Con la jura de Martín Insaurralde, Cristina Álvarez Rodríguez y Leonardo Nardini, debutó el nuevo Gabinete de la provincia de Buenos Aires. Si bien en la ceremonia todo fue algarabía, el contexto por el que se llegó a la ceremonia no es el más auspicioso para el gobierno provincial que no pudo esquivar el impacto político que se desencadenó con la derrota electoral del Frente de Todos en las PASO del 12 de septiembre. El gobernador se vio obligado a abrir su gabinete, un movimiento que venía resistiendo desde el 2019 cuando ganó la elección ejecutiva y ahora la mesa ministerial de cuadros técnicos y estudiosos con el que contaba el gobernador pasó a tener territorialidad, peso político y -esperan distintos sectores del Frente de Todos- “oxigenación”.
El acto de jura de este martes en el Teatro Metro en la ciudad de La Plata fue el cierre de una etapa de deliberación y crisis contenida por la que atravesó el gobierno de Kicillof luego de la derrota del oficialismo por casi cinco puntos contra el frente Juntos. En la capital bonaerense remarcan que las decisiones fueron todas puertas adentro, a diferencia de la Nación. Se trataron de días frenéticos que recién se empezaron a calmar el domingo por la tarde cuando el gobernador definió los lugares a cambiar.
Lo que sigue ahora es un misterio. “Vamos a ver. Hay que esperar que pasen las semanas y ver cómo nos acomodamos”, aseguró un alto funcionario provincial una vez finalizado el acto.
Con el micrófono abierto todo tuvo una explicación. El saliente y flamante jefe de Asesores del Gobernador, Carlos Bianco, repitió lo que venía diciendo en los últimos días. Que la llegada de los nuevos ministros son un refuerzo que llega al gobierno provincial, que le da territorialidad, cercanía y volumen ante la nueva etapa de gestión, ya pos pandémica. La posición de los funcionarios que responden directamente a Kicillof es incómoda. El escenario donde tuvieron que pararse no era el deseado.
Hasta el teatro donde fue la jura llegaron intendentes de la Primera y Tercera sección electoral. También, un grupo de la Quinta sección donde el flamante jefe de Gabinete tiene injerencia y algunos intendentes de la Sexta sección.
Un jefe comunal de la Primera que dijo presente en La Plata fue contundente: “esto es todo de Máximo, vamos a ver qué hace Kicillof ahora”. Desde hace un tiempo, Máximo Kirchner viene trabajando en tándem con Martín Insaurralde y también suele ponderar en público y en privado el trabajo de Leonardo Nardini como intendente joven de un distrito populoso y complejo como es el de Malvinas Argentinas. Insaurralde fue uno de los dirigentes que auspició la llegada de Máximo K a la conducción del Partido Justicialista (PJ) bonaerense. Este martes Kirchner dijo presente y fue ubicado en primera fila.
Antes del inicio del acto compartió un rato entre saludos y algunas palabras con otros dirigentes oficialistas en el hall de entrada al teatro. Entre bromas y chicanas se lo vio junto al presidente de la Cámara de Diputados de la Nación, Sergio Massa, algunos intendentes del conurbano como Gustavo Menéndez (Merlo), Mariano Cascallares (Almirante Brown) o Fernando Espinoza (La Matanza), además de legisladores provinciales como Federico Otermín (presidente de la Cámara de Diputados bonaerense), Juan Pablo De Jesús y Facundo Tignanelli (jefe de la bancada oficialista en la cámara baja provincial y referente de La Cámpora).
Tanto Nardini como Insaurralde ya tenían representación directa en la Legislatura bonaerense. Ahora también tienen silla propia en el Gabinete provincial. Antes de la jura, Kicillof fue consultado por los cambios ministeriales y atinó a decir que “hay un intento de buscar ruido, pero es sencillo: anunciamos un cambio que tiene que ver con la etapa que se abre, de la reactivación económica y sanar”.
