“Tenemos que recuperar el Senado”, advertía el gobernador bonaerense Axel Kicillof antes de la elección Primaria, Abierta, Simultánea y Obligatoria (PASO) como parte de los objetivos trazados en la competencia electoral. Pero los resultados del último domingo lo alejaron de esa meta: el Frente de Todos perdió en siete de las ocho secciones electorales. Así, de repetirse los guarismos, el bloque Juntos seguiría como primera fuerza en la distribución de bancas en la Cámara Alta. Además, la derrota del oficialismo también dejó otra foto en la Cámara de Diputados provincial donde ahora, en el marco de ecuaciones y cálculos, quedó en paridad con la oposición.
Hoy el Senado bonaerense está dividido en 26 bancas para Juntos y 20 para el oficialismo. Con los resultados de hace una semana, el gobierno se anota una bancas más que corresponde a la Cuarta sección. Entonces, la ecuación quedaría 25 bancas para Juntos y 21 para el peronismo.
Una de las variantes para el oficialismo hacia noviembre está puesta en la Séptima sección electoral (centro de la provincia de Buenos Aires). En esa sección electoral el FdT debe llegar al 33,33% para acceder a una banca. Era lo que esperaba, pero hasta ahora sigue todo igual. Con estos guarismos el peronismo no consigue ninguna banca. La lista encabezada por el ex intendente de Bolívar, Eduardo Bucca, consiguió el 30,11%.
Por la Primera sección electoral, actualmente Juntos tiene cinco de las ocho bancas. Con los resultados del domingo, el oficialismo no pudo ganar terreno y de repetirse quedarían cinco bancas (Juntos) a tres (FdT). En el gobierno creen que podrán avanzar sobre un lugar. “Nuestro cálculo era darlo vuelta ahora. No pasó. Tenemos que seguir avanzando para llegar por lo menos a cuatro bancas en noviembre”, explica un dirigente peronista del conurbano norte.
Por la Cuarta sección electoral, otro de los circuitos electorales que también eligen senadores provinciales, el FdT lograría ganar una banca más. Actualmente hay cinco bancas para Juntos y dos para el FdT. Un tentativo con resultados espejados a los del domingo último advierten que el peronismo se quedaría con tres lugares y la oposición con cuatro.
Luego, en la Quinta sección electoral -donde también se eligen senadores provinciales- los resultados le dieron la espalda al FdT. El bloque Juntos retendría tres bancas y el FdT se quedaría con las dos restantes, tal como está hasta ahora.
Así las cosas en la cuenta final para el Senado solo se traduciría en una banca más para el FdT. Pero está lejos al menos de la paridad 23 a 23 con desempate de la vicegobernadora Verónica Magario. De darse un escenario similar al de las PASO, el FdT se quedaría con 21 lugares y Juntos con las restantes 25.
En la Cámara de Diputados bonaerense, el gobierno también perdería terreno y quedaría en paridad con el oficialismo: actualmente, el oficialismo tiene 45 bancas, 38 Juntos y cinco lugares el bloque Cambio Federal, dos lugares el bloque 17 de noviembre, uno para el Frente de Izquierda y uno el Partido Fe.
Si los resultados de las elecciones generales fueran similares, la cuenta final estaría rondando en 43 bancas para el Frente de Todos y 43 para Juntos. Además de dos lugares para el bloque aliado a la oposición, Cambio Federal, dos lugares para la Izquierda, un lugar para el bloque aliado al FdT, el partido Fe y la bancada 17 de noviembre que también cuenta con una banca.
Sin embargo, el 68% de participación en la provincia de Buenos Aires hace difícil coincidir y evaluar que la distribución de bancas será similar al resultado de las PASO. Sucede que si crece la participación también aumentan la cantidad de votos necesarios para acceder a una banca.
La derrota de las PASO planteó un escenario no deseado también para la estrategia del segundo tramo de la gestión de Axel Kicillof. El gobierno provincial imaginaba una victoria electoral que le permitiera ganar terreno en el Senado provincial y sostener la ventaja en la Cámara de Diputados.
Nombramientos al directorio del Banco Provincia, reformas impositivas, aprobación de endeudamiento, designaciones de magistrados y hasta una discusión sobre el rol del procurador Julio Conte Grand eran algunos de los borradores que imaginaba someter hacia el Poder Legislativo la gestión de Kicillof. Ahora, deberán recalcular.
Incluso, si en la Cámara baja el resultado final es ajustado, la oposición buscará rediscutir las autoridades del cuerpo legislativo para el período 2021-2022. Hoy la presidencia está en manos de Federico Otermin, un diputado leal al intendente de Lomas de Zamora, Martín Insaurralde. Si Juntos pasa al frente en la distribución de bancas podría reclamar la conducción de la Cámara baja provincial.
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