El candidato a diputado por la coalición opositora Vamos Con Vos, Florencio Randazzo, sabe que tiene poco tiempo y que le toca correr en un plano inclinado. Consciente de que su futuro político se juega en siete días su partido decisivo, comprime el mensaje, apunta a potenciales votantes y repite, una y otra vez, que “elegir lo mismo traerá el mismo resultado”. Sigue al pie de la letra la receta que se impuso para superar el adverso resultado de las PASO: propuestas; muchas propuestas, hablar del futuro y un mensaje anti grieta que iguala a Juntos y al Frente de Todos.
En campaña, los candidatos suelen calibrar cuántos antagonistas amontonar. Pero Randazzo apunta contra piqueteros, sindicalistas, kirchneristas, macristas y también liberales. Prefiere evitar los nombres propios, pero muestra las cartas: define de manera áspera a sus adversarios, Diego Santilli, Victoria Tolosa Paz, Facundo Manes y apunta con munición gruesa contra Roberto Baradel, el sindicalista de los docentes bonaerenses.
El foco del candidato a diputado por la provincia de Buenos Aires está puesto en la aritmética electoral: hay más de 860 mil votos vacantes, que eligieron a candidatos de las 20 coaliciones políticas que no superaron el umbral del 1,5%; casi 400 mil electores eligieron depositar en las urnas sobres vacíos (votos blancos); y existe un teórico universo de dos millones de personas que no votó. Con 68% de participación, el ausentismo en las PASO 2021 fue récord (12,7 millones votantes habilitados vs 8,7 millones votos totales). Además, en su equipo de campaña hay confianza en poder “pescar” a aquellos (pocos) que votaron a Facundo Manes pero no están dispuestos a elegir la lista que incluye a dirigentes del PRO.
El desafío es grande. Con 318.593 votos (3,64%) Randazzo quedó en quinto lugar, detrás de José Luis Espert (4,78%), la Izquierda (4,99%), el Frente de Todos (33,25%) y Juntos (37,33%). El 14 de noviembre estará Cynthia Hotton, la candidata pañuelo celeste que llegó con lo justo a los 131 mil votos para superar el 1,5 por ciento pertinente.
El siguiente es el reportaje a Florencio Randazzo, a una semana de una elección que será decisiva para su futuro político:
—Estamos llegando al final de este largo proceso electoral ¿cómo encaran estos últimos días de campaña?
—Convencidos de que en estos días que quedan podamos discutir propuestas concretas sobre las reales preocupaciones que tiene la ciudadanía, vinculadas a la inflación, a la falta de trabajo, a cómo mejoramos el sistema educativo y la seguridad en la provincia de Buenos Aires. Estamos tratando de que estos sean los temas que podamos discutir, porque aportan al ciudadano. Tratamos de tener una mirada lo más amplia posible, entendiendo que no somos los dueños de la verdad, al contrario: creemos que se construye desde verdades relativas. Pero la grieta ha impedido las discusiones de fondo. La idea de blanco o negro, con posiciones demasiado intransigentes, alejan las posibilidades de encontrar soluciones a los problemas.
—¿Esa fue la principal dificultad que encontró en la campaña, saltar la grieta, encontrar un discurso que pueda esquivar esa división?
—Las dos fuerzas políticas que protagonizan la grieta, gritan demasiado e invisibilizan cualquier posibilidad de que haya una voz diferente, que es importante en una elección legislativa. La idea de que haya otras voces, otros matices, me parece que le aportan a los cuerpos legislativos, sobre todo cuando las posiciones del kirchnerismo y del macrismo son irreconciliables.
—Igual, durante la campaña tuvo opiniones muy críticas sobre los sindicalistas, los piqueteros, los gremialistas docentes...
—No hacemos críticas personales porque el principal adversario es el fracaso, no las personas. Lo que sí decimos es que muchas veces dirigentes sindicales, de organizaciones sociales son parte del problema porque ni siquiera admiten discutir los temas. Como por ejemplo cómo le damos a la economía estabilidad para tener niveles de inflación razonables como tienen los países de la región, entendiendo que si tenemos una inflación superior al 20%, la Argentina no crece y no genera riqueza es imposible resolver los problemas de fondo. Esos problemas de fondo se van a resolver únicamente si generamos trabajo.
