El Gobierno se prepara para el tramo final de la campaña electoral. Quedan solo tres semanas hasta llegar a la fecha clave: el 14 de noviembre. En esta etapa el presidente Alberto Fernández y sus ministros se van a encolumnar detrás de una nueva estrategia de campaña diseñada por el consultor catalán Antoni Gutiérrez Rubí.
El asesor estrella estuvo este jueves en la Casa Rosada reunido con el jefe de Gabinete, Juan Manzur, y los ministros Gabriel Katopodis (Obras Públicas), Juan Zabaleta (Desarrollo Social), Matías Lammens (Turismo y Deportes), Aníbal Fernández (Seguridad), Carla Vizzotti (Salud), Elisabeth Gómez Alcorta (Género), Julián Domínguez (Agricultura y Ganadería), y Eduardo “Wado” De Pedro (Interior).
Más tarde se sumaron el secretario de Comercio, Roberto Feletti, y el jefe de Gabinete bonaerense, Martín Insaurralde. La presencia del funcionario de la cartera económica correspondía a uno de los temas centrales del Gobierno en esta semana, que es el congelamiento de precios, y la discusión con los empresarios del sector alimenticio por su aplicación y control.
Durante el encuentro, que se llevó a cabo en el Salón Eva Perón y duró cerca de una hora y media, Gutiérrez Rubí bajó los lineamientos centrales de lo que será la campaña en la recta final. Lo más importante que les remarcó a los ministros es que la elección recién se definirá la última semana previa a los comicios y que hasta ese momento hay que intensificar las recorridas por el territorio y mantener una agenda positiva.
La reunión tuvo como objetivo ajustar la comunicación de campaña y la presencia en los medios, teniendo como base de apoyo los resultados de los focus group que realizó el Gobierno. Esos trabajos de consultoría marcan que la gente está cerrada y enojada frente a la política. No hay demasiado margen para que entren los mensajes electoralistas. Por eso lo que viene será un trabajo de hormiga para convencer a los votantes.
Además, indicaron que la inseguridad, el aumento de precios y la falta de trabajo están al tope de la agenda de preocupaciones de la gente. En especial, la que vive el conurbano, donde el gobierno nacional enfocó gran parte de la campaña. ¿El motivo? En la provincia de Buenos Aires no fueron a votar cerca de 2.500.000 de personas. De ese total, 1.900.000, aproximadamente, están en el conurbano.
La principal preocupación del asesor catalán es generar una agenda positiva con acciones, discursos y símbolos que no desentonen. Ya no podrá ser con medidas, porque se venció el plazo para poder comunicarlas previo a los comicios. En esa línea de trabajo, le interesa que los ministros se sumen con acciones concretas en el territorio.
En esa agenda tiene que haber un mensaje esperanzador que apunte a marcar la salida de la pandemia y el principio de la reactivación económica. Ese es el escenario que el Gobierno tratará de plantear en los próximos días. Hay que encarrillar la gestión sobre esos rieles. Esa es la misión.
Gutiérrez Rubí le pidió a los ministros estar encima de los municipios del conurbano y de las provincias. Viajar, recorrer, mostrarse activos y trabajar para ajustar la logística del operativo para buscar votos que achiquen el margen de la derrota con Juntos por el Cambio. En el oficialismo nadie habla de dar vuelta la elección.
Además, otro de los lineamientos es no caer en el contrapunto permanente con la oposición. “No hay que pisar el palito, ni ir al ojo por ojo. Eso no nos sirve”, describió uno de los presentes en la reunión.
Lo que vendrá también será también una campaña en la que Alberto Fernández tratará de empoderar su imagen presidencial, desgastada por la gestión y la crisis política, y apostará a mantener el equilibrio de apariciones en actos masivos, micro actividades, almuerzos con protagonistas del mundo empresario y sindical, y la exposición de un discurso moderado.
El tema precios fue uno de los puntos que se trataron en la reunión. Allí Feletti remarcó que es determinante poder explicarle a la sociedad los motivos por lo que se tomó la medida, el efecto que buscan generar y que la voluntad del Gobierno es defender el bolsillo de la gente.
En esta nueva etapa Manzur aparece arengando y empujando a la tropa de ministros. No es un jefe de campaña formal, como lo había sido el ex jefe de Gabinete Santiago Cafiero en la campaña previo a las PASO. El rol que ocupa el tucumano está más vinculado a ser un motor de la gestión y aceitar los vínculos con los gobernadores manteniendo latente la necesidad de buscar los votos en todas las esquinas.
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