Dos delegaciones de diferentes organismos públicos visitaron Moscú, la capital de Rusia, en el último mes. Durante la última semana de septiembre pasado la interventora de la Agencia Federal de Inteligencia (AFI) Cristina Caamaño tuvo reuniones con la conducción de los organismos de inteligencia del país gobernado por Vladimir Putin. En tanto hace dos semanas el secretario de Relaciones Exteriores y virtual vicecanciller Pablo Tettamanti se reunió con su homólogo ruso Serguéi Riabkov.
Las dos visitas llamaron la atención tanto en la comunidad de inteligencia como en varias embajadas de países europeos en la Argentina que advirtieron a actores de la política local sobre la posibilidad de que se importe desde Rusia software destinado al procesamiento de datos electorales para los comicios de 2023.
Las advertencias llegadas por vías diplomáticas a Buenos Aires se esparcieron durante el fin de semana en un encuentro entre delegados europeos. Preocupa -según explicaron las fuentes- una posible contratación de empresas ligadas al Kremlin para la provisión de un soporte informático con miras a las próximas elecciones presidenciales, debido a que en los últimos tiempos fueron recurrentes las maniobras realizadas desde Rusia en diferentes procesos electorales.
La preocupación manifestada por diplomáticos extranjeros en Buenos Aires se respaldan en hechos revelados en los últimos años que dan cuenta de la interferencia rusa en campañas claves de Europa. Por ejemplo, Francia en 2017 había denunciado injerencias cibernéticas de grupos ligados a Moscú en los comicios de aquel año.
Más acá en el calendario, hacia fines de septiembre, en las últimas elecciones realizadas en Alemania, la Unión Europea había advertido sobre la posibilidad de que desde Moscú se buscara influir en los resultados. “Los piratas informáticos han intentado robar datos y acceder a las cuentas personales de funcionarios, políticos, periodistas y activistas, había dicho Josep Borrell, alto representante de la Unión Europea para las Relaciones Exteriores y la Política de Seguridad, en los días previos a las elecciones en las que se decidió el reemplazo de Angela Merkel. Había relacionado aquellos ataques con el grupo de piratas informáticos Ghostwriter, que, según las autoridades alemanas, está asociado al servicio de inteligencia militar ruso GRU.
Expertos en política internacional han denunciado que con la intención de favorecer a dirigentes y partidos más cercanos a los intereses de Moscú en el mundo, influyen en los comicios a través de sus “ejércitos” de hackers, bots y trolls, además de software tendiente a manipular bases de datos de los votantes.
Las advertencias llegadas a Buenos Aires por las reuniones de funcionarios argentinos en Moscú, suceden días después de que 45 países, entre ellos Reino Unido, Alemania y Canadá solicitaran a la Organización para la Prohibición de las Armas Químicas (OPAQ), con sede en La Haya que Rusia responda sobre el ataque con agente neurotóxico Novichok contra el opositor a Putin, Alexei Navalny, quien se encuentra detenido en una prisión a las afueras de Moscú. A Navalny se le impidió participar de los últimos comicios y permanece detenido por su enfrentamiento con el Kremlin.
Tettamanti había sido embajador argentino en Moscú entre 2014 y 2016 y conserva buenas relaciones con el gobierno que encabeza Vladimir Putin. Infobae trató de consultar al vicecanciller sobre su viaje a Rusia a través de prensa de la Cancillería que conduce Santiago Cafiero, pero hasta ayer a las 22 no se había recibido respuesta.
Ayer por la tarde, Infobae se comunicó con colaboradores de Caamaño. Se les solicitó conocer los motivos del viaje de la interventora de la AFI a Moscú. Desde esa dependencia dijeron que durante la última semana de septiembre hubo reuniones con las autoridad del Servicio Federal de Seguridad ruso (FSB). También afirmaron que en los encuentros se trataron temas de la agenda de los organismos de inteligencia y que se habían retomado las reuniones presenciales luego de la pandemia de coronavirus. Además hicieron saber que hubo encuentros similares en los últimos tiempos con cuatro países de América latina y dos de Europa occidental. El contenido de las reuniones se mantiene en secreto.
Caamaño había ido Moscú acompañada por dos agentes de alto rango en la AFI: uno de ellos del área de Exterior y otro del área de Contrainteligencia. Fue durante su estadía en Rusia que Caamaño se enteró del incidente por el cual tres agentes de la AFI fueron descubiertos mientras realizaban tareas de vigilancia sobre una empleada de la embajada de Irán en Buenos Aires.
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