—Los sindicalistas lo criticaron con mucha dureza por su propuesta de discutir las leyes laborales
—Lo que queremos es discutir una ley laboral sin ponernos etiquetas antes de empezar esa discusión, porque de ninguna manera estamos hablando de quitarles derechos a los trabajadores. Es importante discutir una ley para incorporar al 51% que está en la informalidad, o cómo terminamos con los planes, porque a medida que aumentaron los planes aumentó la pobreza. Queremos darle un formato que promocione la creación de nuevas pymes con incentivos fiscales, con financiamiento, para que quien tiene un plan y una determinada capacitación y es coincidente con la demanda de la pyme, pueda ir a trabajar en una pyme, con un salario digno, con la posibilidad de proyectarse y permitir el ascenso social.
—Los piqueteros también lo criticaron pero usted también fue muy duro con ellos por los cortes de tránsito
—Es que si la Argentina no sale del estado de anomia en el que está no vamos a salir adelante. Nos parece normal que todos los días podamos ver a la mañana, muy temprano, el estado del tiempo, el cronograma de transporte público y el cronograma de cortes. Eso no es normal. Una cosa es que aceptemos el reclamo, pero que el reclamo que se haga civilizadamente, sin impedir al resto de los trabajadores, que muchos son cuentapropistas, taxistas y otros que hacen un gran esfuerzo para -con sus impuestos- contribuir a que tenga una asistencia aquel que recibe un plan.
—¿Pero qué hay que hacer cuando esos reclamos terminan con el corte de la Avenida 9 de Julio o de una autopista?
—Esto hay que empezar a resolverlo en algún momento. Primero no hay que alentar ese tipo de manifestaciones. Después las protestas hay que hacerlas ordenadas, sin impedir el desenvolvimiento de los que no están en el reclamo. Tienen derecho al reclamo, a lo que no tienen derecho es a que el reclamo impida que el resto de los argentinos puedan desarrollarse normalmente. Digo que los gobiernos están para solucionar los problemas de la gente no para crearles más problemas. Acá te crean más problemas: te levantás a la mañana todos los días y primero no sabés si vas a tener trabajo, después no sabés si los pibes van a tener clases, después no sabés si el transporte público está de paro, después te encontrás con algún piquete, por eso es que estamos con este estado de ánimo como irritado y es lógico que esto sea así.
—¿Dijo que el Gobierno alienta las manifestaciones?
—Sí. Hay una decisión que a mi criterio es equivocada. Los que militamos en el peronismo y queremos un peronismo moderno, que conciba una clase de hombres y mujeres que son los trabajadores, que entienda que Argentina necesita tener un programa de desarrollo e industrialización de su economía, con una economía cada vez más competitiva, lo que necesita es generar trabajo. Quienes generan trabajo tienen que ser protegidos por los gobiernos, sin embargo acá hay un estado de animosidad con los que generan riqueza y generan empleo, y están condenando con gobiernos como este, como también fue el de Macri, están condenando a millones a la indignidad de recibir un plan y a la indignidad de la pobreza.
—¿Y cómo se rompe el círculo ese de menos trabajo, más protestas y piquetes y más planes sociales?
—Primero hay que tener decisión política para romper ese círculo y estar convencido de que hay que salir de esa situación. Nosotros proponemos una ley de estabilidad económica, que tenga fuerza de ley, con todos los representantes del Parlamento, con los empresarios y los trabajadores para que la Argentina recupere un sendero de previsibilidad de cara al futuro. Después, leyes que estimulen el trabajo, por ejemplo una ley que genere incentivos para aquel que genere empleo formal y, si genera empleo para quienes están en el rango etario de 16 a 30 años, no tenga que pagar ningún impuesto. Una ley que promocione nuevas pymes, con incentivos fiscales y financiamiento que hoy es casi imposible por los niveles de tasa que tiene la Argentina y porque la mayor cantidad de recursos los absorbe el Estado.
—Estas ideas que surgen del sentido común y que en muchos casos coinciden con otras que plantean otros sectores políticos ¿por qué cuesta tanto que se discutan y pongan en marcha?
