Envalentonada con la victoria de las PASO del 12 de septiembre, la dirigencia de Juntos por el Cambio está confiada en replicar el resultado en las elecciones generales de noviembre. Martín Tetaz, segundo candidato de la boleta de la coalición opositora en la Ciudad de Buenos Aires, empieza a hacer cálculos ya no para este proceso electoral, sino hacia el 2023.
Asegura que la situación es distinta a la de 2015, cuando Mauricio Macri le ganó el balotaje a Daniel Scioli. Y proyecta un futuro hipotético en el que la oposición volverá a la Casa Rosada, aunque esta vez con una capacidad hegemónica para impulsar grandes “transformaciones”. Incluso, planteó una reforma laboral que pueda torcer la resistencia sindical a través de una “consulta popular” a través de las urnas.
“Se adelantó todo. El 2023 se dio en 2021. Y vamos a gobernar con mayoría en ambas cámaras. No es como pasó en 2015, que Mauricio Macri gastó los dos primeros años en sumar gobernabilidad”, evaluó el economista en una actividad frente a empresarios y periodistas, en la que estuvo presente Infobae. Y descartó todo tipo de pacto de co-gestión con el oficialismo: “La oposición tiene que ser oposición. No es una oposición golpista; es seria y da una garantía que va a ser razonable, moderna y civilizada. No se va a subir a ninguna pantomima de cogobierno, eso no va a ocurrir”.
Tetaz se explayó con su programa político en la actividad “Medio Término: Rumbo a las elecciones”, organizada por la Cámara de Comercio de Estados Unidos en Argentina (AmCham), en conjunto con las Cámaras de Comercio Británica y Canadiense. Durante la conversación, el candidato de la UCR hizo un balance de los problemas económicos de Argentina y apuntó que una de las dificultades del país es el “sesgo anti exportador”, y que ello se agrava cuando el Estado, como el argentino, es de “mala calidad”.
“En vez de agregar valor y exportarlo, se agrega Estado. Obviamente eso es muy difícil cuando el Estado argentino tiene una calidad mala. Esto lo sabemos por el comportamiento de la gente. Por más que el discurso político conveniente sea otro, la gente trata a la salud y la educación pública -como decimos los economistas- como bienes inferiores, como la Manaos de las gaseosas. Cuando la situación económica es mejor, uno trata de consumir Coca-Cola, no Manaos”, sostuvo Tetaz, con una comparación controversial. Y continuó: “La gente prefiere pagar la educación privada, aún teniendo el acceso a la educación pública gratuita. Porque evidentemente se juzga la calidad de servicio, no importa si es por lo que ocurre dentro del aula, o porque hay paro en una escuela y en la otra no. En cualquier caso, el argentino sistemáticamente desprecia los bienes y servicios públicos”.
Tetaz se mostró crítico con que el Gobierno aún no haya llegado a un acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI), ya que era posible “hacerlo rápido por la ventana de la pandemia”. “Probablemente Martín Guzmán haya querido un acuerdo más razonable y le pusieron trabas desde adentro” del Gobierno, evaluó en la reunión que estuvo presente Infobae. Además, adelantó que la oposición impulsará tres reformas: impositiva, laboral y previsional.
“Argentina es inviable así. Además, tenemos un problema de legislación laboral que es dramático porque atrasa prácticamente 40 y 50 años. La legislación laboral es de una Argentina industrial de la década del 70 que ya no existe más. Hoy el primer laburo suele ser una pyme, y no se puede tratar una pyme de 5, 10 o 20 empleados como si fuera una multinacional de 40 mil”, señaló de manera enfática.
Según el economista, uno de los errores históricos del país es que sistemáticamente la economía recayó en la “ilusión monetaria y ilusión fiscal”. “Argentina es de los pocos países que empezó a transitar un episodio inflacionario alto de la mano de la suba de los salarios reales en el primer peronismo, esto generó cierta simpatía con la inflación, por lo menos no existe la condena que tiene en otros lugares. En el mundo, un Presidente que tiene 50% de inflación ni siquiera se presentaría a las elecciones”, argumentó. “Esto no es un problema del peronismo, porque los gobiernos que siguieron lo repitieron”, dijo.
En ese marco, indicó como propuesta un “régimen de estabilidad fiscal”, similar al de la industria minera que se estableció en los años noventa con el objetivo de recibir inversiones. Además, reiteró impulsar su propuesta de reformar la carta orgánica del Banco Central. “Ningún país del mundo combate la inflación con un funcionario yendo a mirar los supermercados y estableciendo precios máximos, o con restricciones a las exportaciones como la carne”, sostuvo.
“No es posible el desarrollo sin moneda”, remató.
En relación a los cambios tributarios, Tetaz indicó que el Impuesto a las Ganancias “tiene que ser masivo, pero bien progresivo”, con la supresión de gravámenes para las nuevas actividades que se desarrollen durante los primeros años, o la exención para los nuevos monotributistas. En el caso de la seguridad social, sugirió un esquema que “no descanse en el mercado laboral porque esta muy fragmentado”, e ilustró como modelo el régimen de Noruega, que combina tres elementos: una prestación básica universal; un aporte hecho por los empresarios y otro vinculado al aporte de capitalización de parte de los trabajadores, con esquemas mixtos “público y privado” que puede existir “sin privatizar el sistema”.
Sobre la reforma laboral, Tetaz reconoció que un cambio en las reglas de juego es una “condición necesaria, pero no suficiente”, y que de existir un rechazo de “los grupos minoritarios organizados” como los sindicatos “habrá que ir que ir a una consulta popular en el cuarto oscuro” para que no sea solo una propuesta de un sector político.
“Tiene que ser una prioridad del próximo gobierno. No hay posibilidad de desarrollo sin reglas laborales modernas”, sentenció.
Para Tetaz, en el mediano plazo existirá un consenso social creciente respecto a la necesidad de implementar las medidas que propone Juntos por el Cambio, a diferencia de la etapa de Cambiemos, donde hubo resistencias, concesiones y falta de una mayoría de bancas suficientes en el Congreso. Su rol como candidato, indicó, tiene como objetivo en apuntalar ese mensaje.
“Mi expectativa es que construyamos un clima de transformación en los próximos dos años para llegar con los cambios que hay que hacer en materia monetaria, inflacionaria y laboral en Argentina. Vamos a aumentar el tamaño de esa ola, para convertirla en un tsunami y arrase en Argentina a partir de 2023″, aseguró.
“Esto es algo que está pasando en la opinión pública. Siento que hace 5 o 10 años no se podía plantear. Los asesores decían que no se hablen, ahora hay plafón para conversarlo”, reconoció.
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