Santa Fe es el tercer distrito electoral más importante del país, después de la provincia de Buenos Aires y Córdoba. Está en el podio de los lugares donde hay mayor cantidad de electores y donde, por ende, los gobiernos apuntan las campañas para intentar elevar el piso de votos. Por eso, es un punto geográfico clave en en tiempo de elecciones.
En esa provincia, que actualmente gobierna el peronismo de la mano de Omar Perotti, Juntos por el Cambio es el principal candidato a quedarse con el triunfo. Y esa victoria, según analizan en todo el arco político santafesino, podría oscilar entre los 6 y 8 puntos de diferencia a favor de la oposición.
La periodista Carolina Losada fue la sorpresa de las PASO. Sin apoyo de figuras nacionales de la oposición, pateó el tablero al conseguir la victoria en la interna que compartió con Maximiliano Pullaro, Federico Angelini y José Corral. Saltó de la televisión al barro de la política y se quedó con la mayoría de los votos.
Sin pergaminos políticos y con una campaña apuntada a polarizar con la imagen de Cristina Kirchner, se llevó el premio mayor y obligó a los pesos pesados de Juntos por el Cambio a ordenar el espacio santafesino detrás de ella y respaldar su candidatura.
De eso se encargó el ex presidente Mauricio Macri, quien le aseguró que si era la ganadora, el espacio se iba a encolumnar detrás de ella. Así sucedió. El radicalismo siguió la misma línea. Todos unidos para mostrar que están arriba del mismo barco y tratar de que no se escapen los votos.
Macri, Horacio Rodríguez Larreta, Patricia Bullrich, Gerardo Morales, Gustavo Valdés y Alfredo Cornejo viajaron a Santa Fe para pegar la cara al lado de la candidata ganadora y darle un empujón en el tramo final. Ya nadie cree en las encuestas, pero las pocas que llegan a los candidatos santafesinos la dan ganadora a Losada.
El gran desafío de la periodista pasa por intentar contener los 39,91% de votos que obtuvo Juntos por el Cambio. En el peronismo creen que algunos votantes que acompañaron al ex ministro de Seguridad provincial Maximiliano Pullaro podrían filtrarse y caer en territorio socialista, donde la candidata que lidera la lista es la esposa de Miguel Lifstchitz, el ex gobernador que falleció este año de Covid-19.
En Juntos por el Cambio consideran que los hechos de inseguridad que hubo en Rosario en el último mes, sobre todo el crimen del arquitecto Joaquín Pérez, golpearán en el acompañamiento electoral del peronismo. Es el talón de Aquiles de la gestión de Perotti. El impacto de la inseguridad le pondrá un techo al crecimiento del Frente de Todos. Así lo sienten.
Una muestra del enojo que hay en la gente, sostienen, es la escena que protagonizaron el 27 de octubre el gobernador santafesino y el intendente de Rosario, Pablo Javkin, cuando fueron increpados y echados de una marcha contra la inseguridad.
Los crímenes, asaltos y vendettas narcos contrarrestan la campaña anclada en la gestión que hizo el oficialismo provincial, resaltaron los beneficios del boleto educativo y Billetera Santa Fe, un programa por el que te reintegran un porcentaje de la compra de alimentos.
Losada también apuntará a cautivar el “voto útil”, en referencia la posibilidad de que haya votantes que decidan no acompañar al socialismo, que tiene un tercer puesto asegurado, y entrar en la polarización entre Juntos por el Cambio y el Frente de Todos. Razonamientos que se hacen en su entorno.
La periodista dedicó sus últimos días de campaña a encabezar recorridas y actividades en Rosario, la ciudad clave en las elecciones santafesinas. Necesita afianzar su candidatura en un terreno donde el que mejor pisa es el candidato del peronismo, el periodista deportivo Marcelo Lewandowski.
En el peronismo esperan marcar una diferencia importante en Rosario y sus alrededores, ya que asumen con resignación que no harán pie en la ciudad de Santa Fe y en las localidades más importantes del interior, como Venado Tuerto, Casilda o Rafaela, localidad que fue gobernada por el actual gobernador Perotti, pero donde el Frente de Todos no pudo lograr consenso.
El oficialismo provincial tiene en claro que ocupará el segundo lugar en las elecciones de este domingo. No hay forma de alcanzar a Losada y Juntos por el Cambio. En ese contexto, tratan de imprimirle una mirada positiva que está vinculada al proyecto político de Perotti.
El mandatario respaldó la lista que venció a Agustín Rossi en las internas y lo dejó afuera de la mesa chica de negociación peronista de la provincia. Pudo imponer a sus candidatos en las cabezas de las listas de senadores y diputados, y fortaleció su estructura política que, si bien es pequeña, aspiran a hacerla crecer en el camino hacia el 2023.
Achicar el margen de la derrota en la provincia y consolidar el voto peronista en Rosario representarían un triunfo para el perottismo. Después del domingo seguirá la gestión y esperarán a ver como quedan tiradas las cartas sobre la mesa de la coalición. Los gobernadores están expectantes sobre los movimientos de Alberto Fernández y Cristina Kirchner luego de las elecciones.
En lo que respecta a la tercera fuerza en la pelea, que es el Frente Amplio Progresista, donde el partido dominante es el socialismo, Clara García apuesta a utilizar estos comicios como la base donde apoyarse para empezar a construir un nuevo liderazgo dentro de la fuerza política.
En el socialismo esperan estar cerca de los 15 puntos y utilizar ese número como un modesto resorte para comenzar a construir la candidatura de García a gobernadora 2023. Reconocen que en la antesala de las PASO el proyecto a cortísimo plazo era no desaparecer del mapa de la política santafesina y que lograron ese cometido con el resultado obtenido el 12 de septiembre.
Entienden que Carolina Losada no expresa un proyecto de poder y que su nombre se convirtió en un vehículo para expresar el rechazo al kirchnerismo, pero que no tiene volumen político para poder consolidar un proyecto propio para la gobernación.
También sostienen que el peronismo terminará muy dañado la gestión y que el gobernador se terminó mimetizando con el kirchnerismo, lo que no cae bien en la provincia. En ese escenario ven un hueco para crecer, lentamente, en los próximos dos años.
El objetivo que se plantearon para la elección general de este domingo es tener una buena performance electoral en los sectores medios de los grandes centros urbanos como Rosario y la ciudad de Santa Fe. Es la base electoral que tiene el socialismo y necesitan fortalecerla. El intendente rosarino, Pablo Javkin, respaldó la candidatura de García durante la campaña.
En definitiva, esas dos ciudades es donde las tres fuerzas van a pelear los votos de estos comicios, pero también el lugar donde quedan parados para desandar la ruta hacia las próximas elecciones.
Santa Fe se pintará de amarillo al igual que Mendoza, la Ciudad de Buenos Aires y Córdoba. El Gobierno asumió con anticipación que perderá en los distritos electorales más importantes del país. El mapa definitivo quedará diseñado este lunes, en el comienzo de una semana en la que Alberto Fernández tendrá que dar una señal clara de hacia dónde se dirigirá su gestión en los próximos dos años.
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