Una abrupta derrota electoral, un ultimátum mediante una carta y la reformulación del Gabinete Nacional: síntesis de la semana más crítica de Alberto Fernández. Para la referente de la oposición, Elisa “Lilita” Carrió, “la crisis duró menos de lo esperado porque Cristina Kirchner no quiso verse golpista”. La ex diputada nacional prevé una radicalización de la vicepresidente, la potencial fractura del peronismo y una mayor diferencia a favor de Juntos por el Cambio en los comicios del 14 de noviembre.
Carrió reapareció públicamente luego de la vertiginosa semana que transitó el oficialismo. En diálogo con Desde el Llano (TN), analizó que “Cristina hizo un golpe de palacio” con la presión que ejerció durante los últimos días que “podía determinar la disolución de un presidente” pero que “se resolvió al modo del PJ tradicional”. En ese sentido explicó que “Cristina no maneja la ira” pero que “no es contra Alberto”, sino “con el pueblo que no la votó”. “Trata de separarse de la derrota vaciando al Gobierno y en realidad se acopla a la derrota y es doblemente derrotada”, remarcó y agregó que en este contexto el Presidente “recurre a los gobernadores y a la CGT”.
Luego de la masiva presentación de renuncias de los ministros y la carta de CFK, Carrió reconoció que tuvo “miedo”. “Siempre la violencia fue su forma”, continuó criticando a la vicepresidenta. Sin embargo, sostuvo que “la crisis duró menos de lo esperado porque no quiso verse golpista y porque vio de qué modo el PJ se empezaba a alinear para salvarse a sí mismo”. Para la ex diputada nacional, ahora el Partido Justicialista “tiene que salvarse de ella”.
“Nosotros nunca cedimos la cabeza de Marcos Peña, ni Macri (Mauricio), ni yo”, comparó con los momentos críticos que transitó la gestión de Cambiemos. Al respecto de Santiago Cafiero dijo que “es una injusticia ensañarse con él” porque tuvo que “sostener a un presidente que decía cualquier cosa”. No obstante, consideró que ni él “ni Felipe Solá pueden ser cancilleres, pero algo es algo”. Sobre las otras modificaciones del Gabinete, definió a Daniel Filmus “como una buena persona” y a Julián Domínguez como quien fuera “el candidato del Papa Francisco, tiene su apoyo explícito”. “Lo de Aníbal Fernández y Manzur es insostenible”, cuestionó y analizó que la designación del gobernador tucumano como jefe de Gabinete “es una venganza de ella; quiere que se lo lleve puesto la historia”.
Frente a este nuevo escenario, “Lilita” cree que “Cristina puede radicalizar más el gobierno después de la elección” de noviembre. Para las generales prevé un triunfo de Juntos por el Cambio pese a cualquier intento de parte del oficialismo: “Estos cambios no modifican la elección, al contrario va a ser por más votos”. Si el principal espacio opositor repite el resultado del pasado 12 de septiembre, Carrió dijo que al ser la primera minoría a JxC “le corresponde la presidencia de la Cámara de Diputados”.
Por otra parte “está la posibilidad de la total fragmentación del PJ”. En este marco, expresó que “tiene que haber una responsabilidad institucional” y que “una Cámara de transición y fragmentada requiere de experiencia, timing y observación donde van a caer muchos ídolos”.
En contraposición, la socia fundadora de la coalición opositora afirmó que “en Juntos por el Cambio no hay posibilidad de ruptura”. Además dijo que Patricia Bullrich “va a jugar por la presidencia” y que cree que “Macri quiere volver”. “Yo no quiero nada pero voy a seguir siendo responsable”, definió su rol.
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