Roberto Baratta está acusado de ser el encargado de gestionar un virtual sistema de delivery de bolsos con coimas según el expediente judicial conocido como Caso Cuadernos. Por ese caso irán a juicio oral y público varios ex funcionarios y la actual vicepresidenta de la Nación, Cristina Kirchner. Pero Baratta, además de enfrentar ese caso, también está bajo investigación judicial por la sospecha de enriquecimiento ilícito debido a su crecimiento patrimonial mientras fue mano derecha del ex ministro de Planificación, Julio De Vido.
El caso por el enriquecimiento ilícito de Baratta se abrió en noviembre 2017 cuando Hilda Horovitz, ex pareja del chofer que escribió los cuadernos con descripciones detalladas de supuestas coimas recogidas y entregadas, se presentó ante el fallecido juez Claudio Bonadio. La mujer había contado que Centeno llevaba y traía bolsos con dinero por orden de Baratta. La declaración se dio en la causa por la compra de Gas Natural Licuado. Bonadio sacó testimonio y ese caso le tocó por sorteo al juzgado federal 12 que se encuentra vacante.
El juez Ariel Lijo subroga por estos tiempos el juzgado 12 y en la causa en la que está imputado Baratta, la fiscal es Alejandra Mángano. En mayo pasado, la fiscal intimó a Baratta a que justificara el incremento de su patrimonio porque consideró que no se correspondía con sus ingresos. El ex funcionario realizó la justificación de bienes. Cuando lo hizo estaba a cargo del juzgado Sebastián Casanello quien fue reemplazado por Lijo. El análisis de la presentación de Baratta se realiza por estos días.
En los últimos días se conoció un informe judicial con algunos mensajes de texto que estaban en un celular que perteneció a Baratta, quien fuera subsecretario de Control y Coordinación del Ministerio de Planificación Federal. En los mensajes revelados por el diario Clarín, Horovitz, la ex pareja de Centeno, le explicaba a Baratta cuál era la información que tenía sobre la operatoria del delivery de bolsos. Los mensajes son previos a que la mujer fuera a declarar al juzgado 11. Se desprende de la lectura de los mensajes que Horovitz, además de conocer el sistema de recolección de coimas, intentaba conseguir que Baratta la atendiera y le diera algo a cambio de su información. De hecho Centeno -que hasta que estalló el caso Cuadernos trabajaba como chofer de Baratta- había denunciado a Horovitz por extorsión en la justicia de Instrucción de la Capital.
Los mensajes de Horovitz aparecen sin respuesta de Baratta. El 27 de enero de 2017, Horovitz le contó al ex funcionario: “Eso nunca se lo dije. (Centeno) se quejaba de las migajas que usted le daba cuando iban al lugar top secret y yo le decía bueno pero por lo menos te tira algo. Rezongaba usted se llevaba lo mejor y lo arreglaba con migaja (sic.)”. Ese mismo día, Horovitz le dijo a Baratta que gracias a él “y a los testaferros”, pudo “lograr todo lo que tiene acá y en Salta”. “Todos ayudamos a que él disfrute de lo que tiene y le vaya bien, acá yo salí perdiendo porque todos ustedes viven bien, salen de vacaciones y la buena vida”, agregó en otro texto enviado a fines de enero.
El 11 de mayo de 2017 a las 15:14 fue cuando Baratta se enteró, a través de un mensaje de Horovitz, de la existencia de los cuadernos donde Centeno anotaba cómo -según se investiga en el expediente- el funcionario recaudaba coimas de los empresarios y se la entregaba sus jefes. “Él tenía o tiene cuadernos escritos con cada cosa donde iban con direcciones, fotos, etc. Usted está en el cantry mapuche yo sé que con lo que le mando me pone en despiole o problemas con Oscar (sic.)”. Es decir que Baratta supo de lo que había escrito Centeno y a pesar de ello o tal vez por ello, siguió contratando los servicios del chofer. Las escuchas telefónicas del Caso Cuadernos demostraron que Baratta y Centeno seguían en relación hasta por lo menos unos días antes de que el chofer fuera detenido el 31 de julio de 2018.
La apertura tardía del teléfono iPhone de Baratta se dio en el remanente del Caso GNL que aún está en el juzgado 11 que es subrogado por el juez Julián Ercolini. Esa información, según confirmaron fuentes judiciales, fue enviada a varios expedientes en los que está imputado Baratta. Una copia fue enviada al juzgado 12 donde se investiga el aumento del patrimonio de Baratta.
Uno de los bienes que están bajo investigación judicial en el enriquecimiento ilícito es una casa que refiere Horovitz en uno de los mensajes como la del “country Mapuche”. La justicia investiga la compra de una casa en la calle Curahue 10 del barrio cerrado Mapuche en la que el ex funcionario solía pasar los fines de semana.
Infobae reveló en 2018 los planos de esa vivienda, con 297 metros cuadrados cubiertos y una pileta de 48 m2. La propiedad nunca figuró en las declaraciones juradas de Baratta. A partir de 2010, el ex funcionario solo incluyó el 50% de su departamento, en José Hernández al 2000.
Según uno de los mensajes de Horovitz, Centeno, con lo poco que le daba Baratta había logrado comprar una casa en Olivos y refaccionarla. La refacción la hizo el mismo arquitecto que le había construido la casa en Mapuche a Baratta. En realidad a la madre jubilada del ex funcionario público.
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