La vicepresidenta Cristina Kirchner no estará en el búnker del Frente de Todos, ubicado en el barrio de Chacarita. La propia ex mandataria explicó los motivos en sus redes sociales. “Me han indicado reposo, nada de que preocuparse, pero el esfuerzo realizado para participar del cierre del FdT retrasó la evolución posoperatorio”, dijo. Y agregó: “Por eso, esta noche no podré estar como hubiera querido y como siempre he hecho en el búnker”.
La ex jefa de Estado fue sometida a una histerectomía completa el 4 de noviembre en el Sanatorio Otamendi. El jueves reapareció públicamente en el acto de cierre de campaña del Frente de Todos. A diferencia de lo que había sucedido en las PASO, esta vez no habló. Sí se fotografió con el presidente Alberto Fernández y con el resto de los líderes de la coalición oficialista.
Cristina Kirchner no votó. También por razones de salud decidió no viajar a la provincia de Santa Cruz, donde está empadronada. La ex jefa de Estado se vio obligada a permanecer en la ciudad de Buenos Aires y -según supo Infobae- sigue atentamente el desarrollo de la jornada electoral desde su casa en Recoleta.
En ese contexto, Cristina Kirchner se mantiene en comunicación permanente con sus colaboradores más cercanos y dialoga por chat/teléfono con su hijo Máximo, con el ministro del Interior, Eduardo Wado de Pedro y con Teresa García, ex integrante del gobierno de Axel Kicillof, ahora candidata a senadora provincial por el Frente de Todos.
En ese círculo cerrado de la vicepresidenta también están incluidos el titular de la Cámara de Diputados, Sergio Massa, el jefe de Gabinete de la provincia de Buenos Aires, Martín Insaurralde y Andrés “Cuervo” Larroque, ministro de Desarrollo de la provincia de Buenos Aires, uno de los referentes históricos de La Cámpora. Ellos tres son los que le envían los números de los distintos bocas de urna que buscan anticipar los resultados, de acuerdo a lo que pudo averiguar este medio.
La elección legislativa es fundamental para el Gobierno porque está en riesgo el quórum propio del oficialismo en el Senado y existen chances de que pierda la primera minoría en la Cámara de Diputados. Los resultados de las PASO provocaron un terremoto interno y es clave la performance de sus candidatos, tanto en el distrito bonaerense como en las ocho provincias que pueden cambiar la composición de la Cámara Baja.
La Cámara Electoral anunció que la participación electoral rondó el 71%, tres punto más que en las PASO. El Gobierno aspiraba a lograr que mucha más gente concurriera a las urnas para poder achicar la diferencia en los distritos que perdió y darlo vuelta en aquellos donde se eligen senadores.
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