El plan del Frente de Todos, después de la catastrófica derrota en las PASO, fue provincializar la campaña para evitar que la mala imagen del Gobierno hiciera mella nuevamente en el interior del país. Con el paso de las semanas, en la mayor parte de los distritos la estrategia se fue modificando y los referentes nacionales empezaron a avanzar sobre las principales localidades para apuntalar a los candidatos propios. En La Pampa, sin embargo, el plan siguió mayormente incólume. Y en el tramo final se cuidan al pie de la letra de evitar visitar la provincia, clave en el armado nacional del oficialismo.
A pesar de que representa un porcentaje nimio en el padrón nacional, La Pampa es un distrito clave para el Frente de Todos, básicamente, porque elige senadores. Desde las Primarias, la provincia eminentemente agropecuaria del centro del país quedó en rojo en el mapa electoral del Gobierno, que resultó derrotado por diez puntos contra Juntos por el Cambio. Perderla definitivamente en noviembre podría implicar, también, quedarse sin quórum propio en la Cámara alta.
En cada reunión de diseño de campaña en los dos meses posteriores a las PASO, la carrera pampeana se trató especialmente como un tema aparte sobre el que reinaba un aura de pesimismo. El margen de derrota había sido amplio y la posibilidad de revertirlo se perfilaba compleja.
En las últimas semanas, sin embargo, las encuestas del oficialismo empezaron a registrar una mejora significativa. En Santa Rosa, el distrito más poblado, que representa más del 45 por ciento del padrón provincial total, creen que directamente “dieron vuelta” el resultado, que en septiembre fue adverso por 8 puntos. Y creen que pueden mejorar significativamente en General Pico y los distritos aledaños con la lista encabezada por Daniel Bensusán, actual ministro de gobierno y apoderado del PJ local.
Adjudican la mejora, exclusivamente, a los “pifies” de Juntos por el Cambio, que hizo fuertes avanzadas sobre La Pampa en las últimas semanas con su slogan “Cinco senadores” que pide el voto para ponerle “un freno” al kirchnerismo en el Congreso. Aseguran que es por este motivo que los referentes nacionales del Frente de Todos decidieron quedarse por fuera de las fronteras pampeanas en el tramo final de la campaña. “Estamos bien así, ellos la están arruinando solos, ¿para qué ir a cambiar una receta que funciona?”, dijo un funcionario nacional con terminales políticas en la provincia.
Mientras tanto, los ministros nacionales visitan otros distritos que se perdieron o ganaron por escaso margen en las PASO, y donde tienen ciertas posibilidades de mejorar, como Salta, Neuquén, Río Negro, Chubut, y Tierra del Fuego, donde estuvieron o planean estar en los próximos días los titulares de Turismo, Matías Lammens, e Interior, Eduardo Wado de Pedro. “Vamos a los lugares donde nos está yendo mal. Y evitamos aquellos donde nos está yendo bien”, resumió la estrategia un dirigente. Y negó que la decisión de no pisar La Pampa se relacione con un intento de mantener en las sombras la cuestionada gestión nacional.
En el oficialismo, de todas formas, no todo es optimismo. La decisión del ex gobernador y referente local Carlos Verna de alejarse de su sucesor, Sergio Ziliotto, complica la coherencia interna del Frente de Todos, que planeaba competir en armonía contra una oposición que en los próximos comicios irá con una lista unificada bajo la figura de Daniel Kroneberger. Fuentes del peronismo local apuntaron que el histórico referente resiente el alto perfil que adoptó su otrora delfín y apuntaron, también, que el vínculo del cacique con el kirchnerismo nunca terminó de mejorar tras la ruptura de 2015, a pesar de la tregua que selló en 2019 con Cristina Kirchner.
Mientras tanto, algunas voces dentro del oficialismo señalan que exhibir un exceso de optimismo, sea cual sea el distrito, es arriesgado. “Ya nos pasó que nos confiamos, en la provincia de Buenos Aires, con que ganábamos por siete puntos. La derrota es mucho peor cuando es sorpresiva”, dijo un dirigente. Un armador agregó: “Yo no me confiaría tanto. Con los senadores es a todo o nada. Si perdemos por un punto, perdemos la banca directamente. No hay medias tintas como en el caso de las listas de diputados”.
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