En un acto multitudinario en el Estadio Deportivo Morón, en esa localidad de la provincia de Buenos Aires, con Alberto Fernández como único orador, el Frente de Todos buscó esta tarde hacer la mayor exhibición de unidad desde la derrota en las PASO, aunque sin Cristina Kirchner. El ámbito elegido para la demostración fue el homenaje a Néstor Kirchner que organizó La Cámpora, en el onceavo aniversario de la muerte del ex presidente. A dos semanas de las elecciones generales, el oficialismo buscó alentar a la militancia con una muestra de coherencia en las cúpulas con el único objetivo de revertir el resultado adverso de las PASO de cara a los próximos dos años de gobierno y las presidenciales de 2023.
El comienzo del acto, que fue anunciado la semana pasada, estaba previsto para las 17 en la cancha del distrito bonaerense que conduce el intendente kirchnerista Lucas Ghi. Como se había anticipado, hubo representación de todos los espacios políticos de la coalición, menos de la Vicepresidenta. Estuvieron el presidente de la Cámara de Diputados, Sergio Massa; el titular del interbloque oficialista, Máximo Kirchner; los gobernadores e intendentes peronistas; los principales dirigentes sindicales, como Hugo Moyano y Hugo Yasky, respectivamente de Camioneros y la CTA; y los líderes sociales afines, como Emilio Pérsico y Fernando “Chino” Navarro, de Movimiento Evita; y los candidatos Victoria Tolosa Paz y Leandro Santoro.
En la ceremonia política kirchnerista, que fue organizada por La Cámpora con ayuda del Movimiento Evita -ambas organizaciones, aunque enfrentadas, buscan limar asperezas antes de los comicios-, dijeron presente también las bases de todas las agrupaciones afines a La Cámpora: Nuevo Encuentro, Kolina, Unidos y Organizados, entre otras, que llevaron sus banderas a un estadio repleto en la cancha como en las tribunas entre un clima de euforia, con bengalas y fuegos artificiales incluidos.
La previa del único discurso previsto para la jornada fue musicalizada con cumbias y arengada desde los parlantes por una voz masculina que hizo alusiones cariñosas al “compañero Néstor Carlos Kirchner” y llamados a militar a “los compañeros peronistas y los kirchneristas”. Los mensajes tuvieron un claro tinte de campaña, con referencias indirectas al desafío del oficialismo de revertir la grave derrota en las PASO. “Vamos a militar hasta que lo imposible sea posible. Vamos a demostrar la militancia que somos. Somos peronistas y somos kirchneristas, somos los soldados de Perón, de Evita, de Cristina y de Alberto”, fueron algunas de las frases que se escucharon desde el escenario en ese sentido.
Mientras se esperaba al Presidente, que llegó tarde, se emitió la marcha peronista, que todos los presentes acompañaron al unísono, y se transmitió un video de homenaje a Kirchner con fragmentos de sus discursos. Musicalizados, de fondo, con el mítico tema Demoliendo hoteles, de Charly García. El músico, que cumplió 70 años el sábado, también fue eje de múltiples homenajes.
Antes habían desfilado por la puerta de ingreso los principales funcionarios del oficialismo, varios de los cuales se subirían luego al escenario con Alberto Fernández: el ministro de Defensa, Jorge Taiana; la titular del INADI, Victoria Donda; la presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo, Estela De Carlotto; los asesores del Presidente Ricardo Forster y Alejandro Grimson; el jefe de Suteba, Roberto Baradel; el diputado radical K Leopoldo Moreau; el legislador Edgardo De Petri; el jefe de Gabinete e intendente de Lomas de Zamora en uso de licencia, Martín Insaurralde; y el jefe municipal de Pilar, Federico de Achával, entre otros. En diálogo con la prensa en el ingreso, el tema central de sus palabras fue la “unidad”.
“Néstor nunca se rindió, y nosotros y nosotras no lo hacemos ni lo vamos a hacer”, dijo el locutor en el arranque del acto, pasadas las 18.20, con saludos y agradecimientos a intendentes, gobernadores, ministros, funcionarios, dirigentes sociales y sindicales por su presencia en la calurosa tarde. A las 18.25 anunció la llegada de Alberto Fernández, que irrumpió con una sonrisa en el escenario que se había montado en uno de los extremos de un estadio repleto de militantes.
El hilo conductor del discurso del Presidente, que duró 40 minutos, fue la comparación entre su propia conducción política en el actual contexto económico, con la figura de Néstor Kirchner entre 2003 y 2007. Entre algunos furcios -por ejemplo, dijo que agradecía la presencia militante “decoración”, en lugar de decir “de corazón”, y confundió por diferencia de millones las cifras del mínimo no imponible del impuesto a las Ganancias- les recordó a los presentes que el ex mandatario lo eligió para ser su jefe de Gabinete “durante todo su gobierno”.