—Los dirigentes de la grieta no discuten estos temas. Por un lado, el kirchnerismo tiene poca autoridad para discutirlo porque la primera pregunta sería ¿por qué no lo hacen ahora? Y del lado del macrismo -de Juntos o de Cambiemos o como lo queramos llamar- tampoco lo discuten porque la pregunta sería ¿por qué no lo hicieron antes? Por otra parte, no están demasiado motivados para discutir estas cosas porque electoralmente les va muy bien, pero a quienes les va mal es a la gente. Me parece que hay que poner en agenda la discusión de estos temas.
—No se discute tampoco el crecimiento del delito y la inseguridad. En la campaña no fue el tema principal de debate y estamos ante una situación de emergencia.
—El nivel de inseguridad es una vergüenza. Parece que estamos ante un tema que no tiene posibilidad de solucionarse. A largo plazo hay que reconstruir el tejido social, pero a corto plazo tenemos un montón de soluciones. Lo primero que hay que hacer es gestionar. No tiene que ver con declarar una emergencia, sino con actuar frente a un fenómeno que preocupa a todos, como es la inseguridad. Hay que capacitar a la fuerza policial, con capacitación de todo tipo, como física, intelectual, tecnológica. ¿Cómo puede ser que una comisaría no tenga un identificador facial, para saber quién es el que entra en la comisaría detenido por un delito. Y cuando está dentro de la comisaría que se pueda matchear con una base de datos para saber los antecedentes de una persona.
—¿Y en concreto cuáles serían sus propuestas para enfrentar la inseguridad?
—Proponemos una ley para que no se puede excarcelar a aquel que comete un delito violento, aún si es el primero. Sino la detención llega tarde, como el pibe que mataron en Quilmes, que iba a la escuela. Al que detuvieron ya había entrado sucesivas veces a la comisaría. Cuando pasan estas cosas se siente la impotencia de la fuerza policial, que lo detuvo y salió al rato; de la familia, de a quién le cometieron un delito violento, lo que hay que hacer, cuando cometen un delito violento es que no salga.
—Ahora, si no se discuten esas cosas, la inseguridad, los piquetes, etc. ¿por qué en un Congreso futuro se van a poder discutir?
—Que haya otras voces y otra visión sobre los temas hace que necesariamente se pueda instalar una agenda nueva: cómo salir de la inflación, cómo se genera trabajo, cómo mejoramos la seguridad. Sobre la ley de reincidencia: en Argentina sólo se considera reincidente a aquel que haya cumplido al menos un día de condena preso ¿y qué pasa en la Argentina? Alguien comete un delito violento, un abogado logra mediante la vía recursiva que esté todo el proceso fuera de prisión, cuando llega la condena, llega tarde y como no cumple ningún día en prisión no se lo considera reincidente. Hay que cambiar ese concepto, es sentido común, porque si no agarramos un delincuente, lo condenamos y termina beneficiado con los dos tercios de la pena. Son cosas que hay que animarnos a discutir.
—¿Y con respecto a la educación?
—Estuve con padres autoconvocados que plantean la esencialidad del sistema educativo. Creen que es fundamental que los docentes estén de 180 días a 200 días en el aula. Viéndolo aisladamente puede creerse que uno va a limitar el derecho de huelga que tiene un docente para hacer un paro. Hay que mejorar la remuneración, la capacitación, la infraestructura para que en realidad ocurra que el docente no tenga ningún motivo para ir a un paro, porque para los pibes lo peor que les puede pasar es que no esté el docente en el aula. También hay que discutir los contenidos, porque no despiertan interés en los jóvenes. Vemos que hay un grado de abandono del sistema público educativo enorme. Ni hablemos en la pandemia, donde se acentuaron las desigualdades. Vimos que de 18.200 escuelas de la provincia de Buenos Aires, 11 mil no tienen conectividad.
—¿Para usted Roberto Baradel es parte de la solución o parte del problema que usted relató?
—Es parte del problema, porque (dirigentes como él) hacen que el sistema educativo termine siendo rehén de reclamos -a veces justos, seguramente- pero que tienen como víctimas a los pibes. Esa esa la peor injusticia que se puede cometer, la política más injusta sobre los que menos tienen. Los que más posibilidades tienen ya se han pasado a la escuela privada. Este tipo de actitud de dirigentes que supuestamente son progresistas lo único que hacen es condenar el futuro de esos pibes, cuando la escuela pública era un lugar que igualaba oportunidades, nos ponía a todos en la línea de largada. Yo soy hijo de la escuela pública, de la universidad pública.
