Franco Mercuriali recibió a Infobae en la intimidad de su casa, en Tigre, adonde decidió mudarse junto a su mujer e hijos hace cuatro años para alejarse del acelere de la gran ciudad.
Actualmente, el conductor arranca el día bien temprano para hacer Radio Berlín -desde su casa- de 7 a 10. A las 17 emprende camino rumbo al centro porteño para hacer TN Central, de 18 a 19.30. La mayoría de los días se vuelve a su casa para compartir la cena junto a su familia, y a las 22, nuevamente regresa al canal para conducir TN de noche y el famoso El Pase de la 1.
Distendido y siempre acompañado de su esposa, la periodista Micaela Grinza, Mercuriali se predispone a una charla sin eufemismos. El periodista recordó sus inicios en la profesión, los primeros años de autogestión hasta que apareció alguien y le dio la primera oportunidad, y su primer sueldo. También se permitió darle un consejo a los estudiantes de periodismo para que logren sus objetivos: “Siempre hagan su programa, trabajen, que cuando se abra la puerta van a estar listos, ya hicieron el ejercicio”.
También hubo tiempo para hablar de política, recordar su primer desafortunado encuentro con Alberto Fernández, y opinar sobre la Vicepresidenta: “Necesitamos que se dedique a su familia y que deje a la Argentina en paz”.
—¿En qué momento de su vida se encuentra?
—En un lindo momento. Me gusta la edad. Me gusta el momento familiar y el momento laboral, así que es un buen momento, más allá de las circunstancias que vivimos todos de pandemia y demás. Es un lindo momento de mi vida. Igual digo siempre que hay que disfrutar, todos los momentos tienen su historia y su riqueza. Estoy contento.
—¿Cómo empezó su amor por su profesión? ¿Cuándo descubrió que quería ser periodista?
—Estaba estudiando en la UBA Comunicación Social y, nada, me acerqué a hacer unos cursos de locución y ahí me di cuenta de que quería hacer, además de licenciado en comunicación, la carrera de locución y ahí empecé a conocer la radio. De hecho, lo primero que conocí fue el trabajo en radio. Me gustó, me encantó. Y me di cuenta de que iba por ahí. Pero cuando empecé la carrera de comunicación en la UBA no tenía muy claro si lo mío iba a ser el periodismo, la comunicación, lo publicitario. Nada, una cosa me fue llevando a la otra y fui descubriendo lo que me gustaba hacer. ¿Viste que no es tan fácil para todo el mundo a los 17 años saber cuál es tu vocación? Me gustaba la música, me gustaba la comunicación, pero no tenía muy claro lo que era el rol o el trabajo del periodista.
—¿Recuerda algún momento en especial en donde reafirmó ese deseo?
—Con mi primer programa de radio. Eso sí lo tengo re claro. Porque mi primer programa de radio lo hice con estudiantes del ISER, con compañeros, con amigos, y ahí sentí que eso era lo que tenía que hacer.
Empecé a conducir un programa de radio y me gustó, y enseguida me sentí cómodo y ya quería estar en radios grandes y recién empezaba, recién arrancaba, obviamente, nadie me conocía. Me acuerdo de que fui a golpear la puerta de Radio La Red en ese momento que estaba Macaya Márquez y les dije que quería conducir a la mañana. El director de radio me miró y me dijo: “Pero está Macaya Márquez conduciendo”. Y bueno ahí empecé a tomar conciencia de que eso era lo que me gustaba y lo que quería hacer.
—Está bueno lo que cuenta, sabía lo que quería y fue a golpear puertas. Hoy hay mucha gente que está en ese lugar, que está empezando. ¿Qué consejo le daría?
