A menos de dos semanas para las elecciones legislativas del 14 de noviembre, el Frente de Todos no se corre de su objetivo de buscar los votos que faltan en el conurbano bonaerense. Tras la reunión de los intendentes con el gabinete provincial y el consultor catalán Antoni Rubí-Gutiérrez, en el oficialismo no dan por seguro que se dará vuelta el resultado de las PASO, aunque sí se empieza a pensar en una derrota de baja intensidad. “Perder ganando”, es una explicación para interpretar lo que puede llegar a pasar el próximo 14 de noviembre. En el equipo de campaña del oficialismo repiten que hay que ver la foto completa y que no es lo mismo un mapa de la provincia de Buenos Aires todo amarillo, solo con el conurbano pintado de celeste, que con el Frente de Todos logrando imponerse en algunos distritos, pese a que la victoria sea de Juntos.
Además, el “perder ganando” se explica también por la composición final del Senado bonaerense. Una distribución de bancas ajustada en la Cámara alta provincial a favor de Juntos sería un escenario donde, por ejemplo, el Ejecutivo bonaerense podría necesitar de uno o dos votos para forzar un desempate a cargo de la vicegobernadora Verónica Magario. Actualmente está seis bancas por detrás de la oposición: 26 a 20.
Aunque la victoria sea de Juntos, en el oficialismo creen que pueden recuperar lugares por la Primera sección y conseguir una de las tres bancas que reparte la Séptima sección electoral donde se encuentran los municipios del centro de la provincia, cuyo primer candidato es el diputado nacional Eduardo Bucca. Eso sería lo más parecido a un triunfo de las elecciones 2021.
“Perder no es la muerte de nadie, hemos perdido elecciones de medio término desde el 2007 en adelante”, dice una voz con parte activa en la campaña del Frente de Todos.
En el oficialismo también creen que hay más de dos millones de electores que podrían ser potenciales votantes del Frente de Todos con domicilio en el conurbano. De ahí se explica la intensidad de la campaña oficialista por la Primera y Tercera sección electoral. La semana pasada todas las recorridas del presidente Alberto Fernández y del gobernador bonaerense, Axel Kicillof, fueron por el AMBA.
La expectativa de una mayor participación electoral es a lo que se aferra el oficialismo. En el campamento de campaña de Juntos creen que hoy, faltando menos de dos semanas de las elecciones, la diferencia de cuatro puntos se mantiene y que el candidato Diego Santilli retendrá la mayoría de los votos obtuvo su competidor en las PASO, Facundo Manes. Tanto en Juntos como en el oficialismo hacen la misma evaluación: crecerá la participación y por ende la cantidad de votos que obtendrán.
La esperanza del Frente de Todos se posa sobre el rol de los intendentes del conurbano. En la última reunión que mantuvieron con el consultor catalán y el Ejecutivo bonaerense se les pidió redoblar el esfuerzo, ajustar la escucha en las recorridas, evitar actos con una fuerte épica militante y profundizar en sus propios territorios, localidades, barrios y hasta cuadras la idea del SÍ.
Esta última recomendación no sería muy tenida en cuenta. El Frente de Todos hará un cierre de campaña con fuerte presencia militante y dirigencial este sábado en el estadio del Club Atlético Lanús. Tendrá similares ribetes al que llevó adelante la semana pasada desde la cancha de Morón para homenajear al ex presidente Néstor Kirchner al cumplirse 11 años de su fallecimiento.
Con un 68% de participación tanto en la Primera como en la Tercera sección electoral, el gobierno espera una tracción de intendentes e intendentas del oficialismo para aumentar el caudal electoral. En la Tercera sección electoral el FdT ganó con el 39.5% de los votos, mientras que Juntos logró el 31%. Fue la única sección electoral donde el peronismo logró imponerse. Mientras que en la Primera -conurbano norte y oeste- Juntos ganó con el 37,7 sobre el 33,1. Achicar esa brecha implica que Kicillof tenga más senadores provinciales. “Esa es la foto que hay que ver”, repiten en la campaña bonaerense.
“Hay una expectativa grande y no solamente nuestra, sino fundamentalmente de Juntos, que sabe además que por los lugares de ausencia están en territorios muy afines a nuestra fuerza política. Sabemos que es un voto que si va es muy probable que venga a nuestro lado”, explican desde el Frente de Todos.
Tanto oficialismo como oposición coinciden que a dos semanas de la elección la diferencia de cuatro puntos se sostiene y que el nudo de la cuestión es cuánto puede achicarse o no la diferencia en este sprint final
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