“Néstor siempre tuvo las convicciones más lindas, en una época que se parece mucho al tiempo en el que debimos asumir la Presidencia, el 10 de diciembre de 2019. Cuando Néstor llegó, la Argentina había sufrido la pandemia del gobierno de la Alianza, con una caída de la economía que había generado un enorme desempleo en la Argentina. El país estaba socialmente lastimado”, dijo el primer mandatario. Estaba acompañado por unos veinte dirigentes en la plataforma desde la que habló. Entre ellos, el jefe de Gabinete, Juan Manzur; el titular de Movimiento Evita, Pérsico; el gobernador bonaerense, Axel Kicillof; el líder de Camioneros, Moyano, Massa; Máximo Kirchner; la candidata Tolosa Paz y los ministros y referentes kirchneristas, Jorge Ferraresi, de Vivienda; y Eduardo Wado de Pedro, de Interior.
Alberto Fernández hizo varias alusiones a la gran ausente de la tarde: Cristina Kirchner. ”Ella decía en broma que en ese momento -por 2003- teníamos más desempleados que votos”, recordó. Se trata de una cita que Máximo Kirchner y la propia Vicepresidenta también retomaron en sus últimos discursos.
El tema económico atravesó la totalidad del discurso de Alberto Fernández. Mientras aumenta el dólar paralelo y la inflación no da tregua en una crisis económica que se profundiza a pesar de la batería de medidas que lanzó el Gobierno desde septiembre, el jefe del Estado dijo que todos sus esfuerzos están puestos en “mejorarle la vida de la gente” y dedicó buena parte de su alocución a embestir contra la oposición por la toma de deuda durante el gobierno de Mauricio Macri.
También disparó contra los medios de comunicación críticos: ”Dicen que no tenemos un plan y un rumbo, pero dicen eso porque no tomamos el rumbo que ellos quieren”, lanzó. Y contra los empresarios que cuestionan el congelamiento de precios que el Gobierno transformó en el principal caballito de batalla del tramo final de la campaña. “La inflación ocurre por los pícaros que quieren sacar ganancias. Como decía Néstor, no es un problema de emisión monetaria. El problema es la concentración de los que fijan los precios”, agregó.
En ese sentido, pidió a los militantes presentes “ser firmes y plantarse frente a los poderosos”. “Hay que plantarse, compañeros, y decirles que no es justo que los precios de productos básicos crezcan como crecen. Se rasgan las vestiduras contra precios máximos, nos llaman intervencionistas. Pero nosotros no dudamos. Entre los que especulan y los que tienen hambre, nos ponemos del lado de los que tienen hambre”, dijo.
Había expectativa sobre el tipo de mensaje que expresaría Alberto Fernández en relación a la negociación con el FMI por la deuda externa. Finalmente, en la cumbre kirchnerista por excelencia decidió expresarse en el mismo sentido crítico que planteó La Cámpora la semana pasada con el jingle que publicó el jueves en contra del Fondo y con el discurso que brindó Máximo Kirchner el sábado en Lanús. “Si todavía no cerramos un acuerdo es porque no nos vamos a arrodillar”, sostuvo.
En un acto gestado casi exclusivamente para mostrar unidad en un frente político oficialista resquebrajado por las diferencias sobre los temas más sensibles de la gestión, Alberto Fernández relativizó las consecuencias negativas de esas desavenencias. “Sí, tenemos matices. Que vivan los debates, y que con los debates podamos encontrar una mejor síntesis. Somos todos dueños de una verdad relativa y con la suma de esas verdades nos acercamos a una verdad reveladora. ¿Cómo me va a molestar el debate?”, vociferó.
El balance de los dirigentes, a la salida del acto, fue positivo. Aunque nadie se atrevía a hacer especulaciones optimistas sobre los resultados en las elecciones generales. “Se recuperó la mística. Esto fue algo interno, para ordenarnos nosotros antes de la elección. Después habrá que ver cómo resulta eso”, dijo un importante referente social del Frente de Todos a Infobae mientras aún se escuchaban los estruendos de los fuegos artificiales que se lanzaron al final del acto y el aire se respiraba denso por la mezcla entre el calor y el humo de las bengalas. Poco antes, un dirigente de La Cámpora había lamentado los furcios en el discurso del Presidente, pero festejó la nutrida convocatoria del acto que organizó principalmente la agrupación de Máximo Kirchner.
FOTOS: Franco Fafasulio y Luciano González
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