—Si, hablo mucho con estudiantes y demás. Es más, ahora con la pandemia no pueden venir al canal, pero en su momento los invitaba mucho o a la radio para que se acerquen un poco a dar ese primer paso y siempre les digo “hagan todo, vayan a un programa de radio, hagan su programa de radio, ahora tienen la posibilidad extra que es tener Instagram y poder comunicar a través de la plataforma”. O sea, sean ustedes periodistas más allá del medio o del trabajo que puedan conseguir. Porque en Argentina siempre hay momentos buenos y malos para conseguir trabajo. Hay gente que tuvo más suerte que otra, pero digo, siempre hagan su programa de radio, trabajen, trabajen, trabajen que ya cuando se abra la puerta vas a estar listos, si ya hiciste tu ejercicio, tu trabajo, tu investigación propia, tus propios programas. Yo hacía radioteatro, hacíamos programas de radio periodísticos, programas de entretenimientos, teníamos humoristas, no sé, hacíamos programones para los que éramos estudiantes. Creo que eso sirvió un montón.
—¿Quién fue la primera persona que te abrió la puerta?
—Hay un montón de personas que abrieron puertas. Yo siempre me acuerdo de Daniel Revol, con quien sigo hablando, periodista que estuvo en Radio Continental, en Mitre y demás, y me acuerdo de que lo fui a ver a él a Radio El Mundo y que él enseguida me daba algo para hacer, como que te permitía aprender de lo que ya venían haciendo. Pero uno también tiene que estar listo. Yo, además del programa de radio, empecé a hacer mi propio programa de tele. Entonces, cuando me fue bien con la radio, haciendo mi programa, me propuse hacer un programa en un canal de cable, P y E, con auspiciantes del barrio o el que conociera.
—¿Se autogestionaba?
—Todo autogestionado. Y bueno, el día que apareció la oportunidad yo ya había hecho tele en vivo, había hecho radio en vivo, había hecho la mañana de una radio chiquita que se escuchaba poco, se escuchaba quince cuadras a la redonda, no más que eso. Y cuando aparece la oportunidad ya vos tenés un ejercicio hecho. Ya lo tuviste.
—¿Cuál fue su primera oportunidad en televisión abierta?
—Llegó por el programa Info Campo, en Canal 9.
—Arrancó conduciendo un programa sobre Campo, ¿qué conocimiento tenía sobre ese rubro?
—No sabía nada de campo, pero ahí me dieron la posibilidad de estudiar así que hice un postgrado de agronegocios y lo aproveché. Durante un año estudié, me gustó. Y el programa fue interesante y me permitió estar en Canal 9, un canal abierto, tener un sueldo, que hasta ese momento era todo autogestión, así que para mí era la primera oportunidad que tenía de que alguien me pagara por hacer mi trabajo. Y bueno, de ahí, a los dos años, me fui a hacer lo mismo a TN Agro, que necesitaban hacer un programa de campo a la mañana. Y a los tres meses de hacer TN Agro ya me pasaron al noticiero general los sábados, entonces empecé a conducir los sábados en TN, que fue para mí lo mejor del mundo. Empezaba a hacer lo que yo realmente quería, que era conducir un noticiero en un canal importante o en el más importante de la tele.
—¿Se acuerda cómo vivió ese día?
—Me acuerdo perfectamente. Primero cuando me llamó uno de los jefes para decirme que pasaba del fin de semana a conducir de lunes a viernes con María Areces al mediodía. Yo estaba con mi mujer en un restaurante con uno de mis hijos chiquititos y el otro por venir, en la panza, abril, me acuerdo porque estaba por nacer Romeo, y cuando me dicen esto de que empiezo el noticiero sentí una alegría enorme, después de tanto esfuerzo ahora había aparecido la oportunidad de conducir un noticiero a las dos de la tarde.
El día que empezaba el noticiero con María Areces llegué una hora tarde. Casi me muero. Al noticiero que debutaba, que me dieron la oportunidad. Me agarró un piquete, creo que estaban haciendo el Metrobús, no me acuerdo exactamente, pero me agarró un piquete de esos de la 9 de Julio, tremendo. Estaba transpirado, sufriendo, diciendo “no me puede pasar esto”. Y bueno, pasa. No pasó nada. Fue una presión propia, cosa que puede ocurrir, como todo el mundo llega tarde a un trabajo (risas).