Ante la consulta de Infobae, el ministro de Desarrollo Territorial y Hábitat de la Nación y también referenciado en los intendentes (aunque en una línea más cristinista), Jorge Ferraresi, explicó que “viene un aire nuevo, con mucho arraigo territorial y el arraigo territorial siempre le da a los gobiernos una dinámica muy importante. Además el intendente está acostumbrado a hacer muchas cosas con pocos recursos entonces también es necesario en este tiempo”.
La jura también fue un termómetro dirigencial. Con un aforo ampliado luego de los anuncios de este martes de la ministra de Salud de la Nación, Carla Vizzotti, los jefes comunales aseguraron presencia propia en el teatro platense. Al hacer su ingreso junto al gobernador, Bianco y Nardini, Insaurralde fue coreado. Al momento de la jura, el ahora ex jefe de Gabinete hizo mover el aplausómetro. También Kicillof que arengó desde arriba del escenario con un sutil gesto a la hora de tomarle juramento a Bianco. Los subsecretarios y directores que hasta hoy integraban la jefatura de Gabinete bajo la conducción de Bianco llegaron todos juntos.
Algunas combis arribaron desde la Tercera sección electoral para acompañar al nuevo jefe de Gabinete quien también saludó a su familia que llegó hasta La Plata. Hijos, madre y su esposa Jésica Cirio fueron ubicados en la tercera fila del reconstruido auditorio. Incluso algunos integrantes del cuerpo de bomberos voluntarios de Lomas de Zamora fueron a La Plata
Bianco no se irá a la casa. Luego de levantar el perfil y batallar discursivamente durante toda la pandemia en defensa de las acciones del gobierno bonaerense, Kicillof ahora lo tendrá más cerca que antes ya que este martes también juró como responsable de la Jefatura de Asesores del Gobernador, una nueva área que se creó para amortiguar los cambios.
Sin embargo tendrá una superestructura de cinco subsecretarías y cuatro direcciones que seguirán articulando con el Gabinete bonaerense. Además, el rol que se imagina para Bianco también será el de oficiar de una especie de vocero de las acciones de gobierno. Desde distintos espacios le reconocen un buen desempeño a la hora de defender las medidas gubernamentales. El gobernador tampoco se desprenderá de Agustín Simone que hasta hoy fue ministro de Infraestructura y Servicios Públicos. Ahora Simone será el nuevo responsable del Instituto de la Vivienda.
La decisión tiene que ver con reducir los daños. Además, Kicillof estaba conforme con la tarea que venían realizando, pero la presión de distintos sectores de la alianza de gobierno para que haya cambios pesó más. Ahora los intendentes buscarán con la figura de Insaurralde y Nardini tener volumen en las decisiones del gobierno provincial.
En tanto que la salida Teresa García del ministerio de Gobierno bonaerense en remplazo de Cristina Álvarez Rodríguez es menos ruidosa. Desde el momento en que la funcionaria quedó como precandidata a senadora provincial por la Primera sección electoral supo que dejaría las funciones ministeriales. Álvarez Rodríguez tiene relación con intendentes y ya pasó por ese mismo cargo durante la gobernación de Daniel Scioli. “El ministerio de gobierno, es el ministerio político que escucha las necesidades locales y trabaja con los 135 intendentes e intendentas de la provincia de Buenos Aires. La pandemia mostró que el trabajo de cada intendenta e intendente fue fundamental para coordinar los cuidados, la vacunación y el sostenimiento de la actividad. Desde el Ministerio de Gobierno vamos a estar apoyándolos, acercando el gobierno a los municipios y los municipios al Gobierno”, dijo la sobrina nieta de Eva Duarte.
Al finalizar el acto, un grupo de jefes comunales que responden directamente al esquema de Insaurralde se retiró junto al jefe de Gabinete provincial para reunirse en la residencia del presidente de la Cámara de Diputados, Federico Otermín que queda justo a la vuelta del teatro, sobre la avenida 53. Por la otra calle, sobre avenida 51, Bianco se iba escoltado de su equipo de trabajo. Antes, se había ido Kicillof que ahora inicia su gabinete más frentetodista que antes y con un objetivo urgente: gestionar para dar vuelta el resultado de las PASO.
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