“Son 30 días claves y hay que entrar en la gente de forma directa. A diferencia de las PASO, los intendentes y los gobernadores tienen en claro donde tienen que ir a buscar los votos. Y en eso están”. El cuadro de situación lo describió un importante ministro del Gabinete que está convencido de que el 14 de noviembre por la noche, cuando se abran las urnas, el Gobierno va a poder mostrar un mejor resultado electoral al que obtuvo en las Primarias.
En el borrador de campaña que tiene el peronismo hay tres ítems importantes que marcan la agenda: profundizar la campaña cara a cara con la gente; apoyarse en el mensaje positivo de la salida de la pandemia y el comienzo de una nueva etapa de gestión; y el orden en la comunicación y las actividades de Alberto Fernández.
Después de las elecciones primarias y la crisis política que se desató en la Casa Rosada, el Presidente empezó a transitar un camino en el que intentó dejar atrás los actos de campaña y el discurso crítico, en forma permanente, a la oposición, y se inclinó por recorrer el conurbano con micro actividades que tenían el objetivo de escuchar a la gente. Mostrarse abierto frente a los reclamos de quienes le dieron vuelta la cara en los comicios. Absorber el enojo y la desilusión.
Ese circuito de actividades, que se desarrolló en casas de familias, clubes e instituciones, se convirtió en una de las señales con las que el Gobierno buscó marcar el final de la pandemia. En el peronismo están convencidos de que la falta de acercamiento a la gente, como consecuencia de las medidas restrictivas, les jugó una mala pasada en las elecciones.
No pudieron hacer llegar bien el mensaje en los miles de barrios que tiene el conurbano bonaerense, donde se pelea la elección. Según los datos que relevaron, en la primera y la tercera sección electoral de la provincia, donde se concentra la mayor parte de la población, no fueron a votar cerca de 2 millones de personas. Ese es el universo al que hoy tratan de convencer.
“Hay que salir a explicarle a la gente por qué les faltó guita en el bolsillo. No se trata solo de la pandemia. Se trata de la caída del salario real. Y eso tiene nombre y apellido: Mauricio Macri”, asumieron en uno de los municipios más poblados de la provincia de Buenos Aires. Dicen que faltó el “cuerpo a cuerpo” con los vecinos y que esa modalidad es irremplazable a la hora de hacer campaña en una geografía tan particular como el conurbano.
El Presidente seguirá recorriendo las ciudades bonaerenses más grandes en las próximas tres semanas con la idea de “escuchar” para después “gestionar”. Una escucha activa. Quiere transmitir que recibió el mensaje de las urnas y que decidió actuar en consecuencia, poniendo la cara delante de los ciudadanos que le enumeraron los problemas que no puedo resolver. Se corrió del discurso ideologizado con el sello K y se inclinó por zambullirse en una agenda más terrenal.
En esa lista de reclamos que recogió en sus visitas en el conurbano aparecen cuatro temas destacados: el aumento de la inflación, el combate a la inseguridad, la conversión de planes sociales en trabajo genuino y la necesidad de que todos los chicos, sin excepciones, vuelvan al colegio en forma presencial.
Fernández tomó nota, comenzó a lanzar algunos anuncios y en el próximo mes mostrará otras decisiones a través de reuniones de trabajo, debido a que a partir del 20 de octubre el Gobierno entrará en una etapa de veda electoral para emitir anuncios de gestión. Lo que hagan lo tendrán que comunicar de otra forma.
Por eso desde este jueves hasta el próximo miércoles concentrará una serie de anuncios entre los que se destaca un Plan Quinquenal de construcción de viviendas y firma de convenios con sindicatos para convertir planes sociales en puestos de trabajo.
Desde el Gobierno aseguran que para cada preocupación manifestada mostrarán alguna acción. El congelamiento de precios hasta fin de año de 1200 productos hasta fin de año, bajo la nueva gestión de Roberto Feletti, es una respuesta a la inflación.
