El tribunal oral que juzga a la vicepresidenta Cristina Kirchner por las presuntas irregularidades en la obra pública que recibió el empresario Lázaro Báez resolvió hoy que los arrepentidos del caso de los “cuadernos de la corrupción” deberán declarar como testigos en el juicio oral. Lo hizo al rechazar el pedido de Juan Chediack, uno de los arrepentidos que pidió no ser testigos en el juicio de la obra pública. La resolución del tribunal marca un norte para otros casos.
Chediack, ex presidente Cámara Argentina de la Construcción y dueño de José J. Chediack S.A.I.C.A., es uno de los arrepentidos del caso cuadernos que fueron citados como testigos al juicio de la obra pública. El empresario debía declarar ayer pero pidió no hacerlo. A través de su abogados Pablo Lanusse -quien también defiende al ex presidente Mauricio Macri en otras causas- explicó que ser testigo lo lleva a exponerse a una situación de autoincriminarse.
Según su criterio, ambas causas son similares en cuanto a que se investiga obra pública durante el kirchernismo y que hay acusados similares en los mismos procesos, como por ejemplo Cristina Kirchner, el ex ministro de Planificación Federal Julio De Vido y el ex secretario de Obras Públicas José López, quien ya tiene una condena por los bolsos con nueve millones de dólares del convento de General Rodríguez.
Así, Chediack pidió no declarar como testigo en el juicio de la obra pública por temor a autoincriminarse ante las preguntas de las partes. El empresario hizo el planteo el lunes, un día antes de su cita a declarar, por lo que el Tribunal Oral Federal (TOF) 2, que tiene el caso de la obra pública, la suspendió y le pidió al TOF 7, que tramita la causa de los cuadernos, que le informe la situación de Chediack.
“El requirente pretende equiparar su situación a la de una persona que reviste simultáneamente en el mismo proceso el carácter de testigo e imputado, pero el caso que aquí se presenta dista de parecerse a ese escenario”, rechazaron el pedido del empresario los jueces Jorge Gorini, Rodrigo Giménez Uriburu y Andrés Basso en su resolución a la que accedió Infobae.
Los magistrados explicaron que “más allá de la imputación en común de algunas pocas personas y la posible coincidencia temporal de los hechos”, las causas son distintas. En cuadernos, Chediack está acusado de “la entrega de sumas de dinero a Cristina Elisabet Fernández, Julio Miguel De Vido y José Francisco López a través de la interpósita persona de Ernesto Clarens, con el fin de que un conjunto de funcionarios hicieran o dejaran de hacer algo atinente a sus funciones en beneficio de su empresa”. Mientras que en la causa de la obra pública se juzgan las presuntas irregularidades en 52 obras viales que Báez recibió para Santa Cruz en donde Chediack no está imputado ni tampoco su empresa
“Tampoco forman parte de la plataforma fáctica cohechos o dádivas por parte de empresas adjudicatarias de obra pública, ni mucho menos específicamente los cinco pagos puntuales en los que, siempre según las acusaciones, habría tenido intervención el nombrado”, señalaron los jueces sobre la situación del empresario.
Y agregaron: “Resulta obvio que, más allá de las objeciones genéricas de carácter constitucional que se presentan al caso -pues no dejamos de reconocer que se trata de una situación particularmente novedosa-, el testigo no podrá ser interrogado en este debate por sobre aquello que lo comprometa, en calidad de imputado, en otro proceso penal. No sólo por la incidencia que eso sí acarrearía a la garantía invocada sino porque además carece de relevancia probatoria para este expediente”. Los jueces resaltaron que “será tarea del tribunal, como lo ha sido a lo largo del debate que se viene desarrollando, la limitación de los interrogatorios que excedan el objeto procesal, como así también el hacer saber al declarante que tiene la facultad de abstenerse de responder cuestionarios cuya respuesta pueda autoincriminarlo, o bien de oficio impedir interrogantes netamente de cargo y vinculados a los hechos que se le imputan en otro proceso”.
Así, el tribunal reprogramó para el próximo lunes a las 9:30 horas la declaración como testigo de Chediack. Y el martes a la misma hora será la de Carlos Wagner, también ex presidente de la Cámara Argentina de la Construcción y dueño de la constructora Esuco, y también arrepentido en la causa de los cuadernos.
La resolución del tribunal es solo para el caso de Chediack pero marca un norte para otros testigos citados al juicio que son arrepentidos en el caso cuadernos. Por ejemplo, el de Angelo Calcaterra, primo del ex presidente Macri, que también pidió no declarar como testigo. El tribunal solicitó conocer la situación de Calcaterra y de otros arrepentidos que deben declarar como testigos.
Por otra parte, el fiscal del juicio oral, Diego Luciani, pidió que otros cuatro arrepentidos de cuadernos sean testigos. Son Clarens, y los empresarios Aldo Roggio (de Benito Roggio e Hijos)t y Enrique Menotti Pescarmona y Francisco Valenti (de la firma IMPSA). Los jueces deberán resolver si los citan al juicio contra Cristina Kirchner.
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