superar el piso del 50% en los últimos años, algo que antes del proceso electoral se aspiraba viable como meta en la Ciudad de Buenos Aires. La tendencia descendente pone de manifiesto un desgaste general de los oficialismos, si bien los más perjudicados pertenecen al Frente de Todos. Afectado por la pandemia de coronavirus y un deterioro social que se profundiza desde hace seis años, las fisuras en las de coordenadas del sistema político, como señalan los consultores Federico Zapata y Pablo Touzón, tuvieron sus esquirlas en el principal bastión que lidera la oposición desde hace 14 años.
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