El presidente Alberto Fernández pidió en su mensaje ante los principales Jefes de Estado y líderes del G-20 un pacto global para extender los plazos de pago de la deuda externa y la rebaja de tasas “bajo las actuales circunstancias de stress social, sanitario, financiero y ecológico”. Según su visión ese será el único camino para “crear condiciones para un crecimiento sostenible”.
Fernández participó con un mensaje grabado que se extendió por 5 minutos de la Cumbre de Finanzas del G-20 que sirve de preparación para la Cumbre de Presidentes del foro que se realizará entre el 30 y el 31 de octubre en Roma. Esta Cumbre de Instituciones Financieras para el Desarrollo ya tuvo la intervención del presidente argentino el año pasado en París, junto al Secretario General de las Naciones Unidas, el portugués Antonio Gutérres, y el mandatario francés Emanuel Macron en el marco del Foro por la Paz.
Esta vez se hizo de modo híbrido (presencial-virtual). El jefe de Estado argentino fue convocado para participar esta vez por Gutérres y por el Presidente del Consejo de Ministros de Italia, Mario Draghi, para presentar la posición de nuestro país. El objetivo del encuentro es repensar la arquitectura y la liquidez de la deuda internacional y el financiamiento para el desarrollo en el contexto de la post pandemia.
Fernández, quien expuso ante las principales autoridades de los organismos financieros internacionales y de los bancos más importantes del planeta, reiteró algunas de los conceptos que había vertido este martes ante la CAF-Banco de Desarrollo. Solicitó “una acción decidida por parte de los Bancos Multilaterales de Desarrollo” porque “su aporte es este momento es refundacional, con el foco puesto en la reconstrucción y la conformación de verdaderos Fondos de Resiliencia y Sustentabilidad”.
Destacó que a los países de renta media como la Argentina los golpea “una triple crisis de pandemia, Cambio Climático y deuda”. Y que debido a esta situación “urge repensar una nueva arquitectura financiera internacional que brinde una respuesta multidimensional a estos problemas”.
Advirtió después que existe “el riesgo generalizado de una debacle generalizada de deudas externas en los países en desarrollo”. Por eso “apoyamos la idea de impulsar un acuerdo multilateral inclusivo y sostenible, capaz de abordar de manera acabada las cuestiones referidas a la reestructuración de las deudas soberanas”.
Luego agregó que “la prórroga de la iniciativa de suspensión de Servicios de Deuda producida por el G 20 no obstante valiosa, es una medida provisoria que no es suficiente. No ataca, de forma definitiva la impostergable necesidad de alivio y reestructuración de deudas insostenibles. Necesitamos en particular un marco multilateral para la reestructuración de la deuda de los países de renta media, cuya falta supone un verdadero vacío dentro de la gobernanza financiera internacional”.
El mandatario argentino celebró “la ampliación y distribución de los Derechos Especiales de Giro del FMI, iniciativa que abre la puerta a la esperanza”. Entre sus oyentes estaba la presidenta del organismo financiero, la búlgara Kristalina Georgieva, en quien Argentina confía para avanzar con la renegociación de su abultada deuda externa que implica el desembolso de 19 mil millones de dólares por los próximos tres años.
Luego pidió que “los Derechos de Giro deben orientarse a nutrir un Gran Pacto de Solidaridad Global que incluya a los países con alta vulnerabilidad climática, socio productiva y financiera. Un pacto con un nuevo espíritu de solidaridad, que permita extender los plazos para atender los pagos de los endeudamientos y la aplicación de menores tasas bajo circunstancias de stress social, sanitario, financiero y ecológico”.
Fernández dijo también que se deben incrementar “las políticas de ambición climática”. Según su visión “no existe la crisis climática alejada de la crisis social y la crisis financiera”.
En el cierre detalló que el mundo tiene una recuperación económica que va “a dos velocidades” por las diferencias entre los países desarrollados y los más vulnerables. Por eso propuso “un multilateralismo donde la Banca Internacional para el Desarrollo tenga un rol verdaderamente protagónico, que permita a todos los países por igual prepararse, con los recursos necesarios, para la transición hacia una economía digitalizada, resiliente sostenible y profundamente humana. Debemos aprovechar esta crisis para salir transformados y mejorados”.
El G 20 lo integran 19 países y la Unión Europea. Los 19 países son Alemania, Arabia Saudita, Argentina, Australia, Brasil, Canadá, China, Corea del Sur, Estados Unidos, Francia, India, Indonesia, Italia (que este año ostenta la presidencia), Japón, México, Rusia, Reino Unido, Sudáfrica y Turquía.
En esta Cumbre de Finanzas, además de Giorgieva también participaron David Malpass (presidente del Banco Mundial); Werner Hoyer (presidente del Banco Europeo de Inversiones); Akinwumi Adesina, (presidente del Banco de Desarrollo de Africa); Odile Renaud-Basso (presidente del Banco Europeo para la Reconstrucción y el Desarrollo); Muhammad Al Jasser (presidente del Banco Islámico de Desarrollo); Makhtar Diop ((Director Gerente de la Corporación Financiera Internacional); Mauricio Claver-Carone (presidente del Banco Interamericano de Desarrollo); Marcos Troyjo (presidente del Nuevo Banco de Desarrollo); Gustavo Montezano (presidente del Banco de Desarrollo de Brasil); Carlo Monticelli (Gobernador designado, Banco de Desarrollo del Consejo de Europa y Sergio Díaz-Granados (presidente de la CAF-Banco de Desarrollo de América Latina). MESSAGES BY LEADERS
Además de Alberto Fernández, expusieron Ngozi Okonjo-Iweala, Directora general de la Organización Mundial de Comercio (OMC), Mathias Cormann, Gobernador designado del Banco de Desarrollo del Consejo de Europa (CEB) y António Guterres, Secretario General de las Naciones Unidas.
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