—Acostumbrado a trabajar siempre de madrugada. ¿Cómo le llegó la propuesta de conducir la trasnoche y qué fue lo primero que se le vino a la cabeza cuando le informaban el nuevo horario?
—Me lo dijeron mis jefes. Lo primero que dije fue: “Me mandaron a la noche. Me sacaron del canal”, pero no, me daban un premio, me decían “vas a pasar a la noche”. Yo quería estar, primero había hecho periodismo siempre a la mañana, a la tarde, me gustaba eso, ese ritmo. Nada, obviamente no lo decidí yo, lo decidieron ellos.
Me lo crucé a Lapegüe que estaba en ese momento a la noche y Sergio me dijo: “No te vas a querer ir más de la noche”. Mi ritmo era un ritmo de la mañana. Te juro que, a los tres, cuatro meses me costó entender el horario. Al cuarto mes dije “tiene razón”. El horario era hermoso, la audiencia es increíble. El contacto y la comunicación que tenés con la gente a la noche es para mí distinto a la del día. Lo sentís más cerca al televidente de la noche. Sentís que estás con él, que él está con vos. Y si te cruzás en algún lugar la gente dice te veo, te escuché; la gente escucha con más atención.
—¿Tenía prejuicios con el turno noche?
—Sí. Y ahí aprendí, me llevé la gran lección: no hay horario. La tele, la radio, tiene audiencias en todos los horarios. Audiencias distintas. De distinta escucha. No es lo mismo la mañana, que la gente sale a trabajar, tiene movimiento, los chicos, el ruido de casa, que la noche, que estás en tu casa, más tranquilo y decidís. Además, hoy con todas las oportunidades que tenés de películas, plataformas, Instagram, que alguien se siente o se acueste en la cama y te quiera ver una hora, media hora, dos horas, bueno, quiere decir que está bueno ese contacto y esa comunicación. Hay realmente un diálogo con el televidente a esa hora de la noche.
—Actualmente, además de conducir, le pone su impronta personal. ¿Cuándo sintió que era el momento en que podía opinar y que su palabra tenía valor?
—Bueno, primero, creo que me cambió mucho la tele. Digamos, el tradicional presentador de noticias está en horarios distintos de los míos, yo estoy a la noche. Creo que entre la noche y el hecho de que creo que la tele está pasando por un cambio importante hay una necesidad distinta, hoy la gente está sobre informada, estando a la noche yo llego con una audiencia que ya sabe lo que pasó en el día, con lo cual lo que puedo ofrecerles es un resumen y una mirada de eso que pasó. Cómo yo leo y jerarquizo lo que creo que es lo más importante para contar. Y me parece que eso es lo que se valora hoy de la noche y esto de poder dar una opinión, una mirada sobre los temas. Me parece que va por ahí y creo que por los resultados es lo correcto.
—A la hora de opinar, ¿tiene algún límite?
—Yo siempre dije lo que pensaba. Trato de pensar qué temas le interesan a la gente, cuál es la mirada que puede interesar en este momento. Pero no hay algo de lo que no quiera hablar o no pueda hablar. No, tocamos todos los temas y hoy los temas son muy calientes. Y creo que la gente reconoce eso. Que vos puedas decir realmente lo que pensás. Hoy un periodista tiene eso, tiene la posibilidad de decir lo que piensa. Si uno no dice lo que piensa pierde el sentido.
—¿Cómo se maneja con las críticas?
