El anuncio de una inversión de USD 8.400 millones para la construcción y puesta en marcha de una planta de generación de hidrógeno está empezando a tener sus primeros coletazos en contra. Mientras el gobierno nacional señala que es la inversión más importante para la Argentina anunciada en los últimos 21 años, desde la oposición ponen en duda la factibilidad del proyecto que anunció ayer el presidente Alberto Fernández.
Una de las primeras en salir a criticar el anuncio fue la diputada radical Jimena Latorre quien puso en duda su concreción. Mediante el uso de la red social twitter, la legisladora de Mendoza dijo que “el H2 verde es un combustible sostenible, un aspiracional hacia donde orientar un trabajo planificado, para que se concrete” y a partir de eso señala que el anuncio “hay que tomarlo como de quien viene; Alberto Fernández el mismo presidente que ‘impuso la agenda del G20′”.
La crítica de la legisladora apunta a las políticas públicas respecto de la matriz energética ya que entiende que no va a prosperar “ni éste ni otro proyecto si no van a reforzar las políticas de crecimiento de energías renovables”.
Además, hizo referencia que no impactará en la sustitución de energías que “si hoy vienen a poner la planta no tienen electricidad para hacerla funcionar. Eso lo único que hace es hacernos pensar que la empresa pondrá sus aerogeneradores para tener su propia energía, se generan su propia estructura para funcionar, con un modelo 100% exportador como explicó el ministro Matías Kulfas y el representante de la empresa, Agustín Pichot, pero lo van a hacer utilizando agua argentina”, señaló a Infobae.
Aunque la legisladora hizo referencia al ingreso de divisas que eso puede significar, tal como dijo Kulfas, Latorre aclaró a que “no aporta al recambio de la matriz energética argentina, no hay una inversión que quede en infraestructura y energía sustentable y no hay una planificación para que nosotros podamos utilizar esos combustibles en el futuro”.
La diputada radical le apunta al discurso del Gobierno al señalar que, de darse esa situación, cuestionó: “¿El proyecto tiene licencia social en una provincia como Río Negro, que hasta la semana pasada estaba en llamas por un grupo de “Mapuches” defensores del agua?”.
Latorre entiende que el no reclamo respecto de estos grupos de lo que se anunció hace menos de 24 horas es porque “es tan burda la connivencia del gobierno nacional con esos grupos violentos, que por la mitad de ese anuncio con otro gobierno, Jones Huala ya hubiera cruzado la cordillera a pie y levantando a su gente”.
Aunque las críticas apuntan a la administración nacional parte de la respuesta llegó de la gobernadora Arabela Carreras, quien hizo referencia a que hace un año que se está en conversaciones para este proyecto y sobre el peligro de la agrupación RAM.
Hace apenas un día, el ex capitán de los Pumas y figura clave en la negociación entre el Gobierno Argentino y el empresario multimillonario australiano Andrew Forrest, Pichot había advertido su preocupación sobre la amenaza mapuche a la concreción del proyecto.
“No sé si tengo temor. Tengo mucha prudencia. No me gustaría que pase nada que perjudique el proyecto (...) Esto no tiene que ver nada con los mapuches. O sea, no entra en conflicto, por lo menos de lo que yo entiendo, con los mapuches. Y no queremos tener problemas con nadie”, aseguró el ex rugbier.
A su vez, Carreras destacó la mejoría en las relaciones con el presidente Alberto Fernández, después de la famosa carta del mandatario, en la que le advertía a la gobernadora que no era responsabilidad del Gobierno nacional atender los problemas de la violencia mapuche en Río Negro.
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