Después de la derrota en las primarias y el desgaste por el conflicto político derivado de la reacción del Gobierno frente a los ataques de grupos autodenominados mapuches, a dos semanas de las elecciones generales el Frente de Todos hace pie en la Patagonia para apuntalar a sus candidatos en los distritos del Sur, donde perdió por amplio margen. La expectativa de un triunfo es baja en una región que se presenta crítica, pero el oficialismo deposita aún cierta esperanza en acortar la distancia ante la oposición con recorridas y actos de tinte económico para convencer a quienes votaron a terceras fuerzas o no participaron en septiembre.
El eje de las recorridas por la zona patagónica para incentivar la participación electoral -fue baja en todos los distritos- y recuperar cierto respaldo, se centra en la mentada “reactivación económica” post-pandemia sobre la que el Frente de Todos basa su carrera proselitista hacia las Legislativas.
El ministro del Interior, Eduardo Wado De Pedro, y su par de Turismo, Matías Lammens arrancaron la gira patagónica el lunes, en Neuquén, con una visita a empresarios vinculados a la energía y la metalmecánica. El foco es mostrar determinación de parte del Gobierno ante los sectores productivos en una provincia cuya economía se basa, en buena parte, en la actividad petrolera y gasífera, con el yacimiento de recursos no convencionales Vaca Muerta en el centro de las expectativas. También conversaron con representantes del sector de la actividad turística.
Y ayer se desplazaron a Río Negro, el distrito adverso al Frente de Todos que estuvo en el centro de la agenda pública nuevamente hace diez días por una nueva escalada del conflicto político entre la Nación y las autoridades de la fuerza local Juntos Somos Río Negro que lideran la gobernadora Arabela Carreras y su predecesor y actual senador nacional, Alberto Weretilnek.
La espiral de la pelea entre la Nación y esa provincia llegó a un pico a mediados de octubre con una serie de cruces públicos desatados por la reticencia que mostraron el presidente Alberto Fernández y su ministro de Seguridad, Aníbal Fernández ante el pedido de ayuda de las autoridades provinciales frente a los cortes de rutas e incidentes provocados por grupos indígenas que desconocen al Estado argentino.
Aunque finalmente se enviaron efectivos, durante la semana del conflicto muchos funcionarios del oficialismo se lamentaron por la respuesta “piantavotos” del Presidente y los planteos “tibios” del ministerio de Ambiente y de Seguridad ante una problemática central para la ciudadanía local -que le ya había dado mayoritariamente la espalda al gobierno nacional en las PASO-, que tiene fuerte repercusión, también, en el resto el país.
Aunque no volvieron a repetirse episodios violentos en los últimos días y la animosidad política disminuyó, ayer De Pedro y Lammens no se reunieron ayer con ningún funcionario local. Desde la Casa Rosada lo justificaron al señalar que se trató exclusivamente de un viaje de campaña y aseguraron que vienen manteniendo “permanentes comunicaciones telefónicas” con representantes del gobierno de Río Negro.
La semana pasada, el Presidente había llamado a Carreras para poner paños fríos en el enfrentamiento que creció con declaraciones públicas cruzadas en los días previos. Y aunque la relación con el Ejecutivo local sigue tensa, en la Nación creen que la gobernación “bajó tres cambios” después del envío de refuerzos de Gendarmería, según señaló un vocero.
En el distrito del Sur también parece haber interés en que mermen las desavenencias. Ayer, en declaraciones a radio 10, Carreras se mostró conciliadora. “El conflicto (con los mapuches) fue planteado y obtuvimos una respuesta del gobierno nacional. Estamos satisfechos porque fuimos escuchados”, dijo la gobernadora ante una consulta sobre los pases de factura que había hecho días atrás a la administración de Alberto Fernández. Lejos de la postura combativa anterior, también ponderó “el diálogo entre los actores políticos” e incluso elogió el Previaje, al señalar que en su provincia están “agradecidos” por la alta demanda turística en Bariloche y El Bolsón en el marco de ese programa nacional.
La visita de representantes nacionales a tierras rionegrinas se produjo, también, horas después del anuncio que hizo Alberto Fernández desde Glasgow, Escocia, donde participó de la 26ª Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, sobre la inversión millonaria de la empresa australiana Fortescue en la Argentina para la construcción de un nuevo parque eólico y un puerto en Río Negro, destinados a la producción y exportación de hidrógeno verde.