—Está bueno, está muy bueno tener críticas. Del otro lado tenés una lectura de lo que dijiste, cómo lo tomaron. Hay como una devolución. Me parece que sirve mucho. Antes tenía a los oyentes, pero ahora es mucho más rápido, la gente enseguida escribe, me gustó lo que dijiste, lo que hiciste, cómo fuiste. Me encanta tener ese ida y vuelta. Por supuesto que siempre hay comentarios que tienen más que ver con la política, que pueden ser más de operadores políticos y demás. Está buenísimo que la gente pueda pensar distinto a vos y te lo diga, me pasó mucho, por ejemplo, cuando fui muy crítico del cierre de escuelas. Había muchos docentes que se sentían tocados y me decían que ellos querían trabajar. Entonces para mí también está bueno porque uno aprende. Primero te cuentan su vida, cuánto ganan, cómo es su trabajo. Entonces uno hace periodismo también en función de ese contacto con la gente. Ellos te llevan a la realidad. Uno no sabe de todo. Recibir un mensaje de alguien que trabaja en el tema, que lo vive, te nutre. Les pasa a los funcionarios que están leyendo el diario de Yrigoyen, lees solamente lo que tu círculo rojo, lo que hablás con políticos, con dirigentes, con empresarios, y no estás entendiendo lo que está pasando. Y además valorar la profesión de cada uno. La gente tiene mucha riqueza para aportar.
—¿Cómo ve a la política actual?
—Mirá, veo con mucha preocupación que siguen mirándose el ombligo. Viviendo en su micromundo muy lejos de la realidad y sobre todo obsesionados por el poder. Yo diría que eso es lo que me deja este año electoral. Ya lo sabemos, siempre ocurrió en la Argentina, pero esta vez como nunca. No haber podido escuchar a la gente. Creo que parte de la derrota electoral es que no entendieron lo que vivió la gente con la pandemia. El Presidente no entendió todavía lo que sufrió la gente que perdió un familiar. Queda demostrado en la campaña electoral, la frialdad con la que hablan de la pandemia, cuando lo escuchás a Máximo Kirchner pedir un minuto de silencio te das cuenta de que no lo sintió. No entendió. Primero porque se vacunaron ellos primero, entonces no lo sufrieron; eso hay que repetirlo porque no es algo chiquito: los políticos y sus familias se vacunaron antes. Entonces no vivieron lo que vivimos todos, el miedo de salir a trabajar, el miedo de perder un familiar. Eso ellos no lo vivieron porque ellos se vacunaron y vacunaron asus papás también. Entonces todos estuvieron vacunados en enero, febrero, y el resto no. El resto vivió con el miedo de “si me encuentro con mi mamá la contagio”; “si los chicos se juntan con un amigo y traen el virus a casa” no lo vivieron. Entonces la pandemia mostró que esta gente vive arriba de un helicóptero. Ellos viven con avión, viven con chófer. No es solamente un tema de que ganen más dinero o tengan buenos salarios, eso no es importante, es el poder que demuestran tener. Y cuando vos te robás las vacunas mostrás poder e impunidad sobre los demás y yo creo que eso es lo que pasó, gobernadores, diputados, todos, todos, todos, toda la casta política se quedó con las vacunas primero. Y yo creo que lo sintieron en las elecciones. No es solamente la economía. La economía es una parte importante que la manejaron muy mal y creo que también por eso mucha gente no los eligió, pero sobre todo por no haber entendido lo que se sufrió este año y medio de pandemia… La cuarentena eterna. O sea, por algo impactó lo de la fiesta de Olivos. Todos podemos tener un evento, fines de semana de descanso, le hace bien al Presidente descansar, pero haberle dicho a la gente, haber maltratado a la gente un año, porque a la gente la maltrató, y haber estado haciendo fiesta es de un nivel de hipocresía, que ya sabemos que la tienen,pero que ahora la vimos, la vimos por la tele.
El Presidente no entendió todavía lo que sufrió la gente que perdió a un familiar
—¿Qué opina de las nuevas medidas sobre la pandemia post PASO?
—Claramente están buscando recuperar parte del voto, así que vamos a ver lluvia de pesos, clientelismo político, cómo nos aman, cómo nos quieren, cómo nos dedican tiempo, los mismos políticos que el año pasado nos retaban, nos señalaban con el dedito y nos decían “esto no”. Ayer veía que, en Santiago del Estero, por ejemplo,donde te metían preso por salir sin barbijo, ahora van a la cancha, van a ver al plantel de fútbol. Un delirio, un manejo bien feudal de la dirigencia política.
—¿Cómo cree que va a leer esto la sociedad?
