En la Quinta de Olivos están ultimando los detalles. El cómo y el cuándo son muy importantes y el dónde también, por lo que se trabaja con mucho hermetismo para lo que será el día después de las elecciones y el relanzamiento del Gobierno.
En el Ejecutivo, como en el mercado, descuentan el resultado y buscan retomar la iniciativa, por lo que le presidente Alberto Fernández se subirá a lo que fue el llamamiento de Sergio Massa y lanzará una invitación a un pacto en el que se buscará plasmar diferentes directrices de políticas de Estado.
En Juntos por el Cambio ya están al tanto de lo que busca hacer el Ejecutivo y ese fue uno de los temas de conversación que ocupó gran parte del almuerzo de este viernes en el que se reunieron Mauricio Macri, María Eugenia Vidal, Diego Santilli, Patricia Bullrich, Jorge Macri y Horacio Rodríguez Larreta. El encuentro que tenía como plato principal acordar cómo iban a ser los festejos del domingo y quién iba a acaparar la atención, viró a la posibilidad del llamado para un acuerdo nacional y qué hacer frente a eso.
Según explicaron fuentes consultadas, en la mesa del PRO se deliberó y se tomó una primera decisión: si el Gobierno llama a un acuerdo la respuesta saldrá de la Mesa Nacional de Juntos por el Cambio. Nadie habla solo. No se descarta asistir a la convocatoria pero primero se discute en la Mesa y, además, se hace asiste pero con condiciones.
“Hay una regla básica para que Juntos por el Cambio se acerque a discutir un acuerdo y es que el Frente de Todos ponga su agenda sobre la mesa. Todo tiene que estar muy cerrado dentro del Gobierno porque nosotros no vamos a jugar su interna. Si quieren un acuerdo se tienen que manifestar todos los sectores del Frente de Todos porque sino va a pasar como con el llamado de Massa”, explicó un hombre muy cercano a uno de los comensales.
Lo que en Juntos por el Cambio quieren es el pronunciamiento de Cristina Kirchner y de La Cámpora para que “no quede en la nada”.
En la oposición se sienten con poder de imponer condiciones más que de negociarlas. Entienden que saldrán ganadores de la contienda electoral y que, aunque no logren el control total del Congreso, sí contarán con la fuerza necesaria para frenar y entorpecer cualquier intento de avanzar del oficialismo, que entiendan que “no es lógico”. El problema que presenta ese argumento es que la lógica de Juntos por el Cambio y del Frente de Todos no son la misma.
No queda claro si el acuerdo incluye a todas las fuerzas políticas, pero por las dudas algunos ya se adelantaron y se subieron al llamamiento, aunque con condiciones. Ese fue el caso de José Luis Espert: “Gustosos asistiremos desde Avanza Libertad pero solo para consensuar si empezamos hoy o mañana esta megareforma estructural -y puso un link a la plataforma electoral de su partido- que necesita argentina para que no terminemos comiendo de un tacho de basura. Basta de consensos, diálogos, mesas para que nada cambie”.
Algo que el Ejecutivo parece haber aprendido del llamamiento que hizo Massa y las respuestas de la oposición es que el acuerdo, que incluye a empresarios y sindicalistas, que ya estarían al tanto del mismo, se canalizaría a través de un paquete de leyes que se enviará al Congreso de la Nación.
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