El resultado de las Primarias Abiertas Simultáneas y Obligatorias (PASO) puso en evidencia que el GPS del Frente de Todos, efectivamente, falló por lejos: la fuga de votos se manifestó en todo el país. Ante semejante desenlance, surge la pregunta: ¿fueron las consecuencias negativas de la pandemia per sé o la política definida?
El análisis realizado por Infobae, en base a los datos del escrutinio provisorio en las zonas más conflictivas de toda la pandemia, echa nueva luz sobre la gestión. El hilo rojo de pequeños estallidos que sacudieron la agenda al comienzo de la pandemia, como los aislamientos comunitarios por los brotes en Villa Itatí y Villa Azul, el desalojo en Guernica, el intento de estatización de Vicentin, o las protestas y la represión en Formosa contra las restricciones, entre otros, tuvieron su derrame en las urnas. Por fuera de la mirada generalista, los territorios “hablaron” y aportaron lo suyo en la catástrofe electoral que salpicó al Frente de Todos, con varios ganadores y algunas sorpresas.
Vicentin: aplastante derrota en Avellaneda
En Avellaneda, provincia de Santa Fe, la oposición política y rural no solo frenó el fallido plan del Gobierno para avanzar en la estatización de la cerealera Vicentin, la sexta mayor agroexportadora que llegó a tener el país en anteriores campañas agrícolas. El presidente Alberto Fernández se encontró con masivas movilizaciones en contra y con un clima levantisco que se replicó hasta la Ciudad de Buenos Aires, a pesar de que el coronavirus hacía pocos meses desplegaba su paso en Argentina y millones permanecían recluidos en sus casas.
“Éramos nosotros contra todo un pueblo, contra todo un sector económico que lo defendía, que era el campo”, dijo el jefe de Estado para ilustrar la falta de apoyo que tuvo la iniciativa de expropiar la firma santafesina, en convocatoria de acreedores por irregularidades y desmanejos que salpican a funcionarios de la gestión de Mauricio Macri.
La oposición se embanderó en la causa, con acusaciones al Poder Ejecutivo de “girar hacia Venezuela” y denunció una pretensión intervencionista en el mercado de granos. Finalmente, la estrategia dio resultado, a la luz del balance en las urnas. Las boletas de Juntos por el Cambio lograron un triunfo aplastante e inédito en el circuito electoral donde está la icónica empresa: obtuvieron 12059 votos afirmativos, es decir, el 80,37% de la elección local. El Frente de Todos apenas consiguió 1378 sufragios (9,18%). La información se desprende de los datos provisorios del circuito electoral 0225A de Avellaneda.
En comparación con los comicios pasados, Juntos por el Cambio sumó 2237 nuevos votos con respecto a las presidenciales de 2019, y 7470 votos desde las PASO legislativas de 2017. En la película de los últimos cinco años, el apoyo se multiplicó por tres. Si bien es habitual que el peronismo salga derrotado en Avellaneda, el mayor avance de la alianza opositora se explica por tres factores: la caída de votos propios del oficialismo (bajó casi 4989 votos desde 2019) y la transferencia de respaldo proveniente desde el Frente Progresista, que perdió 4217 votos desde las legislativas de 2017. También tuvo influencia la candidatura a senadora de Carolina Losada, que se llevó el 80 por ciento del apoyo entre todas las listas de la interna partidaria.
El dato contrasta con las diferencias que se reprodujeron en la provincia de Santa Fe. El oficialismo perdió en Avellaneda por 70 puntos, mientras que la brecha en el resto de la provincia fue de solo 10 puntos (40% vs 30%). El Frente Progresista también obtuvo un desempeño menos eficaz en el mismo circuito electoral de General Obligado, con apenas el 2% de los votos, cuando en todo el distrito consiguió el 10,8 por ciento.
Tras el golpazo del 12 de septiembre, el Gobierno tomó nota del fuerte crecimiento opositor en la zona núcleo sojera y anunció un paquete de medidas favorables al sector agropecuario, como la eliminación de las restricciones para la exportación de carne de vaca a China y la presentación de la ley de Fomento al Desarrollo Agroindustrial.
Guernica: alza del voto en blanco
Los días aciagos de la multitudinaria toma de tierras en Guernica, con el aluvion de personas, casillas y carpas -y su posterior desalojo con represión y topadoras- quedó grabada como una de las postales sociales de la pandemia de coronavirus. Ante la crudeza de la cuarentena, el frío y un recorte de los ingresos brutal de las changas, dos mil familias en situación de vulnerabilidad se movilizaron hacia el partido de Presidente Perón para hacerse de un terreno para vivir. Fue en julio de 2020 y tomaron de hecho casi 100 hectáreas. Fueron cuatro días de olas constantes, a partir del boca en boca y las redes sociales, hasta que se detuvieron por la aparición de personas armadas que impidieron la expansión.