—Yo creo que mal. Yo creo que hay una parte de la sociedad que se está despertando y que no quiere más que los políticos crean que pueden vivir de una manera distinta al resto de los argentinos. O sea, no puede ser que la Argentina tenga 20 años de deterioro económico y los únicos que aumentan su patrimonio son ellos. Estos días conocíamos las declaraciones juradas de los funcionarios, todos ganaron plata en la pandemia, es una cosa increíble. Imaginate lo que puede sentir el que tiene un comercio a la calle. El que tiene un restaurante que ve que Máximo, no me acuerdo cuánto mejoró su patrimonio durante la pandemia. Se vuelve loca esa persona. O sea, no hay manera. Creo que, insisto, no hay manera mientras la gente esté despierta. Mirá, el ejemplo son los padres y las madres diciendo que querían que los chicos vuelvan a clases. Nos tomamos un tiempo eh, pero cuando empezamos a ver que nuestros chicos están perdiendo el año, ahí muchos padres empezaron a reaccionar y dijeron no. Y esa presión generó que los políticos abran las escuelas. Y se quedaron solo los dirigentes gremiales, como siempre, ahí protestando. Bueno, creo que nuestra participación, y no hablo como periodista sino como ciudadano, nuestra participación es lo que va a hacer cambiar Argentina. Si nos quedamos esperando que vengan políticos a resolver nuestros problemas, olvidate. Por eso le fue bien en estas elecciones a muchos que no venían de la política, periodistas, médicos y demás, que dieron su primer paso y me parece que mucha gente los acompañó.
—¿Cómo ve al nuevo gabinete?
—Bueno, vamos a esperar, pero en principio ir a buscar a los mismos que ya fracasaron, me parece un error estratégico. Es decir, la mitad del gabinete de Alberto Fernández ya fue ministro y ya hizo mal las cosas. Nos fue muy mal. Aníbal Fernández ya fue ministro de Seguridad y fracasó. Daniel Filmus ya estuvo en un gabinete y fracasó. Y cuando va a una elección la gente no lo vota, pierde en las elecciones. Medio gabinete ya perdió elecciones. Bueno, Alberto Fernández está viendo de acá a noviembre cómo sostenerse en el poder. Me parece que lo que hizo fue un reparto de poder para decir: ”Mirá, acá en este barco estamos todos los que nos decimos peronistas. Vengan, si vamos a perder el 14 de noviembre perdamos todos”. No creo que haya elegido un gabinete de expertos. No tenés una, no sé, una Susana Malcorra por decirte una canciller que, y yo lo vi, cómo los presidentes del mundo la saludaban, la conocían. Tenía trayectoria en el área internacional. Venía de trabajar en Naciones Unidas. No es que lo ponés a Felipe Solá o a Cafiero. Cafiero es nuestro canciller, que acaba de fracasar como jefe de Gabinete y ahora es el canciller. Entonces no armó un gabinete de lujo ni un gabinete con expertos. Macri también se equivocó en su Gabinete, lo puso al rabino Bergman en Medio Ambiente que vos decís, pero ¿cómo no pone a un experto en Medio Ambiente? Al experto en religión ponelo en Culto. Viste, esas cosas que son reparto de poder, tratar de quedar bien con todos los sectores que te acompañaron a llegar. Pero el día que pongamos expertos en cada área nos va a ir mejor. Hoy tenemos políticos, no expertos en área
Nuestra participación como ciudadanos es lo que va a hacer cambiar a la Argentina
Parte de la sociedad se está despertando y no quiere más que los políticos crean que pueden vivir de una manera distinta al resto de los argentinos
—¿Que le pareció la carta de Cristina Kirchner?
—Nos agarró justo en vivo. Estábamos haciendo TN Central a las siete de la tarde y aparece la carta de Cristina. Parecía que quebraba la coalición, finalmente Alberto terminó haciendo lo que Cristina marcó en la carta. Terminó haciendo los cambios que Cristina le pidió. Lo puso a Manzur, como dice la carta, de jefe de Gabinete. Lo dejó a su ministro de Interior que renunció. Todos los que presentaron la renuncia se quedaron en el gabinete y se fueron los que no presentaron la renuncia. Una cosa insólita, pero bueno. Marcó la agenda, una vez más, Cristina.
