La derrota del oficialismo en las elecciones primarias expuso públicamente las diferencias entre los principales socios del Frente de Todos, especialmente entre Cristina Kirchner y Alberto Fernández.
También animó a distintos integrantes del espacio a plantear sus diferencias con las decisiones adoptadas principalmente por quienes tienen responsabilidad de gobierno, entre ellos el Presidente y el gobernador Axel Kicillof.
El intendente de Escobar, Ariel Sujarchuk, fue uno de los dirigentes que planteó diferencias con distintos mecanismos de funcionamiento interno de la coalición de Gobierno y pronosticó una derrota en noviembre en virtud de la crisis política originada después de las PASO.
“Toda la semana en la cual se paralizó la política por los cambios de gabinete trajo un costo político grande. Algunos de esos cambios no reflejan un comportamiento electoral positivo. Y si las medidas que se toman en los próximos días no generan empatía con la sociedad, la elección no va a ser fácil de revertir”, aseguró este miércoles en diálogo con Ernesto Tenembaum en Radio Con Vos.
Sujarchuk no ve sus definiciones como una traición o como una violación de sus convicciones, sino como todo lo contrario: como las preocupaciones de un integrante del espacio que quiere aportar su granito de arena para fortalecer a la coalción y al Poder Ejecutivo.
“Lo más importante es recuperar, porque somos gobierno y vamos a seguir siendo gobierno más de dos años”, repite. Y la clave para ese proceso -analiza- es tomar conciencia de cuáles fueron los errores, quiénes lo deben interpretar, tomar las medidas necesarias y ejecutarlas correctamente.
“Esto es como una orquesta y si nadie le dice al director que están sonando mal los músicos, más que leal sos obsecuente y en ese lugar yo no me paro”, aseguró.
Y desarrolló: “Para mejorar el funcionamiento de la coalición, creo que hay que teñir la idea de coalición y profundizar la idea de frente para poder definir con mayor anticipación medidas básicas, que son las económicas, quiénes las implementan y quiénes son las figuras que generan empatía con la sociedad, porque eso también es importante”.
Sujarchuk tuvo un rol protagónico en la campaña el 24 de julio. Ese día, Cristina Kirchner, Alberto Fernández, Axel Kicillof y Sergio Massa eligieron a Escobar para presentar a sus principales candidatos de la provincia de Buenos Aires y de la Ciudad Aútonoma. Sujarchuk fue el primero en hablar con un entusiasmo que hoy contrasta con sus objeciones al armado del espacio.
Como otros intendentes, Sujarchuk no se siente escuchado. Lo explica así: “Es muy importante encontrar un lugar de generación de debate; hay un montón de gente capaz, con vocación de servicio, pero en algún lugar tenés que establecer los debates, las ideas, para que después quienes fueron elegidos tomen las decisiones finales”.
En la entrevista radial, el mandatario comunal evitó hacer nombres propios, aunque precisó que los cambios en el gabinete no le gustan y probablemente algunos de esos ministros “sean transitorios” hasta que a fin de año el Presidente resuelva cuál es el modelo que impulsará para gestionar en los dos años restantes de mandato.
“Si vos mirás la realidad económica, estamos con alguna recuperación. Si ves los resultados de la vacunación, estamos en un escenario pandémico positivo. ¿Entonces por qué no hay una reconciliación con la sociedad? Yo creo que hay un problema de expectativas, no está claro hacia dónde vamos”, desarrolló.
Ayer, en declaraciones concedidas al periodista Mariano Roa del diario Clarín, había sido más directo con críticas al gobernador Axel Kicillof: “Casi no hizo campaña, se lo vio guardado, se encerró junto a su anterior gabinete, a nosotros nos oía pero no nos escuchaba”.
Fuego amigo
Los dichos de este mandatario comunal que históricamente estuvo alineado con La Cámpora se suman a una larga lista de gestos y declaraciones de distintos referentes del Frente de Todos que exponen el quiebre interno que existe en la Coalición, entre ellos la rebelión de ministros K liderada por “Wado de Pedro”, la respuesta del ministro de Trabajo, Claudio Moroni, y las críticas agudas de Juan Grabois. La saga se inició con la verborragia de Fernanda Vallejos en audios privados a distintos interlocutores que se filtraron todos en el mismo momento e incluían una catarata de insultos y reproches a la conducción del Poder Ejecutivo.
SEGUIR LEYENDO: