23 a 23. Esa es la proyección ideal que bien entrada la noche de este domingo esperan confirmar en el gobierno provincial. Se trata de la composición legislativa en el Senado bonaerense, donde hasta el 10 de diciembre -cuando se dé el recambio de bancas- Juntos es mayoría por ocupar 26 de las 46 bancas. Desde que se inició el proceso electoral, en la administración de Axel Kicillof pusieron como foco central sumar presencia en el Senado. Pero el resultado de las PASO arrojó un baño de realidad no esperado ni para el oficialismo ni para la oposición. A priori, la dirigencia, encuestadoras y hasta algunos boca de urnas que circularon aquel 12 de septiembre deslizaban una victoria por siete puntos del Frente de Todos. Si bien el objetivo entre las PASO y las generales no cambió, para el oficialismo se hizo más trabajoso alcanzarlo.
En la provincia de Buenos Aires, el Frente de Todos necesita ganarle tres bancas a Juntos en la Cámara alta para forzar a un desempate en futuras votaciones con el voto de la vicegobernadora Verónica Magario. Se eligen senadores provinciales por la Primera, Cuarta, Quinta y Séptima sección electoral, mientras que por el resto de las secciones (Segunda, Tercera, Sexta y Octava) se elegirán diputados provinciales.
La Primera y Tercera es el conurbano, donde se ponen en juego casi 9 millones de votos. Por eso casi toda la campaña, en esta segunda etapa, estuvo abocada al conurbano. No solo el gobernador Axel Kicillof hizo recorridas en tiempos electorales por el AMBA. También el líder de La Cámpora, Máximo Kirchner o el propio presidente Alberto Fernández, acompañaron Victoria Tolosa Paz mechando la campaña entre algunos actos y encuentros políticos con “campaña de cercanía”, como le pidió el consultor catalán Antoni Gutiérrez-Rubí. En el medio de todos, parecieron tomar un rol más protagónico los intendentes peronistas, sobre todo los del conurbano.
Es que la derrota en las PASO también alertó a los jefes comunales. De repetirse el resultado de las primarias, en algunos distritos los Concejos Deliberantes también quedarían con una mínima diferencia. Aunque, más allá de eso, implica el posicionamiento de cara a 2023 para algunos dirigentes de la oposición, entendiendo que varios intendentes no tendrán por el momento una instancia de reelección. Por ejemplo, en Ituzaingó Juntos logró imponerse, con una interna de tres listas, con el 40,54 sobre el 36,2 del Frente de Todos. En Tigre se dio un escenario similar con Juntos superando al oficialismo por cuatro puntos. Este domingo, los intendentes jugarán también su propia elección. En el segundo tramo de la campaña han tenido mayor participación. En Ituzaingó reconocen que su intendente, Alberto Descalzo, se puso la campaña al hombro.
Con el puerta a puerta del último fin de semana, que buscaron instalar como en “el más grande de todos”, los intendentes intentaron recuperar territorio. Fue parte de la línea que les bajó semanas atrás Gutiérrez-Rubí. Escuchar, estar cerca de la gente, ponderar el concepto del SÍ y no decir que la elección se puede dar vuelta, fueron algunos de los lineamientos.
El único intendente que pidió y habilitó internas en las PASO fue el mandatario de José C. Paz, Mario Ishii. En su distrito el peronismo se impuso con el 49.3% de los votos. Políticamente, la llegada de algunos intendentes al Ejecutivo bonaerense se interpretó como una señal de apertura de Kicillof tras el resultado adverso. La línea discursiva que se trabajó fue que la llegada tanto Martín Insaurralde que se convirtió en el Jefe de Gabinete bonaerense, en lugar de Carlos Bianco, y de Leonadro Nardini en remplazo de Agustín Simone en el ministerio de Infraestructura fue para aportarle “territorialidad” a la gestión.
Legislatura
Lo dicho, Axel Kicillof quiere tener mayor representatividad en el Poder Legislativo. Lo blanqueó en la campaña de las PASO y la respuesta electoral de las primarias puso al Frente de Todos lejos de aquel anhelo. Por eso la candidata, Victoria Tolosa Paz, centró casi toda su campaña en la Primera y Tercera sección electoral, además de la Séptima, en el corazón bonaerense.
De repetirse los resultados de septiembre, en el Senado, quedaría 25 bancas para Juntos y 21 para el oficialismo. Es decir que ganaría un lugar, pero no le alcanza. Por eso, apuesta a llegar al 33,33% en la Séptima sección electoral (que se conforma de los municipios de Azul, Bolívar, 25 de Mayo, General Alvear, Saladillo, Olavarría, Tapalqué y Roque Pérez) para garantizar el acceso del primer candidato a senador: se trata del ex intendente de Bolívar y diputado nacional, Eduardo Bucca.
También apuesta a ganar un escaño en la Primera sección electoral (conurbano norte y oeste de la provincia) y retener el lugar avanzado en la Cuarta sección electoral, según los números de las PASO.
El filtro del Senado es clave para algunas iniciativas que precisan de la intervención exclusiva de la Cámara alta, como por ejemplo la remoción del Procurador Julio Conte Grand, a quien Kicillof volvió a subir a escena en la última semana por su paso por la gestión de María Eugenia Vidal y la polémica que buscó instalar la oposición sobre la liberación de detenidos.
En Diputados, el oficialismo también cederá algunos lugares si los resultados van en sintonía con los de las Primarias. Hoy el FdT tiene 45 bancas y si lo que ocurrió en las PASO se repite, el bloque oficialista pasará a tener 42 lugares. Sin embargo, a diferencia del Senado, la composición legislativa de la Cámara baja no está polarizada entre Juntos y el peronismo. En Diputados hay bloques minoritarios a donde el FdT puede recurrir en caso de necesitar voluntades.
Hay bloques minoritarios que podrían ayudar al oficialismo a ganar volumen como la bancada del partido FE o el bloque 17 de noviembre, que a partir de diciembre quedará con una sola banca. Necesitaría de cinco aliados para llegar al quórum necesario de mayoría simple.
Todo será cuesta arriba. Sin embargo, algunas semanas antes de las generales, desde el oficialismo ya dejaban correr la teoría de “perder ganando” o “ganar perdiendo”. Como fuera, se trata de una interpretación a un resultado adverso en líneas generales. Es decir que la lista de Diego Santilli se imponga, pero que la diferencia no tenga tanto impacto en la composición final de la Legislatura bonaerense. Es decir que no se traduzca en que Juntos se alce con quórum propio o escenarios semejantes. Por eso, esta noche, Kicillof mirará la foto por partes y una de ellas será la distribución final de bancas para la Legislatura bonaerense.
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