El desembarco, este jueves, de 575 gendarmes en Rosario -actividad en la que estará presente el ministro de Seguridad, Aníbal Fernández- para combatir el crimen organizado y el narcotráfico resulta ser una respuesta a los problemas de inseguridad.
La firma del programa “A Construir” del Gobierno con el sindicato de la UOCRA, para promover la inserción laboral de trabajadores de la construcción que actualmente se encuentran desocupados, está vinculado a la generación de puestos de trabajo genuinos.
En tanto, el programa “Volvé a la escuela” que tiene como fin recuperar a los alumnos que abandonaron el colegio en la pandemia, presentado por el ministro de Educación, Jaime Perczyk, es una respuesta a la preocupación por el alejamiento de los chicos de la presencialidad escolar.
En lo que resta del mes hasta las elecciones el Gobierno informará otras acciones vinculadas a esas problemáticas. Entendieron que una de las formas de recuperar la iniciativa e intentar mejorar la performance electoral era responder a los reclamos con múltiples medidas. Desconocen el efecto real que podrán tener en el momento de la votación.
Otro de los ítems que está en la agenda de campaña es el mensaje positivo que busca transmitir el Presidente respecto a la gestión. Una estrategia diseñada por el consultor catalán Antoni Gutiérrez Rubí, el nuevo guía que tiene el equipo de comunicación del Gobierno. El discurso de Fernández está cargado de lo que “SI” busca su gestión para darle a su discurso un contenido positivo y vinculado al futuro.
La llegada del catalán le sirvió a Fernández para ordenar el contenido de su discurso, disminuir sus apariciones públicas y comenzar a reconstruir su autoridad en base a apariciones públicas más esporádicas y una línea conceptual más clara. En definitiva, para moldear un nuevo Alberto Fernández en modo campaña.
En La Cámpora festejaron el desembarco del consultor y la estructuración de la nueva etapa electoral. “Esta etapa de la campaña supera a la anterior en todo. En precisión de los conceptos políticos y en claridad. El “SI” es la síntesis de ir para adelante. De lo positivo, del futuro, de la apertura y de la buena predisposición”, asumió ante Infobae una voz importante dentro de la organización.
El ordenamiento de la campaña que hizo el catalán suma, pero no alcanza. En el Gobierno creen que es de vital importancia rastrillar todos los barrios del conurbano y de los municipios más poblados de las provincias buscando los votos perdidos. O los de aquellos que no fueron a votar. Ese trabajo se lo endilgan a los intendentes y gobernadores. Territorio puro.
En la agenda del Presidente también entrarán algunos viajes al interior. La semana que viene tiene uno a Chubut, donde el peronismo perdió en los últimos comicios y se eligen senadores. No solo será conurbano, aunque la prioridad está puesta ahí.
¿Se puede dar vuelta la elección con toda la movida post derrota? En el oficialismo creen que no. Pero servirá para achicar el margen con Juntos por el Cambio, salir mejor parados como coalición después de los comicios y fortalecer la gestión política del Gobierno. Hay que pensar más allá del 14 de noviembre, repiten cerca del Presidente.
Respecto a la oposición, el oficialismo apuntará a mimetizar a Juntos por el Cambio con los libertarios. ”Vidal es Milei, y Santilli y es Espert. En el fondo, representan lo mismo“, advierten en Balcarce 50.
En lo que queda de campaña electoral el oficialismo ocupará más tiempo a las recorridas y las actividades cara a cara, que en los actos políticos tradicionales. No suman y consumen horas del día. Y lo que necesitan los ministros, funcionarios, intendentes y gobernadores es tiempo para convencer a los ciudadanos de que deben votar al peronismo.
Una campaña más silenciosa. Menos escándalos, más orden, menos ruido de polémicas, más certezas, menos discursos grandilocuentes, más encuentros con la gente, más moderación discursiva y más equilibrio entre la gestión, los actos y las horas de escucha frente a la gente. De eso se trata. En un mes se sabrá si dio resultado.
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