El Gobierno aceptó formalmente la renuncia de la jueza de la Corte Suprema de Justicia de la Nación, Elena Highton de Nolasco. Lo hizo a través del Decreto 747/2021, que lleva las firmas del presidente Alberto Fernández y del ministro de Justicia, Martín Soria, y que fue publicado este viernes en el Boletín Oficial.
La noticia se conoció el pasado 5 de octubre. Sin embargo tiempo antes se lo había informado telefónicamente a Alberto Fernández y luego plasmó su decisión en una carta formal fechada el 30 de septiembre. Allí comunicó que su salida del Máximo Tribunal se haría efectiva el 1º de noviembre, es decir, el próximo lunes.
Molesta por la falta de consenso, Highton de Nolasco fue una de las magistradas que no participó de la audiencia en la que se designó como nuevo presidente de la Corte a Horacio Rosatti. Sus allegados aseguran que la magistrada entendía que se había cumplido un ciclo en el cuerpo luego de la fractura registrada en la última reunión extraordinaria de acuerdos de la que tampoco había participado Ricardo Lorenzetti.
El martes pasado la magistrada firmó su último acuerdo con el que se oficializó que las reuniones de los jueces vuelvan a ser presenciales tras un año y medio de pandemia. Tras la rúbrica, Highton se despidió en un encuentro por Zoom que duró media hora.
A partir del próximo jueves 4 de noviembre a las 10 de la mañana, los ministros Juan Carlos Maqueda, Ricardo Lorenzetti, Horacio Rosatti y Carlos Rosenkrantz volverán a verse personalmente en forma oficial, ya sin Highton de Nolasco.
Su carrera judicial comenzó en 1973, recomendada por el escritor nacionalista y peronista Arturo Jauretche, tío de su marido, el médico Alberto Nolasco. Inició como defensora oficial, cargo que ejerció hasta 1979. Luego fue ascendida a jueza especial civil y comercial, donde se desempeñó hasta 1988: ese año fue nombrada jueza civil. Y en 1994, fue ascendida a camarista del fuero.
En 2004, tras una propuesta del entonces presidente Néstor Kirchner luego de la destitución de Eduardo Moliné O’Connor, fue designada en la Corte Suprema de Justicia, convirtiéndose en la primera mujer en ocupar un lugar en el Máximo Tribunal.
El 1° de septiembre de 2005 fue elegida vicepresidenta de la Corte, tras la renuncia del juez Augusto Belluscio.
Highton fue determinante en la creación de la Oficina de Violencia Doméstica (OVD), lanzada hace más de diez años para facilitar el acceso a justicia de las personas que, afectadas por hechos de violencia doméstica, se encuentran en situación de especial vulnerabilidad.
El 7 de diciembre de 2017 cumplió 75 años, la edad límite establecida por la Constitución para ejercer el cargo sin un nuevo acuerdo del Senado. Sin embargo, la jueza obtuvo un fallo judicial que le permitió continuar en el cargo. El gobierno de Cambiemos no apeló la decisión. En abril de 2017, había anticipado que su idea era continuar en la Corte mientras tuviera fuerzas para hacerlo.
En 2018, Highton fue uno de los tres jueces que firmó la polémica resolución de la Corte Suprema a favor de la aplicación del “2 x 1″ a represores de la última dictadura. Por esa resolución, el Congreso terminó aprobando una ley que buscaba impedir un fallo similar.
El año pasado fue la única representante de la Corte que estuvo presente en Casa Rosada durante el anuncio del lanzamiento del proyecto de reforma judicial. El motivo: su relación personal con la entonces ministra de Justicia, Marcela Losardo, quien fue su ayudante de cátedra.
La salida de Highton de Nolasco abre al Poder Ejecutivo una puerta para que designe a un nuevo integrante de la Corte. No será un camino sencillo, ya que Alberto Fernández aún no logró el consenso necesario para la aprobación de su elegido para la Procuración, Daniel Rafecas. Semanas atrás, fuentes oficiales habían adelantado que la idea del Presidente es proponer a una mujer. El interrogante se revelaría después de las elecciones.
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