—Y con ese diagnóstico ¿cómo califica a la escuela pública?
—Ha perdido calidad. El sistema educativo en términos generales y creo que un poco más la escuela pública. En cualquier lugar que uno va se puede ver un desplazamiento de los pibes que iban a la escuela pública, de aquellos que tienen una posibilidad económica un poco mejor, va a la escuela parroquial, a la escuela privada. Esto viene de hace muchos años, aunque la pandemia lo puso de relieve.
El desafío electoral
—¿Cómo se le llega a los cerca de tres millones de bonaerenses que no fueron a votar o que eligieron candidatos que no superaron el 1,5%?
—Si uno reflexiona sobre el planteo, Juntos por el Cambio gobernó hasta hace un año y medio atrás y dejó más desocupación, más endeudamiento, más inflación y más pobreza, y así podemos seguir con la lista, pero no voy a seguir porque la mirada nuestra tiene que ser sobre el futuro. El kirchnerismo está gobernando y los resultados están a la vista, son pésimos: tenemos 7 de cada 10 pibes que son pobres en el gran Buenos Aires, Argentina tiene 23,8 millones de pobres, hay una informalidad del trabajo de 51%, los salarios de los que prestan los servicios públicos esenciales al Estado, como docentes, trabajadores la salud, de la seguridad, como policías, justicia cobran menos de lo que sale la canasta básica alimentaria, esos son los resultados y están a la vista. Lo que nosotros planteamos es que no hay que resignarnos.
—El Gobierno dice que todo eso es por la pandemia...
—No. Eso es poco serio y se está faltando a la verdad. La pandemia puso en evidencia otros problemas que tenía la Argentina, pero las decisiones frente a la pandemia no fueron las correctas. Primero se estableció una dicotomía entre la salud y la economía y destruimos la economía y tuvimos un nivel de muertos cada 100 mil habitantes de los más altos del mundo. Después ideologizamos la vacuna: que Sputnik o no Sputnik, cuando en realidad había que tener todo tipo de vacunas para vacunar a la mayor cantidad de gente posible. Pero no hay que volver la mirada hacia atrás, hay que mirar hacia adelante y no es la pandemia, es un gobierno que no acierta en sus políticas. El presidente tiene una credibilidad que está muy dañada, porque no ha respetado ninguna de las promesas que ha hecho, como tampoco puede sostener la palabra de un día para otro. Es una simplificación eso, es creer que la gente es tonta.
—Insisto, ¿con ese panorama, cómo se convence a los bonaerenses de que Vamos Con Vos es mejor que el Frente de Todos o Juntos?
—Está claro que esas dos alternativas alejan la posibilidad de solución de los problemas. No creo que se haya escuchado a Victoria Tolosa Paz o a Diego Santilli discutir de una ley laboral o cómo mejoramos el sistema educativo, cómo mejoramos la seguridad, si hacemos una ley de estabilidad económica o no, si vamos a una ley de capacitación masiva en oficio (tanto para la del siglo pasado, como matricería, carpintería, pero también del siglo XXI, con programación y tecnología). Tenemos que apostar a que los argentinos entiendan que, si hacemos lo mismo, el resultado va a ser el mismo. Por eso les digo que tenemos que intentar otro camino. Nosotros conformamos una fuerza que primero integra distintos sectores de la sociedad civil y que están vinculados a aquellos temas que nosotros creemos que son prioritarios. La generación trabajo: por eso tenemos a Carolina Castro, que es tercera generación de una pyme importante que produce autopartes para una empresa emblemática como Toyota; en tercer lugar en la lista está alguien del desarrollismo que fue intendente de Mar del Plata, como Gustavo Pulti; tenemos en cuarto lugar una docente, porque creemos que la educación es un tema central. Queremos apelar a que haya un montón de ciudadanos dispuestos a dar ese paso de salir de la trampa de la grieta.
—Hasta ahora se escucharon más fuerte o tuvieron una mejor performance electoral voces altisonantes, como pueden ser la de José Luis Espert. ¿En qué se diferencian?
