El crimen de Roberto Sabo, un kiosquero de Ramos Mejía, sacudió la agenda política a días de las elecciones legislativas y la inseguridad se metió de lleno en la campaña. Luego de la masiva marcha del lunes, en la que los ciudadanos terminaron enfrentados con la policía, que lanzó gases lacrimógenos, desde la oposición cuestionaron el accionar del gobierno bonaerense y pidieron respuestas al Ejecutivo.
Diego Kravetz, responsable de la seguridad en el municipio de Lanús y hombre fuerte de la campaña de Diego Santilli en la provincia de Buenos Aires, anunció que, debido a lo sucedido en Ramos Mejía, ubicado en La Matanza, la oposición canceló el acto de cierre de la Tercera sección electoral que se iba a desarrollar este martes.
“Teníamos la responsabilidad hoy sobre el acto de cierre de la Tercera sección electoral, decidimos suspenderlo por obvias razones. El cierre definitivo es en La Plata el jueves y verán qué hacen. Nosotros suspendimos el de la Tercera en Lanús e incluía Matanza. No están las condiciones sociales ni anímicas para hacerlo”, explicó en diálogo con María Laura Santillán por CNN Radio.
Además, el funcionario espetó duras críticas hacia Axel Kicillof y lo responsabilizó por la ola de inseguridad en el conurbano: “Berni mostró cómo tres móviles distintos pasaron por el kiosco en donde terminó sucediendo el hecho. ¿Por qué pasaron tres veces y no abordaron a nadie? ¿Por qué si vieron a una persona sospechosa no la pararon antes? ¿Qué fue lo que pasó que la policía no detuvo a alguien sospechoso? Por una cuestión ideológica. La policía hace lo que el poder político le pide y acá gasta nafta. En vez de hacer prevención, la policía, para no meterse en una situación que puede ser un problema, sigue. Y el jefe es Kicillof”.
Y profundizó: “¿Por qué los móviles paran a los chicos que están en las esquinas haciendo nada? Para identificarlos. Porque en definitiva por ahí pasa la prevención. Se termina no haciendo prevención por un problema de sesgo ideológico. Lo hacen para no quedar mal con su público o porque piensan que es represivo. Entonces no hay punto medio”.
“Si hubiera otro poder político habría otras decisiones. Cuando asume Kicillof en su discurso dedicó 7.30 minutos a hablar del hacinamiento en cárceles y comisarías. A la semana hubo un fallo de la Cámara de Casación Penal que le pidió a todos los jueces y fiscales de PBA que busquen penas distintas a la privativa de la libertad. A partir de que quien detenta el mayor poder de la provincia cambia el rumbo ideológico de hacia dónde tiene que estar orientada la seguridad, la justicia le responde con un guiño. Esta puerta giratoria saca presos no empezó con la pandemia sino con el discurso de Kicillof y se profundizó con la pandemia”, sentenció Kravetz.
En sintonía con esto, el funcionario hizo hincapié en que el gobierno bonaerense no aborda bien la cuestión de seguridad y lo confunde con otras áreas: “El tema de cuánta gente o personas que habitan en un país terminan dentro del sistema penitenciario en el mundo no va más del 1% de la población. La diferencia entre Argentina y el mundo es que deciden que el 1% que debería estar preso y que el 99% viva más o menos bien, estás preocupado porque ese 1% no esté hacinado. Y hasta que resuelvan el hacinamiento complicarle la vida al resto de la población es un error garrafal”.
“La puerta giratoria empezó cuando asumió Kicillof. La falta de prevención, no obstante el discurso de Berni, empieza con Kicillof. La policía no hace prevención porque tiene miedo de abordar y tener una consecuencia negativa sobre la carrera policial por el sesgo ideológico del gobierno de Kicillof. Es imposible que funcione con Berni o cualquier ministro un ministerio de seguridad con este sesgo ideológico. El sistema le termina jugando en contra de lo que él dice porque quien detenta el poder político es Kicillof y tiene otra ideología, no cree en el sistema represivo penal. Aunque pongas a Superman o Batman no funciona el sistema de seguridad de la provincia de Buenos Aires”, advirtió.
Y completó: “Esto no va a cambiar. Va a acomodar el discurso pero no es lo que él cree, siente y practica. Lo que él pretende resolver se puede hacer desde el área social, desde lo educacional pero no desde la seguridad, que está para prevenir y reprimir el delito. Son áreas distintas pero él mezcla y justifica cosas desde lo penal que se tienen que abordar desde otras áreas”.
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