A pocas horas de la fecha límite para la partida desde el puerto de Ushuaia de las unidades navales que debían participar en Perú del operativo UNITAS 2021, se debió anular la zarpada de dos buques de guerra ante la falta de autorización por parte del Congreso Nacional para que las naves abandonen aguas nacionales. Si bien el permiso parlamentario contaba con media sanción por parte del Senado la Cámara baja no dio tratamiento al tema a pesar de tener el expediente en comisión desde el mes de julio. La Armada había posicionado las naves en la capital fueguina en el entendimiento que la autorización llegaría a último momento como ha ocurrido otras veces.
Desde el Ministerio de Defensa deslindan responsabilidad sobre el fracaso de misión naval al exterior al sostener que, “a principios de abril, remitimos al Presidente de la Nación toda la documentación necesaria para que se eleve la pertinente solicitud de autorización al Congreso Nacional para la salida de las naves y los efectivos militares. El 22 de abril el expediente ingresó a la Cámara de Senadores siendo aprobado el 15 de julio con giro inmediato a Diputados donde debió haber sido tratado por la Comisión de Defensa y luego aprobado en el recinto. Nada de esto ocurrió y hoy debimos informar oficialmente a los anfitriones que desistimos de participar”.
“Es realmente desconcertante, todo estaba organizado, las partidas presupuestarias disponibles, el personal listo, participamos de todas las reuniones a las que fuimos convocados y activamos todos los resortes parlamentarios para que todo salga en tiempo y forma. El pedido formal de autorización usualmente se trata sobre tablas en diez minutos ya que son actividades regulares”, indica un ex alto jefe del Estado Mayor Conjunto de las FFAA.
La versión 2021 del tradicional despliegue militar internacional prevé tres escenarios de actuación que incluyen operaciones en alta mar, fluviales y en la región amazónica de Iquitos. Dentro de las tareas previas al ejercicio se desarrollaron encuentros virtuales y reales en los que se define el rol que desempeñará cada armada participante. “La ausencia de Argentina por razones de ineficiencia administrativa o parlamentaria no solo es un bochorno internacional, estamos obligando a los países participantes a reorganizar todo el programa de actividades y reasignar nuestro rol a otro país”, se lamenta una de las fuentes militares consultadas por Infobae.
Al margen de las declaraciones públicas, puertas adentro del Ministerio de Defensa y más precisamente desde el área de la Secretaria de Relaciones Militares Internacionales, los comentarios en torno a esta particular situación distan mucho de amables. “Es una vergüenza lisa y llana y no es la primera vez que ocurre. Excede a un signo político determinado ya que el problema es que no les interesa, no podemos ni siquiera hablar de torpeza es más grave que eso ¡no les calienta!”
Si bien no es un criterio compartido por los mandos militares en actividad, oficiales de alta graduación en situación de retiro se animan a sugerir que dado que es la US NAVY la que desde hace 60 años lidera estos ejercicios, el ninguneo parlamentario obedece a cuestiones netamente ideológicas.
Infobae consulto a especialistas militares sobre la posibilidad de que hubiera sido el propio Presidente de la Nación en su carácter de Comandante en Jefe de las FFAA quien mediante la firma de un DNU quien hubiera autorizado la zarpada de las naves ad referéndum de una posterior aprobación parlamentaria. “Sin dudas se podría haber hecho pero seguramente en medio de la crisis política desatada luego de las PASO no hubo funcionarios preocupados por este tema”, sostienen.
Otros voceros castrenses recordaron que no es la primera vez que algo parecido ocurre. Según indica un ex Comandante de la Flota de Mar “se alternan nuestras ausencias por cuestiones presupuestarias con otras en las que -como en este caso- ni siquiera se trata el tema en comisión. Nadie parece reparar en el esfuerzo y dinero que se invierte en una misión de este tipo. El ‘ARA Sarandí’ fue sometido a una costosísima reparación integral en el dique de carena de Puerto Belgrano la que si bien era necesaria fue acelerada para precisamente llegar a tiempo al ejercicio”.
Por estas horas, la flamante gestión del Canciller Santiago Cafiero se enfrenta a la necesidad de atender dos frentes de malestar internacional con origen en la cartera de Defensa. Por un lado la aparición en el presupuesto 2022 de un pedido de gasto por 664 millones de dólares para la compra de aviones de combate chinos desnudó una aparente decisión ya tomada a pesar que son cinco los países que se encuentran compulsando sin que oficialmente se les hubiera comunicado que ya hay un ganador. Por otro, aún resta cursar al gobierno de Perú una disculpa formal por el incumplimiento argentino.
Por otra parte, la Armada Argentina dispuso que las unidades desplegadas hacía la ciudad de Ushuaia a la espera de la autorización que no llegó, completen un periodo de ejercitación en el mar durante el cual el Bouchard atenderá la patrulla en la ZZEA mientras que el Destructor Sarandí realizará entrenamiento del personal durante su navegación de regreso a la Base Naval Puerto Belgrano.
Sobre el ejercicio UNITAS
El ejercicio naval UNITAS, surge en 1959 y dentro del marco del TIAR ( Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca) Durante muchos años Argentina era uno de los pilares en la organización del UNITAS y entre los países con más presencia histórica en los mismos se cuentan Brasil, Chile, Uruguay, Perú, Colombia, Venezuela y Uruguay. Este año en particular Perú oficia de anfitrión en el marco del bicentenario de su independencia y de la creación de la Marina de Guerra del Perú.
Tradicionalmente el UNITAS resulta un medio idóneo para acrecentar la confianza entre las armadas de la región y además permite a las Armadas menos desarrolladas tecnológicamente interactuar con los medios y tácticas de última generación con que cuenta la US NAVY. En esta ocasión además de las operaciones militares combinadas se realizarán ejercicios relacionados con la contención a la población civil en pandemias, abordaje de escenarios de catástrofe natural o provocada por accionar intencional y ayuda humanitaria.
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