—¿Qué opina de ella como Vicepresidenta y como mujer de la política?
—Necesitamos que se dedique a su familia y que deje a la Argentina en paz. Porque realmente llevamos casi 20 años de kirchnerismo. O sea, cuando termine la gestión como Vicepresidenta vamos a tener en el gobierno nacional casi, salvo los cuatro años de Macri, 20 años de kirchnerismo. O sea, son 16 años de Cristina en el poder. Entonces miremos los resultados. Digo, no es opinable si te gusta o no Cristina, miremos los resultados de cómo está Argentina hoy y todo el tiempo que se tomaron para gobernar, y todo lo que pasó: los bolsos de López, la corrupción, la muerte de Nisman, el cierre de exportaciones, cepo al dólar, devaluaciones, aumento de la pobreza. ¿Le van a echar la culpa a Macri por los cuatro años de todo eso? Si antes que Macri asumiera teníamos pobreza, cepo al dólar, la muerte de Nisman. Si la corrupción fue antes. Entonces digo, en algún momento el peronismo o por lo menos la ciudadanía, si no es el peronismo, tendrá que encontrar referentes que mejoren la calidad de vida de los argentinos. Entonces busquemos gente que haya hecho algo bien para mejorar esa calidad de vida. Basta de vivir de los que ya fracasaron. Los que ya fracasaron ya pasaron, ya administraron el poder. Y cierro con esto: hay que dejar de pensar que pueden ser políticos eternos, que vengan, administren y se vayan, terminen su ciclo, viene otro a ver si puede mejorar la situación. Están haciendo hoy las mismas políticas que ya fracasaron cuando gobernaron antes. ¿Cómo nos va a ir? Es imposible que nos vaya bien. Es obvio que nos va a ir mal. Es lo que está pasando, además.
—Si en noviembre se repiten los mismos resultados y el oficialismo pierde, ¿qué cree que va a pasar en los dos próximos años?
—Mirá, es muy difícil hacer análisis político con lo que hace el peronismo porque tiene tanto pragmatismo. Se traicionan tanto entre ellos que a mí me cuesta tener esa lógica. O sea, ¿cómo hacen hoy Aníbal y Alberto para estar juntos después de que se dijeron energúmeno verbal? después de tantas traiciones verlos juntos, ¿cómo hacés como analista político para entender cómo soportan traicionarse y volver a juntarse? A mí me cuesta todavía ver eso. Yo creo que Cristina, después de las elecciones va, creo, a intentar despegarse del gobierno. No sé si lo va a lograr, si puede o no. Pero me imagino al peronismo abandonando a Alberto Fernández los próximos dos años. Ojalá me equivoque porque sería malo para la Argentina.
—¿Tiene contacto con el Presidente?
—No, no.
—¿Tuvo algún contacto? ¿lo conoce?
—Mira, ¿puedo contar un off the record? Pasaron muchos años. La primera vez que lo conocí en un off the record a Alberto Fernández, no me olvido más, era jefe de Gabinete de Néstor, fue en un Coloquio de IDEA. Fuimos a una habitación, a una suite presidencial donde estaba él, los periodistas hicimos las preguntas, no me acuerdo, ocho, nueve periodistas, y yo le hice una pregunta a Alberto, me miró y me dijo: “¿Sabés lo que pasa? Mirá esta hoja en blanco. ¿Ves este punto? Vos siempre ves este punto, no ves la hoja”. Terminó la conferencia ahí. Agarró y se fue. Me plantó porque no le gustó la pregunta que hice. Así lo conocí personalmente. Esto habrá sido 2006, 2005, no me acuerdo exactamente. Fue el Coloquio de IDEA en el que se enojaron con Coto por la inflación. Ya había cierta tensión en el ambiente.
—¿Qué le preguntó?