La intempestiva ocupación produjo una fuerte tensión entre el gobierno bonaerense de Axel Kicillof, referentes territoriales y partidos políticos de izquierda que se solidarizaron con los habitantes. Fracasaron los casi 100 días de negociaciones para que los habitantes se retirasen de manera pacífica y se restituyan las parcelas a sus propietarios. Tras las órdenes del agente fiscal a cargo, Juan Cruz Condomí Alcorta y el juez interviniente Martín Miguel Rizzo, el epílogo de la disputa sumó como protagonista al ministro de Seguridad provincial, Sergio Berni, que llevó adelante un operativo de desalojo que concluyó en incidentes, enfrentamientos y unos 25 heridos y 30 detenidos.
En la convocatoria a las PASO, el voto en blanco creció con fuerza. Con respecto las elecciones presidenciales de 2019, los sobres vacíos o sin papeleta partidaria se multiplicaron casi por cuatro: pasaron de 453 a 1764. En todo Presidente Perón, el voto en blanco alcanzó el 16,20 por ciento, cuando en 2017 fue de casi 9 por ciento. Alcanzó el número más alto de los últimos cinco años, según los datos oficiales del circuito electoral 00304, donde se ubican las escuelas linderas donde se produjo la toma de tierras.
Otro dato llamativo puede encontrarse en las urnas que se colocaron en la escuela primaria N°2 (secundaria N°310), una de las más cercanas a la ocupación. Los votos en blanco alcanzaron el 20,35 por ciento, con 331 sufragios. Una quinta parte de la elección en esa pequeña escala.
La apatía también se manifestó en la participación electoral: 3998 personas dejaron de votar en comparación hace dos años. El ausentismo subió 18,5 puntos.
En dicho circuito electoral, se corroboró una de las tesis que dijo Cristina Kirchner en su carta pública, en medio de la interna con Alberto Fernández luego del revés electoral en las PASO. En las elecciones generales de 2017, la boleta a senadora de la ahora vicepresidenta obtuvo 6711 votos, prácticamente el doble de lo conseguido por Juntos (3696). La diferencia fue casi de 20 puntos entre una lista y la otra. Con respecto a 2019, se fugaron 6419 votos.
Si bien el Frente de Todos volvió a ganar el 12 de septiembre pasado, la diferencia se achicó sensiblemente en las mesas cercanas a Guernica: solo de 1400 votos, unos 12 puntos.
Villa Itatí y Villa Azul: el primer brote del conurbano
Hace 45 años, Villa Azul y Villa Itatí se agrupaban en un solo barrio en los barrios cercanos de clase media de Wilde, en Avellaneda, y Bernal, en Quilmes. La última dictadura militar construyó el Acceso Sudeste, una circunvalación que partió en dos al antiguo asentamiento urbano. Con el primer brote de coronavirus, en mayo de 2020, el gobierno bonaerense encerró Villa Azul para evitar que el foco de contagio se expanda.
Ambos barrios tuvieron aislamientos comunitarios, con medidas estrictas de control sanitario y bajo el intenso despliegue de los operativos Detectar. Pese a la malas condiciones edilicias de los asentamientos, muchos tuvieron que aislarse en sus casillas y quedaron aislados, a merced de la asistencia social y alimentaria de las autoridades. La circulación estuvo restringida al interior de los barrios, y tampoco podían salir e ingresar con libertad los trabajadores que eran considerados esenciales. Miles de personas en la zona quedaron en esa situación.
En las PASO, los resultados fueron ilustrativos. El Frente de Todos se impuso en todo Avellaneda con el 39% de los votos frente al 34% de Juntos por el Cambio. Sin embargo, en Villa Azul, circuito electoral 040 de Wilde, la oposición sacó una pequeña ventaje de 600 votos en el escrutinio definitivo de las PASO: 17.883 votos (JxC) contra 17238 (FdT). La diferencia se achicó con respecto a los datos provisorios, cuando oscilaba en torno a los 1,5 puntos. El escaso margen es reversible para el municipio que lideró el ahora ministro de Habitat y Desarrollo Territorial, Jorge Ferraresi.
Nuevamente, la sangría se observó en la participación electoral, donde unos 9656 votos dejaron de emitirse en las primarias. Con respecto a las presidenciales de 2019, el oficialismo obtuvo casi 12.000 sufragios menos, aunque la caída fue menor con respecto a las PASO de 2017, con una merma de 1173 boletas. Cabe señalar que entonces la alianza 1 País, que era conducida por Sergio Massa, había obtenido 8231 votos para la categoría de senador. Parte de la fuga se observa también en esa pérdida de voluntades.
En Avellaneda, la oposición mayoritaria no se benefició tanto del retroceso del oficialismo, ya que también tuvo un retroceso de 1840 votos con respecto a las PASO de 2017, y 2968 en relación a 2019. Sin embargo, otras listas pudieron capitalizar el descontento: el FIT-Unidad sumó 1017 sufragios en relación al comicio inmediatamente anterior, mientras que la alianza “Avanza la Libertad”, de José Luis Espert, obtuvo un salto con nuevas 1678 boletas si se contrastan cuando se presentó como candidato a presidente en 2019.
