El Gobierno de Alberto Fernández, a través del Ministerio de Relaciones Exteriores, evitó condenar la farsa electoral en Nicaragua donde el pasado domingo el dictador Daniel Ortega se impuso con el 75% de los votos. En un escueto comunicado, cancillería manifestó que mantiene su “tradición diplomática de no injerencia en cuestiones internas”.
“A horas de haber finalizado el acto eleccionario, mantenemos nuestra tradición diplomática de no injerencia en cuestiones internas en otras naciones”, estableció en su párrafo central la declaración de la Cancillería que encabeza Santiago Cafiero.
“La República Argentina ratifica su histórico compromiso con la defensa de los Derechos Humanos y apoya con firmeza el trabajo de la Alta Comisionada de Naciones Unidas, Michelle Bachelet, respecto de la situación en Nicaragua”, consignó el comunicado.
Pese a no condenar las controvertidas elecciones, el Gobierno argentino reiteró su “preocupación ante la detención de dirigentes opositores” y “la necesidad de que el gobierno nicaragüense vele por el respeto de los derechos humanos de toda la población”.
“En Argentina entendemos que la democracia supone respetar la diversidad ideológica y la participación cívica sin proscripciones. Debemos acompañar al pueblo de Nicaragua para que cuanto antes recupere el diálogo y la convivencia democrática”, concluye el comunicado del Ministerio de Relaciones Exteriores.
El mandatario sandinista obtuvo el 74,99% de los votos con el 49,25% de las urnas escrutadas, con lo que garantiza su tercera reelección consecutiva y segunda junto con su esposa, Rosario Murillo, como vicepresidenta, de acuerdo con los datos del Consejo Supremo Electoral (CSE), afín al régimen sandinista.
La postura que expresó este lunes el Gobierno argentino con los comicios en Nicaragua se contradice con la que adoptó meses atrás cuando fueron las elecciones de Perú. El pasado 10 de junio, cuando con el 99,1% de las mesas escrutadas Pedro Castillo y Keiko Fujimori peleaban voto a voto la presidencia con una diferencia ínfima de 71 mil sufragios ( 50,2% contra 49,8%), Alberto Fernández felicitó al candidato de izquierda como presidente electo. Sin la confirmación oficial de la victoria, por parte de la Justicia de Perú, el mandatario argentino incluso se comunicó con Castillo para comenzar a trabajar en conjunto: “Le expresé mi deseo de que unamos esfuerzos en favor de América Latina; somos naciones profundamente hermanadas”. En aquella ocasión no primó “la tradición diplomática de no injerencia en cuestiones internas”. Aquél nuevo traspié internacional derivó en que el Gobierno peruano enviara a la Argentina “una Nota de Protesta, ante las expresiones del señor Presidente Alberto Fernández, indicando que los resultados finales de las Elecciones Generales 2021 aún no han sido anunciados por las autoridades electorales de nuestro país”.
A diferencia de Argentina, la comunidad internacional desconoció los resultados de las elecciones de Nicaragua donde el ex guerrillero sandinista, Ortega, estará a la cabeza por otros cinco años. Alemania, Colombia, Costa Rica, Chile, España, Estados Unidos, Panamá, Reino Unido, la Unión Europea (UE), Perú, Ecuador y Uruguay fueron los primeros desconocer la elección por falta de garantías y falta de competencia ante los arrestos de siete aspirantes a candidatos a la Presidencia por la oposición previo a las votaciones.
“Se apunta a eternizar a Daniel Ortega en un régimen dictatorial”, cuestionó el gobierno chileno. “Las elecciones no fueron libres, justas ni transparentes”, añadió por su parte la administración de Pedro Castillo. La Unión Europea apuntó contra Ortega: “Privó al pueblo de elegir libremente”.
Por su parte, Estados Unidos amenazó este lunes con imponer nuevas sanciones a Nicaragua. A través de un comunicado firmado por el secretario de Estado norteamericano Antony Blinken, la Casa Blanca señaló que el ex guerrillero sandinista “ha privado a los nicaragüenses de la posibilidad de que haya verdaderas opciones, al disolver a todos los partidos de oposición genuinos y encarcelar a todos los principales candidatos presidenciales. Estos actos de represión y manipulación electoral, que han recibido el repudio de los nicaragüenses y de la comunidad internacional, privan a los comicios del 7 de noviembre de toda trascendencia verdadera”.
“Estados Unidos se une a otras democracias de la región y del mundo en la condena a esta subversión de las normas democráticas. Acompañamos al pueblo nicaragüense y apoyamos a quienes buscan restablecer la democracia”, agregó EE.UU explicando que continuarán “usando la diplomacia, las acciones coordinadas con nuestros aliados y socios regionales, las sanciones y las restricciones de visado” para que “los cómplices en el apoyo a los actos no democráticos del gobierno de Ortega-Murillo rindan cuentas”.
En contraposición, la reelección de Ortega fue avalada por los gobiernos de Rusia, Bolivia, Cuba y Venezuela. En diversos comunicados respaldaron a Ortega y aplaudieron la jornada electoral de este domingo pese a la detención de los candidatos presidenciales. “Cumplieron con las leyes locales”, manifestó el gobierno de Vladimir Putin. En la misma sintonía, el dictador venezolano Nicolás Maduro llamó “cobardes” a los gobiernos que denunciaron el fraude electoral en el país centroamericano.
“¡Cobardes! Al final los que prevalecen son los valientes, los que luchan, los que batallan, los que defienden la dignidad y la verdad. Los cobardes quedan olvidados en el tiempo y en el camino, y solamente prevalece la gran revolución sandinista de Nicaragua”, fustigó el dictador chavista.
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