—En lo personal no tengo nada que decir, pero no comparto la visión que tienen en términos generales: ese espacio político cree que el Estado debe estar ausente, que se deje a las fuerzas del mercado a que regulen las relaciones sociales y económicas. Yo no creo en eso y ya tuvimos la experiencia de Macri. Eso agudiza las desigualdades y hace que las sociedades sean más desiguales, más inseguras, con menos trabajo y con más problemas. Tengo una visión diferente de lo que hay que hacer. Espert y Javier Milei creen que el problema de la inflación es solamente la emisión y yo creo que es multicausal: la emisión, la limitación de importaciones, la falta de consistencia en el gasto público, un sinnúmero de cosas que hace que la economía argentina tenga niveles de inflación altos. Pero lo más importante es que han tenido muy poca experiencia para demostrar qué capacidad tienen para gestionar el Estado. Una cosa es hablar desde afuera y otra es tener la responsabilidad. En nuestro espacio político hay hombres y mujeres con experiencia, como el caso mío y de otros tantos, que pudimos demostrar que se puede gestionar y bien. Podemos hacer del Estado un Estado eficiente, que dé respuestas a los problemas que tiene la sociedad, como lo hemos hecho nosotros con el documento, con el pasaporte, con los trenes, con la SUBE, con todas aquellas cosas que estuvieron bajo nuestra responsabilidad y que hacen a las cosas más importantes que tenemos que hacer los políticos que es tratar de mejorarle la vida a la gente. De eso se trata la política.
—¿Qué cree que va a pasar a partir del 15 de noviembre en el país, qué se puede esperar si gana o pierde el Gobierno?
—Tal vez un resultado adverso los haga reaccionar de que el camino que han emprendido es equivocado y podamos tener una dirigencia suficientemente madura en el Parlamento para ir achicando las distancias. Estos dos frentes que se disputan la política en los últimos años nos han llevado al resultado que hoy tiene la Argentina. Yo aspiro que haya suficiente madurez para que el Gobierno rectifique su rumbo y que escuche y no crea que los resultados tienen que ver con que la gente tiene más o menos platita en el bolsillo, como dijo Gollan.
—¿Y usted qué cree de esa idea de que con mejoras en el bolsillo se puede revertir el resultado electoral?
—Eso es subestimar a la gente. Hay un montón de cuestiones que se han dado en esta elección para que masivamente salga el conjunto de la ciudadanía a castigarlos porque fracasó un año y medio.
—Ahora, el Gobierno perdió, pero ganó Juntos, que perdió hace menos de dos años...
—Para quienes venimos del peronismo, el veredicto de las urnas es inapelable. Sino, cuando me acompañan a mí son inteligentes y votaron bien y cuando no me acompañan son unos tontos. Este es el primer concepto claro. Después, el veredicto de las urnas se debe a que el Gobierno hizo tan mal las cosas en un año y medio que generó una reacción de salir a votar a quien más daño podía hacer al Gobierno para que el Gobierno pierda. Ahí hay que considerar que ha sido una decisión acertada de Cambiemos de habilitar una PASO. Encontraron en la figura de Facundo Manes, esos 14 puntos que ayudaron al triunfo de Cambiemos, más los 22 de Diego Santilli. Algunos así tuvieron la posibilidad de votar a alguien sin sentir demasiada culpa porque tenía menos pertenencia hacia la figura de Macri. Esa conjunción se dio y hubo un gran porcentaje de los dos millones de personas que no fueron a votar, y 860 mil o más que votaron a otras fuerzas políticas que no superaron el 1,5%. Esa es la lectura que hago de lo que ocurrió.
—Ahora tiene que sumar votos para el domingo próximo. ¿Cree que entre votantes de Manes hay algunos que los convenza una propuesta como las de Vamos Con Vos?
—Creo que sí. Creo que muchos de los que votaron a Manes no están de acuerdo con acompañar a una fuerza política que conduce Mauricio Macri, que ha fracasado. Sobre todo los que vienen del radicalismo o de fuerzas populares y que tienen una visión más parecida a la que tenemos nosotros, del peronismo.
—¿Qué le diría a las personas que en Saladillo, Ramallo o Chivilcoy, que votó a Manes y que ahora está pensando a quién vota?
