El martes a la mañana el jefe de Gabinete, Juan Manzur, y la ministra de Salud, Carla Vizzotti, anunciaron que a partir del 1 de octubre dejaba de ser obligatorio el uso del barbijo al aire libre. En un anuncio sanitario concentraron la idea que tiene el Gobierno en este último trimestre del año: la pandemia está llegando a su fin.
La noticia buscó generar un impacto positivo en la sociedad que ya lleva un año y medio abrumada por el COVID-19 y las restricciones que el presidente Alberto Fernández impuso para combatir el virus. Si bien se dio en un contexto postelectoral de derrota, el Ministerio de Salud preveía esta serie de aperturas para el último tramo del año.
El avance de la cepa Delta en el país era el único escollo visible que tenían las autoridades sanitarias para impedir la flexibilización de actividades. Después de 16 semanas consecutivas de descenso en los contagios y de un sistema sanitario con menos presión, el Gobierno avanzó con un paquete de medidas sanitarias aperturistas.
En la Casa Rosada tienen en claro que la gestión sanitaria y el operativo de vacunación no se traducen en votos. Se enteraron dos semanas atrás cuando sufrieron un paliza electoral en las PASO. Hasta ese momento consideraban que la sociedad iba a valorar, a través del voto, el avance en la vacunación y la flexibilización de la vida diaria. No sucedió.
Por eso asumen que el anuncio de la quita de los barbijos es solo un eslabón de una cadena donde lo importante es unir noticias positivas. Comunicar todos los días, o en el menor tiempo que se pueda, un hecho positivo, una medida de reactivación o una imagen que genere confianza. Es el camino de campaña que trazaron desde Balcarce 50 para las próximas semanas.
En base a esas creencias y al escenario que tenían planteado de antemano es que consideran que la oposición tomó distancia de la medida y los acusó de utilizarla electoralmente como parte de una estrategia propia para embarrar la cancha rumbo a las elecciones.
“Hoy anunciaron que terminó la pandemia. Tuvieron que perder las elecciones brutalmente y tener al gobierno en coma por las crisis internas para darse cuenta. Llegan tarde, la gente no es tonta”, escribió en sus redes sociales el radical Mario Negri.
El legislador cordobés Luis Juez apuntó contra el Gobierno y sostuvo: “No pueden ser tan salvajes. Qué nivel de irresponsabilidad”. En esa línea se manifestó también el diputado Fernando Iglesias. “Nos encerraron y fundieron a medio país por razones políticas, y no sanitarias ni epidemiológicas. Ahora decretan el fin de la cuarentena eterna por las mismas razones”, indicó.
Otro de los que se expresó fue el ex ministro de Cultura de Cambiemos Pablo Avelluto. “El único plan del kirchnerismo es la demagogia”, expresó. La línea discursiva de la oposición giró sobre la idea de que el Gobierno dio por terminada la pandemia para tratar de ganar las elecciones generales del 14 de noviembre.
En un tono más moderado, el ministro de la Salud de la ciudad de Buenos Aires, Fernán Quirós, marcó su desacuerdo con la medida del gobierno nacional y resaltó: “Creemos que todavía no es el momento de quintarnos el barbijo”.
No pasó demasiado tiempo para que Carla Vizzotti aclare la postura oficial sobre las impresiones de Quirós. “Estamos totalmente de acuerdo, no es momento para sacarse el barbijo, solamente deja de ser obligatorio cuando vamos caminando por la calle o estamos al aire libre sin nadie alrededor”, afirmó.
La queja principal llegó en la voz de Alberto Fernández durante el acto que encabezó en José C. Paz en la mañana de ayer. “Ahora nos acusan de libertinos los mismos que nos acusaban de encerradores”, sostuvo el Presidente. Comenzó una nueva etapa de la confrontación entre oficialismo y oposición. Está vez por la quita de barbijos.
“Cuando Rodríguez Larreta muestra evidencias científicas es (Albert) Einstein, cuando lo hacemos nosotros es porque tenemos un interés electoral”, se quejaron en Casa Rosada, donde sienten que Juntos por el Cambio los obligó a defenderse al acusarlos de utilizar las medidas con fines electoralistas.
Además, aseguraron que “los dirigentes y gobernadores de la oposición nos pedían aperturas cuando estaba todo prendido fuego” y ahora que los casos están bajando “nos acusan de flexibilizar las medidas”.
Según los datos informados por el Ministerio de Salud, ya fueron vacunadas, al menos con una dosis, el 63,4% de las personas, el 87,5% de los mayores de 18 años y el 92% de quienes tienen más de 60 años. El 82% de los mayores de 50 años ya tienen el esquema completo.
Además, señalaron que completaron su esquema el 84,3% de los mayores de 70 años; el 85,2% de los ciudadanos con 60 años o más, y el 82,3% de las personas a partir de los 50 años. El 60,7% de la población con 18 o más años ya cuenta con las dos dosis.
También destacaron que la mayoría de los departamentos del país se encuentran en situación de riesgo bajo, que no se registran departamentos en situación de alarma epidemiológica, y que la incidencia y la mortalidad en 14 días disminuyen desde junio de 2021 de manera constante. En base a esos datos avanzaron con las medidas.
En los hechos, varias provincias mostraron cautela a la hora de sumarse a las medidas del gobierno nacional. Chaco, Formosa, Neuquén, Santiago del Estero, La Rioja y Mendoza esperarán a la publicación del decreto el 1 de octubre para ver si se suman o no.
Córdoba, Jujuy, Salta y Ciudad de Buenos Aires ya definieron que no se adherirán. En tanto, La Pampa, San Juan, Tucumán, Río Negro y Buenos Aires se sumarán a la línea marcada por la Casa Rosada. De todas formas, el próximo lunes se llevará adelante una nueva reunión del Cofesa en la que se tocará el tema y habrá un debate federal sobre las consecuencias de la medida.
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