A un mes de las elecciones generales, Juntos por el Cambio tiene una certeza: si no obtiene más votos que en las PASO, con un Frente de Todos que seguramente tendrá más apoyos en las urnas, cambiará la postal del triunfo por la imagen de una posible derrota. Por eso la estrategia apunta a captar ese electorado que no participó de las primarias o eligió otra alternativa.
En la mira está tanto el objetivo de repetir las victorias porteña y bonaerense como el de ganar en las ocho provincias en las que se eligen senadores nacionales y que podrían permitirle a la oposición cumplir el sueño de quitarle el quórum a Cristina Kirchner.
En los principales comandos de campaña de JxC admiten que ninguna encuesta puede determinar si “la platita” del Gobierno, que se multiplicó por todo el país tras la derrota oficialista en las PASO, alcanzará para dar vuelta la elección, pero estiman que gran parte de ese esfuerzo proveniente del Estado no llegará a tiempo a los bolsillos de la gente.
Si fuera así, no habría argumentos de peso (o de pesos, en rigor) para que el Frente de Todos mejore el complejo tablero que quedó instalado en las primarias, donde perdió en 17 de los 24 distritos del país y, de repetirse el resultado, tendrá menos poder en el Congreso.
Otro factor que suma optimismo en Juntos por el Cambio es la campaña desorganizada del Frente de Todos, con discursos contradictorios, tensiones internas y personajes como Aníbal Fernández que recrean el espíritu del ataúd que quemó Herminio Iglesias en 1983.
Aun así, en la coalición opositora hay prudencia: el oficialismo perdió cinco millones de votos en las PASO, pero puede recuperar una significativa cantidad de sufragios y revertir los traspiés en algunas provincias emblemáticas del peronismo, como Chaco o La Pampa.
Por eso los líderes de JxC se enfocaron en afianzar los triunfos en distritos donde el PJ es tradicionalmente fuerte. Existe mucha expectativa de mejorar el desempeño en Formosa gracias a la unidad opositora: Graciela Neme, que obtuvo el 19,04% de los votos en las PASO, aceptó bajar su lista y respaldar la nómina de Juntos por Formosa Libre, liderada por el ex juez federal Fernando Carbajal, con el 28,89% de los sufragios. Si mantuvieran los apoyos el 14 de noviembre, lograrían casi el mismo 48% del candidato del gobernador Gildo Insfrán.
En La Rioja, no hay bancas de senador en juego, pero sí dos de diputado nacional que hoy están en manos del Frente de Todos. Por eso en este distrito hay clima de optimismo para obtener una diputación luego de que Julio Sahad, del PRO, desistió de presentarse en las elecciones y así apuntalará el crecimiento de la lista Vamos La Rioja, liderada por la UCR.
Nadie duda de que Juntos por el Cambio repetirá su triunfo en Córdoba, donde obtuvo el 46% de los votos, e incluso podría mejorar ese resultado, con un ascendente Luis Juez como candidato a senador que traccionaría más apoyos. Lo mismo sucedería en Santa Fe: según las encuestas, hay chances de superar el 39,8% de los sufragios que consiguió en las primarias.
La importancia de ganar las bancas de senador que se renuevan y de conquistar provincias donde aún predomina el Frente de Todos motivó a los máximos referentes nacionales de JxC a dejar las valijas listas para viajar de manera permanente durante la campaña.
Desde el PRO, Horacio Rodríguez Larreta tiene nueve distritos en la agenda proselitista y Patricia Bullrich, una cifra similar. Alfredo Cornejo, presidente de la UCR, y Maximiliano Ferraro, titular de la Coalición Cívica, también recorrerán algunos distritos clave.
En la Ciudad de Buenos Aires, María Eugenia Vidal apelará a Ricardo López Murphy para captar el voto liberal y evitar que siga creciendo Javier Milei, aunque el economista libertario se afianza en segmentos del electorado donde seduce su perfil antipolítico.
Los estrategas opositores aseguran que la candidata porteña superará el 48% de los votos de las PASO y estará mucho más cerca del 50%, ayudada por una campaña que comenzó a tener su sello gracias a la influencia de Federico Salvai, su ex jefe de Gabinete bonaerense.
En la provincia de Buenos Aires, siempre decisiva, el gobierno nacional apuesta a una remontada con anuncios, mayor distribución de fondos públicos y una fuerte incidencia de los intendentes peronistas en la campaña, pero los últimos sondeos aún no registran una mejora de Victoria Tolosa Paz que ponga en riesgo la victoria de Diego Santilli y Facundo Manes.
Para el equipo de Juntos, la meta es retener gran parte de los más de 3 millones de votos que lograron en las PASO y salir a buscar casi 900 mil votantes que no participaron de las primarias, eligieron a fuerzas políticas que no alcanzaron el piso del 1,5% de los sufragios o lo hicieron por las listas de José Luis Espert, Florencio Randazzo y Cynthia Hotton.
Comenzó la cuenta regresiva de las elecciones generales y nadie tiene el resultado asegurado. Vidal destacó que Juntos por el Cambio quiere tener un bloque de 120 legisladores, aunque si se repiten los números de las PASO, el Frente de Todos reduciría de 120 a 116 sus diputados y el interbloque de Juntos por el Cambio, actualmente de 114 diputados, llegaría a 117 y se convertiría en la primera minoría. En el Senado, el oficialismo perdería el quórum de 37 senadores porque quedaría con 35, JxC tendría 31 y habrá seis independientes.
Además de la relación de fuerzas en el Congreso, Juntos por el Cambio definirá también en las elecciones del 14 de noviembre sus nuevos liderazgos con vista a la pelea de 2023, con Rodríguez Larreta encaminado a consolidar su proyecto presidencial, Patricia Bullrich decidida a competir con él, un radicalismo entonado por el efecto tonificante de Manes y una Coalición Cívica que buscará ampliar su participación en el armado opositor en todo el país.
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