—Les diría que nos den una oportunidad, porque somos otra voz y eso le hace muy bien a los cuerpos legislativos. Que haya otra visión de las cosas y que exista la posibilidad de que haya otra dirigencia que pueda instalar otra agenda en Argentina, para salir de la trampa de la grieta. Si seguimos haciendo lo mismo, si seguimos votando lo mismo, el resultado va a ser exactamente el mismo.
—Hablamos de Alberto Fernández, del Gobierno y de Juntos, pero no mencionamos a Cristina Kirchner ¿Quién está gobernando el país?
—Está claro que quien toma las decisiones en la Argentina es Cristina Fernández de Kirchner. Si quedaba alguna duda, después de la derrota, estuvo la carta y la renuncia de 12 funcionarios de primera línea. A los que terminaron sacando del gobierno son los que tenían más afinidad con Alberto Fernández, así que no tengo que explicar demasiado. El comportamiento de gobernadores e intendentes está vinculado a un tema central que tenemos que dar discusión en el Parlamento que es una nueva ley federal de impuestos. La Argentina es federal en los papeles, pero en los hechos es unitario, porque es demasiado pernicioso para la Argentina, que es concentrar fondos desde el poder central para condicionar las decisiones políticas de los Estados provinciales y municipales. No hay ninguna posibilidad de tener independencia política si no hay independencia económica.
—¿Y el rol de los gobernadores cómo lo ve? Usted fue ministro del Interior...
—El comportamiento de los gobernadores y de aquellos que tienen responsabilidad institucional -aunque yo no los justifico- es priorizar el ingreso de recursos, que discrecionalmente en gran medida, lo distribuye el gobierno nacional y el gobierno provincial. Esto no viene de ahora, sino de hace mucho tiempo. Por eso digo por qué esta ley que no se animó a llevarla adelante el gobierno de Cambiemos. Por qué Cambiemos, que tanto pregonaba la boleta única no la llevó al parlamento, por qué no discutió una nueva ley vinculada a la generación de nuevos puestos de trabajo… por qué no lo hicieron?
—Pasamos del video de la discusión entre usted y Cristina Kirchner a proponer “tranquilidad”. ¿Muchos se preguntan por qué cambió tanto el registro de la campaña entre las PASO y ahora?
—Nos equivocamos. Por la necesidad y la ansiedad de tener visibilidad, quisimos ser disruptivos y terminamos con algunos spot que generaron más rechazo que beneficio. El spot en el que aparecía una voz que imitaba Cristina en aquella reunión en la que yo finalmente cumplí con la palabra, la idea era poner en valor cumplir con la palabra. La reunión existió y yo sostuve lo que venía diciendo durante mucho tiempo, que era que no iba a ser candidato. Había una idea del mensaje, pero finalmente quedó otra cosa. También pasó con la intervención de mi madre. Tomamos nota y entendemos que hay una sociedad que está hastiada de la crítica, de la mirada hacia atrás y que tenemos que mirar hacia adelante. Hay que reconocer cuando uno se equivoca y nosotros nos equivocamos. Empezamos la campaña con un perfil mucho más de tranquilidad y de propuestas claras, que las teníamos, pero se hace muy difícil visualizar las propuestas cuando los dos espacios grandes que disputan la grieta invisibilizan las posiciones diferentes. Lo vimos en el debate en TN, no se pudo discutir ninguna propuesta, cuando nosotros presentamos 20.
—Si el 11 de diciembre es diputado ¿qué es lo primero que va a hacer? ¿Y si el 11 de diciembre no llega a ser diputado, qué va a hacer?
—Creo que vamos a entrar y tenemos una enorme responsabilidad para plantear una agenda nueva que esté vinculada a una ley de estabilidad económica, a cómo generamos una ley de incentivo para la generación de nuevas pymes, cómo generamos financiamiento para esas nuevas pymes, cómo llevamos adelante una capacitación masiva en oficios, cómo podemos contribuir para que la ley federal de educación que establece la obligatoriedad de salas de 4 y 5 años, cómo la obligatoriedad de la doble jornada hace 14 años que fue votada y no se implementa. Estas con las cosas que nosotros vamos a trabajar a partir del 10 de diciembre. Y si no entro, el 11 me iré de vacaciones.
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