Después de varias idas y vueltas que incluyeron un cambio de locación, otro de fecha, y especulaciones sobre una suspensión y respecto de la presencia de la vicepresidenta Cristina Kirchner, el acto de cierre de campaña nacional del Frente de Todos que estaba previsto para mañana en Merlo se circunscribirá al ámbito de la provincia de Buenos Aires. El presidente Alberto Fernández sigue confirmado como principal orador, y estarán el gobernador Axel Kicillof, los candidatos bonaerenses y los intendentes; pero no irán los gobernadores ni los candidatos del resto del país; y sigue en duda la presencia de los líderes de la CGT, que el mismo día eligen autoridades en el congreso de la central sindical en Parque Norte.
“No va a haber un acto central de cierre sino varios cierres en cada provincia, tal y como planteamos desde el principio, con la idea de provincializar la campaña”, dijeron fuentes de Casa Rosada respecto del cambio de último momento, a cuatro día de las elecciones.
El acto había sido anunciado como cierre nacional hace diez días y de esa manera se mantenía hasta hoy. En un principio se pensaba realizarlo en Lanús, distrito opositor, pero finalmente se desplazó hacia un bastión propio del conurbano, Merlo, conducido por el intendente peronista Gustavo Menéndez. La fecha prevista era el sábado de la semana pasada, pero sobre la hora, el Gobierno hizo otro cambio, y anunció que se postergaba para el jueves siguiente. Es decir, mañana, tres días antes de la elección general del domingo 14 de noviembre.
Para el cambio de fecha se adujeron motivos vinculados a la logística del acto. Pero por lo bajo, en la Casa Rosada admitieron que se pasaba para posibilitar la presencia de la vicepresidenta Cristina Kirchner, que se sometió a una sorpresiva cirugía, que estaba programada, por un pólipo sospechoso que resultó ser benigno, hace seis días.
Tras las idas y vueltas, desde anteayer empezaron a circular rumores en el Gobierno sobre la suspensión del acto, cuando las relaciones al interior del oficialismo se tensaron por los disturbios que se generaron en Ramos Mejía entre vecinos y la policía bonaerense tras el brutal asesinato de un kiosquero. Hasta ayer, en la Casa Rosada aseguraban que los planes para el acto de mañana permanecían inalterados y que el cierre nacional se realizaría como estaba previsto.
Pero este mediodía hubo un nuevo timonazo y la cúpula de la coalición de gobierno decidió que el evento no represente el cierre nacional del Frente de Todos, sino que sea exclusivamente provincial, con el gobernador Axel Kicillof, los candidatos encabezados por Victoria Tolosa Paz; y los intendentes, pero sin los gobernadores. Estarán Alberto Fernández y Sergio Massa. “El cierre de Merlo es provincial, pero el Presidente va a estar porque es el distrito más importante del país, dijeron en la Casa Rosada.
“El cambio es por un cúmulo de cosas”, dijo un funcionario para explicar el nuevo giro. Los motivos giraban en torno a la imposibilidad de asistir de los gobernadores, que ya tenían previsto los cierres de sus respectivas campañas para mañana y se negaron a adelantarlas para poder asistir al acto nacional en Merlo; a la elección de autoridades de la CGT, que se realizan el mismo día; al malestar por los incidentes en Ramos Mejía, que tensaron la relación entre la Nación, la provincia y algunos intendentes; y las dudas sobre la asistencia de Cristina Kirchner, distanciada de Alberto Fernández después de la derrota en las PASO.
Las dudas y virajes del acto de cierre evidencial el ambiente de tensión que atraviesa el oficialismo desde hace semanas, ante una elección general que se avizora complicada. Después del revés en las primarias en la mayor parte del país, incluida la provincia más poblada y los principales distritos, una derrota en domingo próximo parece inevitable. Aunque hay intenciones de achicar la diferencia contra Juntos por el Cambio, y algunas voces intentan dar una mirada optimista sobre el resultado, hay serias dudas sobre la posibilidad de lograr una mejora ostensible.
En especial después de los inconvenientes que se suscitaron en los últimos días, con las polémicas declaraciones del Presidente, quien dijo en una reunión con candidatos cordobeses del oficialismo que Córdoba “es un terreno hostil” y generó fuerte rechazo de parte de la oposición y malestar entre los propios; y con los preocupantes incidentes registrados en La Matanza por la creciente ola de inseguridad, que por un hecho puntual sin precedentes -el asesinato de cuatro balazos de un comerciante de Ramos Mejía durante un robo perpetrado por un hombre que había sido liberado recientemente- generó una ola de indignación y protestas en el distrito que terminaron con enfrentamientos con la policía.
El último acto conjunto fue hace dos semanas, encabezado por el Presidente, con Máximo Kirchner, Axel Kicillof,y Sergio Massa, en Morón durante el homenaje a Néstor Kirchner. Desde entonces, el Presidente tuvo presentaciones en soledad, como en UPCN, el viernes, o en sus bajadas al territorio bonaerense durante el fin de semana. El Gobierno aspiraba, mañana, a mostrar nuevamente unidad de cara a los comicios, en medio de las desavenencias internas que se perpetúan desde las PASO.
Pero las dudas sobre la presencia de Cristina Kirchner tras la histerectomía; la reticencia de los gobernadores a relegar sus propios cierres para asistir a la clausura nacional; y la creciente tensión en la provincia de Buenos Aires entre algunos de los principales dirigentes, obligaron al Frente de Todos a bajar el tono al acto, que se esperaba multitudinario con las principales cabezas de la coalición, y restringirlo al ámbito electoral bonaerense. Finalmente, a diferencia de las PASO, cuando se hizo un cónclave multitudinario en Tecnópolis donde los referentes más importantes dijeron presente, no habrá un cierre central, sino varios provinciales.
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