El ministro de Seguridad bonaerense, Sergio Berni, tuvo otra semana de alta exposición mediática y declaraciones fuertes contra el rumbo del gobierno nacional despertando nuevamente incertidumbre sobre su futuro cercano. Sin embargo, en su equipo de trabajo y en el gobierno provincial coinciden en que el funcionario encargado de la seguridad bonaerense seguirá en su cargo y que será el gobernador, Axel Kicillof, quien eventualmente determinará su continuidad o no.
Cerca del mandatario bonaerense ponen a Berni en dos planos. Por un lado, el rol de gestión y por el otro, el político. En cuanto al primero hoy hay sinergia total. En La Plata están conformes con la tarea que lleva adelante el titular del área de Seguridad. “Es 100% leal. Sabemos que responder a lo que le diga Axel”, aseguran en la gobernación. Le reconocen que su formación militar, verticalista y peronista es total en ese sentido.
Políticamente, la sintonía tiene algunas interferencias. Kicillof, más recostado por momentos en el ala progresista del Frente de Todos, aparece lejos de la construcción más dura por la que trabaja Berni. En esa dimensión radica la principal diferencia entre ambos.
El problema de Berni es con el presidente Alberto Fernández. “Sabemos que no nos quiere”, dicen al lado del ministro provincial en referencia a Fernández. Todavía le reprochan “operaciones de prensa”, en la que incluyen al ex vocero presidencial Juan Pablo Biondi. Luego de la carta abierta de Cristina Kirchner, quién también expuso a Biondi, Berni sintió que tenía razón.
El ministro proyecta una candidatura presidencial. Quiso ir a la conducción del PJ Nacional y en su espacio político aseguran que fue el único que consiguió los avales en todo el país. “Cuando vio que el gobernador iba en la lista de Alberto bajó su candidatura”, recuerda un asistente del ministro.
Berni tiene su base política en la Segunda sección electoral y su base de gestión en Puente 12, La Matanza. Asiste lo mínimo y necesario a La Plata. Cree que desde el corazón del conurbano está más cerca de los conflictos.
Políticamente, su referencia es la Segunda sección electoral por la que intentó encabezar una lista a diputados provinciales para ir a internas con el armado que ostentaban los intendentes y dirigentes más orgánicos del peronismo de la región norte de la provincia de Buenos Aires. La historia es conocida: la junta electoral del Frente de Todos bajó la lista. Berni apuntó a Máximo Kirchner. En La Cámpora responden que la estrategia electoral no fue potestad del diputado nacional. De hecho, el líder de La Cámpora pretendía armar la lista a diputados nacionales bajo una lógica distinta a la que finalmente se dio.
Pero el ministro de Seguridad seguirá en la construcción propia desde la Segunda sección electoral. Su esposa, la senadora provincial Agustina Propato, quiere ser intendenta de Zárate, que hoy gobierna Osvaldo Cáffaro del Frente Grande, uno de los partidos que integran el Frente de Todos, con quien Berni está enemistado. En el cierre de listas, Propato, firmó como candidata a diputada nacional en el quinto lugar y a partir de diciembre dejará el Senado provincial para ocupar una banca en el bloque que preside Máximo Kirchner en la Cámara de Diputados de la Nación.
Días atrás, en medio de las diferencias que nuevamente exteriorizó, Berni armó un acto para demostrar poder de fuego. Juntó a nueve mil efectivos de la policía bonaerense para la jura de la bandera. Hasta la Escuela de Policía, Juan Vucetich, en Berazategui llegaron el gobernador, el ministro de Seguridad de la Nación Aníbal Fernández; el Jefe de Gabinete bonaerense, Martín Insaurralde y un grupo de intendentes del conurbano. “Dicen que estamos peleados con Insaurralde, en el acto estaban todos contentos”, aseguran en el entorno del perfilado ministro de Seguridad bonaerense.
Luego del acto, cuando le preguntaron si seguiría al frente del Ministerio luego de las elecciones, el funcionario esquivó la respuesta y dijo que lo definirá Kicillof, que estaba a su lado.
La llegada de Insaurralde al Gabinete bonaerense y lo que se leyó como el desembarco de los intendentes -o al menos un grupo de intendentes- también abrió algunos interrogantes por la relación que podían tener con Berni. Por ahora, avanza.
En el gobierno provincial aseguran que por momentos la exposición y los movimientos de Berni sirven. En términos deportivos, el ministro “se lleva la marca”. Aunque, claro, a veces las declaraciones traen dolores de cabeza al primer piso de la gobernación bonaerense, donde está el despacho de Kicillof.
Pero, sobre Kicillof no muestra fisuras. “Me sorprendió la capacidad de trabajo e interpretación y el acompañamiento de un gobernador que está consustanciado con llevar adelante profundas transformaciones”, le dijo a la periodista María Laura Santillan en una entrevista para Infobae. En esa misma conversación remarcó que la convivencia en el Frente de Todos “es tensa”.
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