—No me puedo acordar qué le pregunté. Me acuerdo su molestia y su enojo y esto de suspender un off the record con periodistas porque no le gustó la pregunta que le hice. Luego sí, chateamos cuando él fue jefe de campaña, creo que de Randazzo en el 2017, si no me equivoco. Ahí chateamos porque le pregunté, le pedí algo de información. Y después no tuve más contacto. No, no, ahora como presidente no.
—Como ciudadano, ¿cómo lo ve hoy al Presidente?
—¿Además de ojeroso? Yo también estoy ojeroso. Lo veo perdido, tratando de sostenerse. Lo veo buscando cómo aguantar en el poder. Obviamente gobernar la Argentina es muy complejo. Obviamente tiene muchas presiones del peronismo. Pero creo que se olvidó de la gente. O sea, es lo que te decía antes, él está sin entender lo que vive la gente, lo que significa vivir en la Argentina. Cuando el político no entiende, porque el peronismo miente y hace este relato de que entiende a los pobres. Eso es mentira, no es cierto. Solamente recorren en campaña, cosa que me parece espantoso ir solamente en la campaña para ver lo mal que vive la gente, y son buenos haciendo diagnóstico cuando están en la oposición, pero cuando les toca gobernar no toman medidas que mejoren la calidad de vida de los argentinos. Por eso son los resultados. Lo veo muy perdido, esa sería la palabra, perdido.
—Hablemos de la oposición, ¿quién lo representa más hoy como ciudadano si tuviera que elegir un próximo presidente?
—Creo que hay que esperar. En la Argentina puede pasar de todo en dos años. Pensá esto: a Alberto Fernández en mayo Cristina lo nombra, cuando nadie lo esperaba, como su candidato a presidente y termina a los seis meses siendo presidente de Argentina. O sea, nadie dos años antes podía imaginarse a Alberto Fernández presidente. Entonces, pensar en qué puede pasar el 2023 con la oposición no lo sé.
Yo creo que hay nombres muy claros, la gente que viene gestionando, gobernadores, el jefe de Gobierno de la Ciudad, Horacio Rodríguez Larreta, Mauricio Macri que queda claro que quiere una segunda oportunidad. Hay gobernadores que también están en esa búsqueda, como Gerardo Morales. Hay otros dirigentes políticos que también van a buscar, Patricia Bullrich leyó lo que le pasa a la gente. Creo que hubiese sido una gran candidata en esta elección. ¿Por qué? No quiere decir que después cuando gobiernes lo hagas bien, lo que digo es leyó, entendió y estuvo en los lugares que debía, y creo que eso le va a permitir pelear ese lugar de poder para que la oposición llegue unida de cara al 2023, que no empiecen, como pasó en esta campaña, que empezaron con los disparos entre ellos por ver quién era cabeza de lista de una candidatura a legislador. Pero bueno, terminaron manejándolo bien. Arrancaron mal, pero creo que terminaron manejándolo.
—¿Cómo es Franco como papá? ¿Qué le preocupa del presente para sus hijos?
—Lo primero es que sean felices obviamente. Uno como padre siempre quiere que estén bien, sabemos, lucho contra eso, porque sabemos que todos a lo largo de la vida tenemos momentos lindos y momentos que no son tan lindos y está bien que los chicos también estén preparados, que no sea una burbuja. Uno quiere que todos los días sean felices, pero uno sabe que no va a pasar eso en la vida, que va a tener momentos y momentos. Hoy me preocupa eso, que estén bien, que sean felices y que, bueno, si querés a nivel educativo que tengan oportunidades en Argentina, que no me pase, siempre pienso, tengo uno de 16 y uno de 12, siempre pienso que ojalá que no se vayan, que no tengan que ir a otro país a desarrollarse profesionalmente, que lo puedan hacer acá. Mi sueño es que puedan ser buenos profesionales acá en la Argentina. No que justamente porque se acaben las oportunidades empiecen a pensar que todo es mejor afuera.
—¿Qué lugar ocupa su esposa en su vida?
