José López se enriqueció ilícitamente mientras fue secretario de Obras Públicas de Néstor y Cristina Kirchner. Manejaba la relación con las empresas que hacían obras en todo el país. Y eso redundó en su beneficio personal. No hay dudas de ello. Fue condenado a la pena máxima que prevé el Código Penal para el funcionario público que consigue dinero ilegal a partir del cargo que ocupa. Pasó más de cinco años y medio detenido y el viernes consiguió su libertad condicional.
La inolvidable escena de López arrojando bolsos con dólares en un convento de General Rodríguez sucedió el 14 de junio de 2016. El juez federal Daniel Rafecas lo procesó (luego hubo ampliaciones del procesamiento) el 30 de junio de 2016 y en agosto 2017 el fiscal Federico Delgado pidió la elevación del caso a juicio.
El 11 de junio de 2018 comenzó el debate oral. López fue condenado por el Tribunal Oral Federal 1 (TOF 1) el 12 de junio de 2019 a la pena de seis años de prisión. Aquella tarde, el juez Ricardo Basílico, presidente del TOF 1, leyó la condena que había firmado junto a sus colegas Adrián Grünberg y José Michilini. Fue en esa ocasión que determinaron que el dinero que le habían decomisado a López debía repartirse en cantidades similares entre dos hospitales.
El punto XIII de la condena a López y el resto de los imputados estipulaba: “Decomisar los ocho millones novecientos ochenta y dos mil cuarenta y siete dólares (U$S 8.982.047), ciento cincuenta y tres mil seiscientos diez euros (153.610 €) y ciento cincuenta y nueve mil ciento catorce pesos ($ 159.114) y los relojes marca Rolex modelo Oyster Perpetual y marca Omega, modelo Speed, oportunamente incautados; montos y valores que deberán ser puestos – a través de la vía pertinente, en cada caso- a disposición del Hospital de Pediatría Servicio de Atención Médica Integral para la Comunidad “Prof. Dr. Juan Pedro Garrahan” y del Hospital de Niños Ricardo Gutiérrez, en partes iguales, con el fin de que ambas instituciones hospitalarias puedan satisfacer sus necesidades prioritarias de asistencia médica, insumos para la atención de los pacientes, aparatología e investigación; ello en aras a brindar a lo incautado un fin concreto de utilidad pública…”.
Como López había dicho que el dinero que estaba en los bolsos era “de la política” -es decir de la corrupción de la política- fue decomisado en el momento de la sentencia, sin necesidad de que la condena quede firme como sucede en otros casos.
Según pudo confirmar Infobae a través de fuentes judiciales, buena parte del dinero que se le incautó y decomisó a López ya fue transferido por el TOF 1 y utilizado por los dos hospitales públicos que se dedican a la atención de niños de todo el país en la Ciudad de Buenos Aires. Las mismas fuentes explicaron que el Tribunal tiene que autorizar cada transferencia del dinero que está depositado en el Banco Central de la República Argentina. Y así se hizo en dos ocasiones.
En 2019, el TOF 1 les solicitó a los hospitales que comunicaran cuáles eran las necesidades más urgentes que tenían para poderlas solventar con el dinero de los bolsos de López. Fue así que en marzo de 2020, en plena pandemia de coronavirus, los jueces insistieron con el ofrecimiento del dinero que les correspondía a los hospitales y estaba bajo custodia en el Central.
En un primer momento Jorge Menehen -presidente de la Fundación del Garrahan- envió un detalle de las necesidades prioritarias de ese hospital por una cifra de 1.335.000 dólares. Unos días después y ante la crisis sanitaria provocada por la pandemia de coronavirus se amplió el pedido en 653.139 dólares y en 1.275.700 pesos. El dinero sería destinado a mejorar y renovar el sector de farmacia y el de alta tecnología del hospital y a atender la urgencia de la pandemia. En la lista de cosas que necesitaba el Garrahan se incluyó desde barbijos y antiparras para proteger al personal del coronavirus hasta ventiladores y otro tipo de equipamiento.
El 1 de abril de 2020, los jueces le ordenaron al Banco Central que transfiriera de manera urgente $1.275.700 pesos y USD 1.988.139 al hospital Garrahan.
Días después de que se transfiriera esa parte de dinero de los bolsos de López al Garrahan, las autoridades del hospital Gutiérrez hicieron llegar al TOF 1 un listado de las necesidades urgentes.
El 6 de abril de 2020, la directora del hospital María Cristina Galoppo, les envió a los jueces un mail con la lista de lo que les hacía falta. “La presente contempla la emergencia sanitaria para la mejor provisión de los elementos necesarios para la asistencia de los niños que acudan a nuestro Hospital de Niños portadores de respiratorias agudas, y en particular la pandemia del virus COVID19. Asimismo parte de los insumos solicitados serán utilizados en los hospitales del sistema de salud de la CABA siendo solidaria nuestra institución con la grave situación que atravesamos por la pandemia debida al COVID19...”, explicó la directora.
En la lista había barbijos, antiparras y kits de detección de Covid y también ecógrafos, equipos de rayos, oxímetros, camillas y colchones, entre otras cosas. El hospital Gutiérrez le solicitó al TOF 1 la suma de 3.133.456,40 dólares para afrontar sus necesidades más urgentes. El 6 de abril del año pasado el TOF 1 le ordenó al Banco Central la transferencia de 3.200.000 dólares de los bolsos de López al hospital Gutiérrez.
Según revelaron fuentes del TOF 1 a Infobae, antes de fin de mes se terminarán de transferir los fondos restantes para cada uno de los hospitales. Se estima que al Garrahan le resta recibir algo más de 900.000 dólares en tanto al Gutiérrez -que usó parte del dinero para un proceso de reestructuración de las instalaciones- le falta percibir una cifra algo superior al millón de dólares.
Ambos hospitales tienen la obligación de rendir cuentas al TOF 1 para que haya “transparencia” en la asignación de fondos. Infobae accedió a un listado confeccionado por el TOF 1 de las compras más relevantes que hicieron los dos hospitales a partir del dinero que López había tirado en un convento. En ese listado-parcial- aparecen incubadoras, equipos de radiología, ecógrafos, respiradores y otros elementos que pudieron comprarse con el dinero ilegal que había conseguido José López mientras fue funcionario público.
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