El gobernador bonaerense Axel Kicillof se plegará a partir de la semana entrante a la campaña del Frente de Todos de manera formal. El mandatario cambiará algunas cuestiones en relación al primer tramo del recorrido electoral, que no dio los resultados esperados. Por eso, durante estas semanas, se fue diseñando cómo encarar la segunda etapa de la campaña electoral. Algunas conclusiones son que el mandatario provincial estará al frente de la campaña, pero evitarán grandes actos. Una decisión en sintonía con lo que viene haciendo el presidente Alberto Fernández: Kicillof también buscará más el cara a cara. Además acompañará a intendentes y se mostrará “hiperactivo” sobre todo en el conurbano.
En la provincia de Buenos Aires -la gran apuesta del Frente de Todos- el oficialismo terminó cuatro puntos por debajo de Juntos. La boleta que encabeza Victoria Tolosa Paz consiguió 356.533 votos menos. Hacia afuera, el oficialismo confía en que revertirá el resultado. Como contó Infobae, una de las estrategias es ir a buscar los votos entre la gente que no participó en las PASO, sobre todo en la Primera sección electoral, y mejorar los índices de asistencia, que en la provincia rondaron el 68%. En algunos municipios del conurbano ese promedio fue menor.
Con todo, en el equipo de campaña que aporta Kicillof desde La Plata aseguran que ahora el gobernador bonaerense tratará de “hacer menos actos y mucho más cara a cara”, una estrategia que ya viene intensificando el presidente Alberto Fernández quien busca un acercamiento con el electorado a partir de la escucha. Hasta el momento Fernández solo se movió por el conurbano bonaerense sin demasiado despliegue accesorio.
Otro punto que tendrá este tramo de la campaña, según resaltan en La Plata, es el acompañamiento hacia los intendentes de parte del mandatario provincial. Fue uno de los reclamos que los jefes comunales le hicieron a Kicillof la semana posterior a la derrota electoral del 12 de septiembre, en una serie de reuniones que el gobernador junto a los ministros más “políticos”, mantuvieron con los intendentes para hacer un balance del magro resultado. En esa catarsis encadenada se puso el tema sobre la mesa. Kicillof tomó nota.
Pero también la participación de los intendentes tiene que ver con la impronta que busca transmitir ahora el Frente de Todos. Con el contexto de pospandemia y planteando un escenario de reactivación, el oficialismo viene repitiendo que se viene un momento de Estado cercano y con territorialidad. Por eso, se le da juego a los jefes comunales.
El planteo viene anexado también con la llegada de dos intendentes de peso como lo son Martín Insaurralde (Lomas de Zamora) y Leonardo Nardini (Malvinas Argentinas) al gabinete bonaerense. Otro cambio de fondo que ahora se buscará trasladar a la campaña.
Además, en esta semana que pasó, el nuevo Jefe de Gabinete bonaerense, Martín Insaurralde, recibió a intendentes de las distintas secciones electorales del interior para también mandar una señal de contención. En general y a grandes rasgos, los intendentes vieron con agrado los cambios en la mesa ministerial de Kicillof.
Insaurralde será el jefe de campaña y también iniciará una serie de recorridas por distintos municipios. Este viernes acompañó a Kicillof en la entrega de escrituras en Almirante Brown, la puesta en marcha de 38 patrulleros y la firma del convenio YPF Ruta para las unidades policiales.
En la Primera y Tercera sección electoral -creen en el oficialismo- están los votos que faltan o buena parte de ellos. La diferencia entre Juntos y el FdT fue de 356.533 votos. Pero Kicillof necesita del acompañamiento del interior para cambiar la distribución de bancas en el Senado provincial. En la Cámara Alta hoy manda Juntos con 26 de las 46 bancas de ese cuerpo legislativo.
Para eso, el oficialismo necesita revertir la performance en la Cuarta, Quinta y Séptima sección electoral. La estrategia electoral para el interior también cambiará.
Según contaron a Infobae en la gobernación, el plan ahora será quedarse “más tiempo” o todo lo que se pueda en los distritos. Incluso “hacer noche” en el interior. Algo que ya venía realizando la vicegobernadora Verónica Magario, quien en el primer tramo de la campaña fue exclusivamente a las secciones donde se eligen senadores provinciales.
Nada es garantía de que eso mejore la imagen y percepción hacia el gobierno sobre todo en el interior provincial. Sin embargo, los últimos anuncios en materia agropecuaria, que incluyen flexibilización en la exportación de carne vacuna, puede abrir un canal de diálogo. Esta semana el gobernador participó de la reunión que el ministro de Agricultura de la Nación, Julián Domínguez, mantuvo con la Mesa de Enlace y un día después hizo lo propio con exportadores frigoríficos en La Plata. Abrir el diálogo, otro objetivo a corto plazo.
Finalmente, y de la mano con las recorridas por el interior bonaerense, otra idea que se cerró para la etapa que se viene es la “disponibilidad”, del mandatario provincial para dar entrevistas a medios locales con llegada en poblaciones focalizadas, donde más allá de la difusión que puede haber por redes o web, continúa el hábito de escuchar la radio de la ciudad o comprar el diario local.
Que haya menos actos políticos y más encuentros “cara a cara”, viene de la mano de la situación epidemiológica. Eso usará Kicillof para explicar por qué ahora hay actividades de más cercanía con un proceso de vacunación avanzado que permite flexibilizaciones.
Sin embargo, hay un tema que se mete indefectiblemente en la discusión electoral: la situación económica donde, por ejemplo, el 41% de la población del país está bajo la línea de pobreza. En La Plata esperan que los cambios en el Gabinete nacional se empiece a traducir en una gestión activa que evidencen una recuperación de ciertos índices en los que el Estado provincial no puede inferir de manera directa.
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