—Y bueno, estamos juntos, enamorados, somos un equipo. Somos un equipo para todo, para la familia, para tomar decisiones con los chicos, para tomar decisiones sobre la familia. Cuando nos vinimos a vivir a Tigre, cuando tengo que tomar decisiones de trabajo, lo charlo con ella. Si ella las tiene lo charla conmigo. Nada, somos un equipo en ese sentido.
—¿Cuál fue la decisión más difícil que le tocó tomar en este último tiempo?
—Nuestro momento difícil fue la muerte de mi suegra, la mamá de Mica. Que no es una, sino que son cosas que a uno le pasan. Murió por COVID. Eso fue un momento difícil. Todo lo demás va y viene, las decisiones de un trabajo, incluso cuando nos mudamos acá hace cuatro años, que había que cambiar de colegio a los chicos o cambiar de vida fue una decisión difícil, pero al lado de lo que fue la pandemia, creo que nos dejó de enseñanza cuáles son las prioridades.
—Antes de finalizar la entrevista, le voy a dar una Tablet. En ella hay tres videos con algunos momentos de su profesión. Usted va a darle Play a cada uno de ellos y responder lo que sienta al verlos. ¿Listo?
PLAY 1- El inicio en los medios de Franco Mercuriali en Radio Palermo.
—Bueno, estuve como 18 años en Radio Palermo, así que parte de mi vida, gran parte de mi vida profesional pasó por la radio y por Radio Palermo, con lo que ahí tengo mis mejores recuerdos. De hecho, la conocí a Mica ahí en la radio, en los pasillos de Radio Palermo. Trabajamos juntos un montón de años como compañeros de programa. Así que, nada, tengo amigos, historias, de todo, en Palermo. Hermoso, hermoso momento. Lo disfruté mucho. Está en mis recuerdos.
PLAY 2 - Su compañero, Fernando Molinero, pregunta: ¿Quiero que me digas qué sentiste en el momento que pudiste mostrar ese niño interior y ese adolescente que te sale del alma en las noches que pasamos juntos en el Pase y en Re despiertos? Me imagino que no habrás podido creer lo que estabas haciendo al aire, un tipo serio…
—Los quiero mucho a todos los compañeros del pase. Pero sí, me encanta jugar y eso, sobre todo los que fueron estos dos años, creo que es un recreo hermoso. La pasamos bien. Lo disfruto. Me encanta encontrarme, como dice él, con ese niño interior. Con los juegos, con la música, nada, con el humor. Me encanta. Creo que mucha gente encontró que yo soy más el que está a la 1 de la mañana en el pase que el periodista serio. Es como les pasa a los humoristas, pero al revés, viste que la gente cree que el humorista está todo el día riéndose, que está todo el día haciendo chistes. Y el periodista tampoco está todo el día hablando de política ni está todo el día serio. Bueno, nada, yo soy más el otro.
PLAY 3 - Franco Mercuriali opina sobre el homenaje a Maradona en plena sesión de diputados.
—Esto es lo que te había contado que fue lo quetergiversaron. Yo no estaba enojado con Maradona ni con los maradonianos. Es más, me siento un maradoniano. Si no que estaba enojado con la clase política, que en medio de una crisis total usan a Maradona para hablar de ellos. Detesto que usen a Maradona los políticos, como hacen con todo. Por algo todos son presidentes, vicepresidentes, dirigentes de fútbol. Porque usan al fútbol para la política, no es que aman al fútbol. Los que amamos el fútbol somos los que jugamos y los que nos gusta ver los partidos de fútbol, los hinchas. Yo no soy dirigente de fútbol. Entonces los que son dirigentes son los políticos, que usan al fútbol para hacer política. Esto, nada más.
Ahora sí, la última. ¿Por qué lo tenemos que elegir en la televisión?
—Si tienen ganas, no es obligación verme. Si tienen ganas, van a encontrar una mirada sobre lo que pasa en la Argentina y porque digo lo que pienso, me la banco.
Fotos y video: Cristian Gastón Taylor
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