Fue la última intervención de Alberto Fernández en la tercera sesión plenaria de la Cumbre del G20 en Roma, antes de partir hacia Glasgow donde participará de la COP 26, sobre cambio climático.
“Hago un llamamiento a todos los países para que esta oportunidad de canalización de los DEGs (Derechos Especiales de Giro) para el desarrollo sostenible no resulte desperdiciada por trabas burocráticas o confort hacia el statu quo”, dijo. Y agregó, apelando a la solidaridad de las naciones más poderosas: “Sería trágico que los DEGs engrosaran reservas de países que no lo necesitan, mientras aumenta el atraso de países que necesitan financiamiento como el agua”.
En ese sentido, el Presidente hizo un llamamiento a “construir puentes de fraternidad y dejar atrás los muros del egoísmo”. También advirtió que “la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible está en terapia intensiva” porque “las brechas de bienestar corren el riesgo de convertirse en una fractura de dimensiones catastróficas” que “la pandemia ha incrementado” con “especial dureza en América Latina y el Caribe”.
“Quisiera que mi voz exprese el grito desesperado de los condenados de la tierra, por el hambre, la ausencia de trabajo, las migraciones forzadas, la pobreza, la discriminación de género y racial”, expresó.
“Sin la construcción de un nuevo paradigma financiero internacional ninguno de estos desafíos será superado”, advirtió Alberto Fernández.
Frente a los Líderes de las principales economías del mundo, congregados en Centro de Convenciones La Nuvola, y acompañado por los ministros de Relaciones Exteriores y de Economía, Santiago Cafiero y Martín Guzmán, y por el sherpa en el G20 y embajador ante los Estados Unidos, Jorge Argüello, Alberto Fernández pidió “poner al ser humano en el centro de las decisiones” y aseguró que “desde las periferias del mundo” se necesita “financiamiento genuino para el desarrollo, sin la complicidad local de quienes lo fugan a paraísos fiscales”.
El Jefe de Estado explicó que, “en el caso de América Latina y el Caribe, la canalización de los Derechos Especiales de Giro (DEG) hacia la banca regional de desarrollo es clave, pues pueden capitalizarla y apalancarla, otorgar garantías anti-cíclicas y promover inversiones privadas”.
También llamó a “reformular el sistema de calificación crediticia, para que la dimensión ambiental no castigue a los países en desarrollo, aumentando el costo de la deuda soberana y el pago de intereses”.
Recordó que el segundo Objetivo de Desarrollo Sostenible convoca a “poner fin al hambre, lograr la seguridad alimentaria y la mejora de la nutrición y promover la agricultura sostenible”, y que “la Argentina reclama poner fin a las políticas agrícolas que perjudican especialmente a los países en desarrollo”.
“Desde el G20 debemos enviar un mensaje político sobre la importancia de avanzar en estas negociaciones de larga data en la Organización Mundial del Comercio (OMC), y concluir sin dilaciones este acuerdo, antes de su próxima Conferencia Ministerial”, dijo el Presidente en su exposición final ante la Cumbre de Líderes del G20 que se inició ayer en Roma y concluyó esta tarde.
En el transcurso de la Cumbre, el Presidente mantuvo reuniones con la titular del FMI, Kristalina Georgieva, con la canciller de Alemania, Angela Merkel, con el presidente de Francia, Emmanuel Macron, con el titular del Gobierno español, Pedro Sánchez, y con la reina de Holanda, Máxima Zorreguieta.
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