La compañía multinacional volcará 8.400 millones de dólares en el país hasta 2028 a través del proyecto denominado “Pampas” y el gobierno nacional quiere asegurarse de que las diferencias políticas, sobre todo en la etapa inicial, se reduzcan al mínimo, para evitar que hagan mella sobre el festejado plan. “Toda la provincia está muy contenta y agradecida con la noticia de poder recibir una inversión de esa magnitud”, dijo un alto funcionario a Infobae.
A nivel local coinciden. La gobernadora Carreras ensalzó la inversión de Fortescue, que “se venía trabajando hace mucho tiempo”, y admitió que se mantuvo en reserva para poder hacer el anuncio en el marco de la cumbre mundial del clima, instancia clave en la búsqueda de apoyos internacionales por parte del gobierno nacional en la negociación con el Fondo Monetario Internacional (FMI) por la deuda externa.
La gira de los ministros continuará la semana próxima en Chubut y Tierra del Fuego, donde el Frente de Todos también perdió en las Primarias de septiembre contra Juntos por el Cambio. Los porcentajes que representan esos distritos en el padrón y la cantidad de diputados es escasa en comparación con los más densos, como Buenos Aires, Santa Fe y Córdoba, pero el Gobierno tiene un interés estratégico en cada uno.
Chubut es clave, principalmente, porque elige senadores, cuando el quórum del Gobierno en la Cámara alta se encuentra en peligro en caso de que se repitan los resultados de las PASO. Allí la fuerza nacional mantiene una puja subterránea con el gobernador Mariano Arcioni ante la resistencia del jefe provincial a bajar su lista de candidatos, en desmedro de la expresión local del Frente de Todos, que busca competir con una única nómina que concentre el voto peronista. En la Nación niegan que haya habido un pedido a la gobernación en ese sentido.
De Pedro viajará a Comodoro Rivadavia junto al ministro de Economía, Martín Guzmán, y ya preparan una cena con empresarios y un encuentro con la CGT chubutense, además de recorridas por barrios por obras cloacales y de distribución de agua potable.
En el caso de la provincia más austral, el énfasis está puesto en disminuir la cantidad de bastiones perdidos en el interior del país -en las PASO fueron 16-, afianzar al gobierno de Gustavo Melella -con quien De Pedro y Lammens sí se reunirán- y posicionarse mejor de cara a las Presidenciales que se celebran dentro de dos años.
La recorrida de los funcionarios nacionales por la Patagonia se monta principalmente en el turismo, actividad por excelencia en la región, a través de la promoción del programa “PreViaje”, uno de los caballitos de batalla del Gobierno en el segundo tramo de la campaña. “Esto tiene que ver con visitar y recorrer obras y seguir afianzando vínculos con el sector productivo y los empresarios en reactivación económica mientras hacemos actividades de campaña. El objetivo es meter un legislador por Neuquén y uno por Río Negro”, sostuvo un importante funcionario.
Con el programa de micro financiamiento, el oficialismo busca mostrar iniciativa y aportar a la recuperación de las heridas economías regionales, que resultaron extremadamente golpeadas por la prolongada suspensión de actividades durante cuarentena de 2020 y los frenos en el primer semestre de este año. Lanzado hace más de un mes, se transformó en una de las medidas más autoponderadas del paquete que lanzó el oficialismo cuando aceleró el ritmo de gestión tras la derrota de septiembre. “Sentimos un clima de fiesta y recuperación en lo económico, en el sector privado todo son halagos de las cámaras de turismo y gastronomía”, dijeron, optimistas, en el Gobierno.
Con el eco de la derrota en las PASO; ante encuestas que aún muestran guarismos desfavorables para el Frente de Todos; y con la serie de conflictos y desavenencias con los gobiernos locales latentes, a dos semanas de las elecciones generales en la Casa Rosada apuntan los cañones a mejorar la performance en la Patagonia, a pesar de que en la mayor parte de los distritos dan por descontado una derrota. “Vamos para achicar la diferencia”, admitieron desde un despacho de Balcarce 50. Mientras intenta amortiguar la caída, la mira del oficialismo está puesta, principalmente, en la gobernabilidad en el interior durante los próximos dos años, y en la carrera contra Juntos por el Cambio hacia 2023.
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