En Quilmes, el distrito que conduce la intendenta Mayra Mendoza, se observó el mismo fenómeno aunque de una manera más pronunciada. Villa Itatí, con una infraestructura más deficitaria que su barrio mellizo, no acompañó el oficialismo y la diferencia también tuvo una pequeña ventaja para Juntos de cerca de 500 votos. Pero a diferencia de Avellaneda, el Frente de Todos salió derrotado en todo el distrito, al obtener 7 puntos por debajo que su competidor, con guarismos similares a las urnas del barrio popular.
El avance de la lista de José Luis Espert y del Frente de Izquierda fue más atenuado en relación a Avellaneda. Desde ese punto de vista, Juntos apenas perdió 133 votos en los últimos dos años, mientras que el Frente de Todos perdió 4 mil.
Formosa: creció la oposición a Gildo Insfrán
En la capital de Formosa, el gobernador Gildo Insfrán se enfrentó a duras protestas en marzo de 2021 ante el rechazo de un sector de la ciudadanía al regreso de la Fase 1. En el marco de esas manifestaciones, la concejala del peronismo disidente, Gabriela Neme, recibió heridas por disparos con balazos de goma. La dirigente, meses atrás, había sido arrestrada por denunciar las “condiciones inhumanas” en un centro de aislamiento de Formosa. Toda la gestión de Insfrán estuvo cargada de polémica, ante los reclamos, pedidos de amparo y hasta un fallo de la Corte Suprema para que se flexibilicen las restricciones sanitarias.
El veredicto de las urnas muestra algunas variaciones reveladoras. El dato destacado apunta a que el oficialismo tuvo una fisura en su hegemonía territorial, pese a que resultó vencedor en el distrito por cuatro puntos de diferencia en relación a Juntos por el Cambio. La distancia entre uno y otro contendiente es de 7.000 votos en la capital.
Ahora bien, una de las novedades de la elección fue el desempeño de la la lista de Neme. La dirigenta de “Estamos con Vos” obtuvo el tercer lugar en la capital con 35.978 votos, el 25,17% de las preferencias. Si se le suma a la boleta de Juntos por el Cambio, los sufragios de las dos fuerzas de la oposición totalizan 83 mil votos, mientras que la lista del Frente de Todos consiguió 54 mil. A nivel provincial, si las dos listas se sumarán se lograría una situación de paridad con el oficialismo
Con ese cálculo posible, Gabriela Neme resolvió bajar su candidatura de cara al 14 de noviembre y aliarse con Juntos por el Cambio, ya que es concreta la posibilidad de ganarle al inexpugnable Gildo Insfrán. “Entendimos que el momento histórico de Formosa es muy profundo”, sostuvo la concejala al anunciar la decisión. “Tanto dolor, avasallamiento de derechos y quita de libertades nos demandaba a los dirigentes una actitud mucho más noble para demostrar que en política no todo es especulación y hay valores”, resumió en una entrevista a CNN radio.
La meta concreta de la oposición, más allá de la disputa en el Congreso Nacional, apunta a romper con los dos tercios que tiene históricamente el oficialismo en la Legislatura provincial.
Fontana, Chaco: el barrio de los abusos policiales a los Qom
En mayo de 2020, en la localidad chaqueña de Fontana, familias de pueblos originarios Qom denunciaron torturas, abuso sexual y agresiones de un grupo de policias en medio de la cuarentena estricta por la emergencia de coronavirus. Las imágenes con los videos del operativo expusieron la brutalidad del hecho, que tuvo el reproche de organismos internacionales como la ONU. El presidente Alberto Fernández calificó el accionar de la Policía de Chaco como “inaceptable” ante la violencia institucional, y el gobierno provincial de Jorge Capitanich dispuso el pase a disponibilidad de los agentes involucrados.
A pesar del conflicto y de la brutalidad de la agresión, el circuito electoral 022A -que corresponde a las mesas cercanas al barrio “Banderas Argentinas” de Fontana, donde se desencadenó la violencia policial- el oficialismo mantuvo un caudal favorable y se impuso en la zona, con una diferencia de 7 puntos. El resultado contrasta a nivel distrital, ya que Juntos por el Cambio resultó vencedor en la provincia con el 44,14% de los votos contra el 35,65% conseguido por el Frente de Todos.
De esta manera, las boletas alineadas con Jorge Capitanich y Alberto Fernández se mantuvieron en los niveles de 2017 en la zona donde se produjeron las agresiones contra los habitantes de los pueblos originarios. Incluso sumó más acompañamiento, debido a que en los comicios de hace 5 años el peronismo estaba más dividido. Lo curioso es que la tercera fuerza provincial, el peronista Frente Integrador, duplicó también sus valores en el vecindario, con 14% frente al 7% obtenido en el distrito. Los votos en blanco y el ausentismo electoral también aumentaron; aunque les faltó la fuerza inherte para torcer el veredicto final en las calles de Fontana.
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