El 26 de octubre de 1983 Raúl Alfonsín hacía un multitudinario acto de cierre de campaña en la 9 de Julio. El 30 de octubre los argentinos volvían a las urnas luego de la dictadura cívico-militar y elegían al radical como presidente democrático. Treinta y ocho años más tarde, la Unión Cívica Radical busca recuperar la mística alfonsinista y darle continuidad al relato del centenario partido.
El comité radical de la provincia de Buenos Aires está organizando para el 28 de octubre en el microestadio del club Ferrocarril Oeste un masivo acto en donde buscará apuntalar la idea del resurgimiento de los boina blanca, apalancándose en un nuevo aniversario de la elección que catapultó la figura de Alfonsín como el “padre de la democracia”.
Para los radicales Ferro no es un lugar más sino que tiene una carga simbólica tan o más importante que el Obelisco. Fue en Ferro en donde la candidatura de Alfonsín tomó un vuelo inesperado en 1983 un mes antes de las elecciones del 30 de octubre de ese año. Ese día y en ese lugar con un acto masivo, el radicalismo sintió por primera vez que el peronismo de Luder no era invencible.
Bajo el lema “volver a la cancha”, el 28 de octubre se reunirán alrededor de 4000 personas en el microestadio del club de Caballito y una buena cantidad en las inmediaciones que seguirán a través de pantallas gigantes el acto con el que el radicalismo en general, pero el de la provincia de Buenos Aires en particular, busca decir para adentro de la coalición de Juntos por el Cambio y para afuera, a la sociedad, que el radicalismo pretende volver a ser un partido de poder.
“Las PASO confirmaron varias cosas. La primera es que lo que veíamos en las calles se terminó confirmando en las urnas y era que la sociedad no podía acompañar los desaguisados del gobierno nacional. Lo segundo fue que el instrumento para no hacerlo fue Juntos y lo tercero que la UCR de la provincia adquirió centralidad política”, explicó a Infobae Maximiliano Abad, el presidente del comité de la provincia de Buenos Aires de la UCR y organizador del acto en Ferro.
“El acto es el símbolo de lo que se materializó el 12 de septiembre, en donde el radicalismo de la provincia de Buenos Aires recuperó centralidad tanto hacia adentro de la política bonaerense como para el partido, porque le devolvió al radicalismo una dimensión nacional”, agregó.
El acto de Ferro, donde se conjuga el barrio y el club emblemático de la clase media de la Ciudad con la histórica representatividad de esa clase social por parte del partido Alem e Yrigoyen, estará cargado de la liturgia radical: muchas banderas rojas y blancas, algunas boinas y bombos. Pero, principalmente, de la imagen que busca dar: que es un partido moderno y que dejará su rol de oposición para pelear por el poder.
“En el 83 el radicalismo trabajó para la democracia, hoy vamos a trabajar para la Argentina de la modernidad. Eso es lo que dice Facundo Manes y es lo que representamos, la revolución científica, educativa, tecnológica. Hoy la gran causa que encarnamos es la de la modernidad”, explicó un dirigente del centenario partido. “Un nuevo radicalismo para un nueva Argentina”, agregaó con mucha expectativa.
Ese “resurgimiento” al que apuesta, y que quieren mostrar con este acto, está apalancado en lo que entienden que es el cambio de perfil de partido que tiene la UCR, en especial, en la provincia de Buenos Aires.
Durante los años de Néstor y Cristina Kirchner el radicalismo fue perdiendo espacios de poder. La sangría de intendencias y legisladores hizo que el famoso “músculo” al que hacen referencia los políticos se fuera desvaneciendo. Con la conformación de Cambiemos y la elección de 2015 comenzó a cambiar el perfil. Pasó de 11 intendentes en Buenos Aires a 32 en 2019 y de dos a seis diputados en la legislatura provincial. Eso es lo que buscarán mostrar como activos.
“Antes del 2015 el radicalismo tenía poco territorio, poca representación en el Congreso bonaerense, bloques legislativos débiles en la provincia, el partido se había acostumbrado a ser oposición. Ahora recuperó territorio y, principalmente, la dirigencia radical parece haber cambiado su cabeza. Sus estrategias apunta a recuperar, no a acompañar, el poder. Sus dirigentes ya no esconden sus aspiraciones de ser gobierno. Y ese va a quedar explicitado en el acto de Ferro”, sostuvo la misma fuente.
Lo que busca la dirigencia del radicalismo provincial es tener un mensaje que apunte a tres sectores. Hacia adentro del partido, demostrar que la elección de Facundo Manes en la provincia de Buenos Aires le devolvió centralidad al territorio y le otorga aspiraciones al partido que mira cada vez con mayor seriedad la Casa Rosada.
Pero también hacia adentro de la coalición de Juntos por el Cambio. “No tenemos la aspiración de acompañar, tenemos la aspiración de liderar”, repiten los referentes radicales que encontraron en los candidatos bonaerenses, los resultados de Córdoba y de Santa Fe -provincias en donde los candidatos que apoyaban el PRO en la imagen de Mauricio Macri, Horacio Rodríguez Larreta y Patricia Bullrich- perdieron las internas. “Estamos en la cancha”, repiten con una sonrisa.
El acto tendrá la presencia de la dirigencia nacional y, aunque es organizado por el radicalismo bonaerense, Facundo Manes estará en calidad de dirigente más que de candidato. No habrá presencia de ninguna figura de los otros partidos que conforman Juntos por el Cambio.
Con este acto, el radicalismo busca revivir la mística alfonsinista y avanzar no sólo en las elecciones del próximo 14 de noviembre sino que marcar un nuevo hito en la historia electoral del partido creado hace 130 años: mostrar que después de Raúl Alfonsín y Fernando De la Rúa, están listos para pelearle el poder a Mauricio Macri, Horacio Rodríguez Larreta y Patricia Bullrich y, también, al peronismo.
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